Encantada [#e4]

Capitulo 27

Siento un impacto a mi lado, observo y era Allen quien se había lanzado, exitosamente cayó parado. Los lobos se pusieron aún más gruñones y eso hizo que Allen muestre sus colmillos en dirección a ellos haciendo un extraño sonido con su boca, como un gemido/chillido algo parecido

Un aullido suena, todos se hacen aun lado y dejan pasar a un lobo castaño. a quien reconozco como mi adorable tío

—¿Qué haces aquí, Li?— Pregunta atraves de mi mente. ¡Oh por Dios, está en mi mente! ¿Puede oír mis pensamientos? Dios, que estúpida pregunta. Lucas le gruñe altamente a los lobos de su alrededor, y estos sin renegar o hacer algo más se retiran con la cabeza gacha.

—Vine por Katherine, no es ella, es Emily a quien nos enfrentamos. Debemos detenerla.

Es imposible eso, mejor vete. Esta teniendo una crisis.— Alzó una ceja—  Tu madre últimamente pierde el control de su Demonio interior, casi me asesina y está encadenando a tu padre.  No sé qué tienen esos dos con las cadenas pero ya me tienen harto.

—¡Es Emily! —Exclame haciendo un paso hacia adelante—¡No controla a su ser interior por que ella no es la dueña de ese ser! Por eso tiene crisis, su Demonio lucha para no estar con ella

—Amelie...¿Qué te está diciendo?—Susurra Allen detrás mío.

Miro en dirección a Lucas, la ira me invade por no ser escuchada. Ni siquiera se tomó el tiempo para averiguar si tengo la razón o no.

Al diablo, mi padre está siendo manipulado, no dejaré que esa perra use el nombre de mi madre.

Alzó mis manos, apunto en dirección a Lucas y luego con fuerza brupta apunto lejos de mi camino. El pobre lobo sale volando para donde lo mandé. Allen no pregunta, si no saca unas dagas de su caqueta y se lanza contra los demás lobos. Veo como unos vampiros me rodean, pongo mis ojos en blanco y comienzo a mover ágilmente mis manos.

Cuando me terminan de rodear, me siento muy mareada e incapaz de volver a hacer magia nuevamente. Siento un hilo de sangre caer por mi nariz pero eso no me detiene en absoluto.

Busco el objeto en mi caqueta y cuando lo saco, el silencio reina y nadie es capaz de acercarse. Todos retroceden rápidamente como si hubieran visto al mismísimo diablo.

—¡Activaré a Ruthless necklace cuando el primer hombre me llegue a tocar un mísero pelo! —Grité —¡Os le juro que acabaré con todos! No tengo ningún problema en iniciar nuevamente una guerra más.

Todos poco a poco se alejaban, comienzo a caminar tranquilamente hacia la cabaña. Giro un poco la cabeza y logró ver cómo Drew se camuflaba entre los soldados, y Mika aún arriba del árbol analizaba todos los movimientos. Al cruzar miradas pone su índice sobre la boca, aceptó y sigo caminando

Allen está aún luchando, debería ayudarlo... Meh, él podrá solo.

—¡SUFICIENTE!—Un gritó se escuchó, alce mi cabeza y observé a una señora parada, puedo hasta jurar que es la misma al cual anteriormente estaba desde el punto de vista del árbol. Frunzo el ceño notoriamente y bajo lentamente mi mano. Lucas se ubica frente a mi y gruñe ante la desconocida

Me preguntó vagamente si Lucas tiene órdenes de protegerme, lo hace por instinto o solo lo hace por ser de la familia. Meneo la cabeza, no es momento.

—¿Es humana?—Susurra a mi lado Allen frunciendo el ceño, trago en seco sin contestarle pero prestándole toda la atención

—¡Se acabó! —Comenzó a gritar—Los seres mitológicos mandan, son vuestros superiores. Se ha manifestado una acción contra la naturaleza y yo vengo a detenerla—Sus ojos caen en mi, se me hiela la sangre—Has sacado algo de un lugar donde nunca debió salir

<Amelie corre...>

—Cons, no es momento.—Susurré mientras sentía que todos giraban a verme.

¿Yo sacar algo de lugar?

<¡Amelie corre!>

—Cons, basta...—Maldigo internamente, comienzo a retroceder lentamente

<¡Maldita sea, ya vienen corre!>

—Allen...—Lo tomó del brazo, todos absolutamente todos me veían con confusión, puedo ver diversión en los ojos de aquella enigmática señora—Alguien viene

Y entonces, Ruthless necklace se ilumina como nunca antes en la palma de mi mano, dejé caer el collar en la raíz del árbol ubicado a mi lado y cubrí mi cara rápidamente quemandome la vista por aquella luz poderosa, tan dañina como la luz solar directo a los ojos.

<¡Corre!>




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