Capítulo 1:
Asesina
03 de noviembre
Hoy se cumple un mes desde la desaparición de mi hermano menor, Kevin.
Todo el pueblo estuvo envuelto en su búsqueda, además de las diferentes entidades del estado, pero, aun así, es fecha y no se sabe nada de él. La última vez que lo vi, jugaba con la hija de una de nuestras vecinas.
Recuerdo que salí a buscar a Cris (su gemelo) a la escuela. Ese día, Cris tenía práctica con el equipo de fútbol por lo que tuvo que quedarse después de la escuela.
Los gemelos, tan parecidos y al mismo tiempo tan diferentes, Cristian desde muy pequeño ha sido el más travieso, muy aficionado a los juegos deportivos, Kevin es lo opuesto, tranquilo, siempre con un libro en sus manos.
De los dos él es el más estudioso.
Ese día, no demore mucho en ir a la escuela y volver a casa, pero si lo suficiente para que Kevin desapareciera, para todos su caso está perdido.
No quiero pensar en eso, para mí él está en alguna parte esperando a que lo encuentren, quiero pensar en eso, y no en la posibilidad de que esté muerto.
Cuando llegué a casa y no lo encontré, me volví loca, presentía lo que sucedía, en el fondo de mi ser sabía que no lo iba a encontrar, que no estaba en casa, ni en ningún lugar donde podría ir a buscarlo, aun así, lo busque por todas partes, desesperada… las agujas del reloj avanzaban más rápido de lo normal, o por lo menos así lo sentía; los minutos se convirtieron en horas, y las horas en días, los días en semanas, y ya ha pasado un mes y no sabemos nada de él.
La niña con la que jugaba ese día, aseguro haberlo dejado en casa unos minutos después que me fui a buscar a Cris. Desde entonces, le he dado vueltas una y otra, y otra vez al asunto, y nada tiene sentido.
No es posible que haya desaparecido y nadie lo haya visto, o ¿qué tan lejos podría haber ido? ¿al bosque?, en tal caso lo hubiéramos encontrado. Kevin nunca fue de esos niños, que les gusta explorar en solitario y mucho menos con desconocidos. Si tan solo pudiera devolver el tiempo, pero eso es desear lo imposible.
En este maldito pueblo nada tiene sentido. Todos parecen estar locos, la primera semana, todos entendían nuestro dolor, la desesperación… pero luego, simplemente es como si a nadie le sorprendiera, acostumbrados a este tipo de desaparición sin explicación alguna. No es la primera vez que ocurre, recuerdo que hubo otro niño desaparecido y con mi hermano se repite el mismo patrón que con aquel niño. Lo buscaron y luego lo olvidaron.
No tenemos mucho tiempo viviendo en este pueblo, Valle Solo, como su nombre lo indica, un lugar apartado y con muy pocos habitantes, donde nunca ocurre nada y de repente, pasa de todo.
Apenas un año y dos meses —incluyendo el mes que lleva mi hermano desaparecido—. De alguna manera me siento culpable, si no lo hubiera dejado y más bien lo hubiera llevado conmigo a la escuela, él… él estuviera aquí, en casa, jugando con Cris. Haciendo sonreír a mamá, y haciéndome perder la paciencia… como lo extraño.
Pero pensar en eso no ayuda, no me lo devolverá, solo hace que la frustración por no saber qué hacer se haga gigante dentro de mí, consumiéndome, como si un cálido fuego fluyera por mis venas. No me lastima, pero me tortura con cada respiro, con cada recuerdo.
Mi madre, Cristina Uzcategui: una mujer formidable, padre y madre al mismo tiempo, Licenciada en Contaduría, y empleada del único banco cercano; ha entrado en una crisis nerviosa y de negación, desde que la policía anuncióque el caso estaba cerrado, es decir, que para ellos mi hermano está muerto; mi madre dejo de ser el pilar de esta familia, para andar como un fantasma sin rumbo en nuestra casa.
En cuanto a Cris, no está mucho mejor que mi madre, aunque no ha perdido la cordura como ella. Permanece solo la mayor parte del tiempo, aislado en los lugares que él y Kevin frecuentaban, y cuando permanece a mi lado lo único que existe entre ambos es un sepulcral silencio. Aunque trato de hacerlo hablar, que saque el dolor en palabras, él solo permanece en silencio con la mirada perdida en días pasados que solo son eso, pasado.
Que intente mantener esta familia a flote no quiere decir que este mejore que ellos dos, cada día que pasa es como si enterraran un puñal en mi pecho, y me arrebatara la vida, gota a gota, desgarrándome el alma.
Es más fácil sobrellevar el dolor cuando tienes un cuerpo que llorar y sepultar, pero cuando no hay nada solo suposiciones, la resignación se demora en llegar, la esperanza se mantiene firme. Y aunque es lo último que se pierde, a veces deseo que fuera lo primero.
El pueblo es bastante pequeño, no hay muchos lugares a donde pudo haber ido, además no hay mucha entrada de personas de fuera, por lo que no se explican cómo pudo desaparecer en una localidad tan pequeña.
Pero aun así mi hermano está desaparecido, y ellos no van hacer nada.
El jefe de la policía es el padre de uno de mis amigos, y solo dijo que tenemos que seguir adelante. ¿Cómo sigues adelante, cuando una sensación en el pecho dice que sigue con vida? Es una locura lo sé, pero yo siento que mi hermano está vivo, y que aún se puede hacer algo. El problema es ¿qué? ¿Qué puedo hacer para que vuelva a casa? ¿Qué puedo hacer para encontrarlo?
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Editado: 19.05.2022