—¡Arriba! —Sentí como un par de almohadas impactaron en mi rostro, me quejé y me tapé con la cobija— ¡Llegaremos tarde!
Sentí que alguien gritó con todas sus fuerzas, me senté de un tirón y lo miré confundida
¿Acaso dijo "llegaremos?
—¿Cómo qué llegaremos? —Arrastré mis palabras debido al sueño, este me miró con diversión mientras frotaba mis ojos. Me incorporé lentamente y sentí que el sueño me atacaba, así que me dejé caer en la cama una vez más.
—Scarlett estudiarás conmigo, para nuestra mala suerte —Encendió un cigarrillo y se tiró bruscamente en la cama, me quejé. La mala suerte me persigue— Y no sólo eso, también te irás conmigo. Mi auto estaba dañado pero me informaron que ya está listo así que si no estas lista en 10 minutos me iré solo, solín, solito
Abrí los ojos y me levanté rápidamente, no sin antes insultarlo hasta el cansancio. Corrí al baño mientras le daba algunas caladas al cigarrillo que Luke me ofreció. Soy una persona bastante loca, distraída pero a la vez responsable, una mezcla extraña, cuento con cuatro piercings (Uno en la nariz, uno en el ombligo y dos en la oreja), dos tatuajes, obsesiva con mi apariencia, adicta a las fiestas y amante de la lectura, una combinación rara de chica tranquila con un toque pequeño de locura.
Sin embargo simple es la palabra adecuada para definirme. Observé mis ojos hinchados de tanto llorar la noche anterior y aunque no soy muy fan del maquillaje tuve que usarlo para disimular mi tristeza, peinó con delicadeza su cabello mientras acomodaba mi ropa interior. Mi tristeza se debía a Dylan, lo amaba tanto pero estaba consciente de que lo nuestro era una relación bastante tóxica.
—Ocho minutos —Canturreó burlón desde la habitación, gruñí y concluí mis necesidades como alma que lleva el diablo
El hablaba sin parar mientras yo me vestía apurada y con cuidado de que el no viese más de lo necesario, tomé uno de mis jeans favoritos, resaltaban mis curvas y subían mi trasero junto con una blusa negra sencilla, pero hermosa. Tomé mis sandalias y una elegante chaqueta beige la cual fue un regalo de James
—Cuatro minutos —Dijo Luke con diversión, lo fulminé con la mirada y me apresuré. Una vez lista bajamos las escaleras con rapidez— Te recuerdo nuestra salida, ya que ayer me dejaste plantado. Y no pienso quedarme con esta, 8pm y no me importa si estas lista o no, si te rehúsas iremos a la fuerza.
Reí al recordarlo, se suponía que ayer saldría con Luke pero me quedé dormida contestando un mensaje que el me había enviado informándome que ya se encontraba en el lugar, le dije que llegaba en 20 minutos pero el sueño me venció así que nunca llegué, algo vergonzoso.
—¿Me llevarás a la fuerza? —Alcé una ceja y este asintió— Eso cuenta como secuestro
—Ayer me dejaste plantado, eso cuenta como abandono
—¿Abandono a qué?
—Ohana significa familia, y la familia nunca se abandona ni se olvida —Citó aquella frase de mi película favorita, Lilo y Stitch. Crucé mis brazos.
—No somos familia, superalo Luke — Blanquee mis ojos y bufé molesta, James no estaba, dejó una nota avisando que llegaría tarde por cuestiones de trabajo así que estaría sola con la persona más insoportable del mundo.
—¿Entonces que somos? —Fingió estar ofendido y eso me molestaba— Aunque bueno, si quieres que seamos otra cosa yo no me opondré. Es más, estaré encantado
—¡Lo único que quiero es que te calles y me dejes en paz! —Tomé mis pertenencias y me observé en el espejo, sonreí satisfecha y salí de la casa con Luke siguiéndome.
—¿Sabes lo que es el auto-control? —Cerré mis ojos con fuerza mientras rezaba internamente, este chico realmente me sacaba de mis casillas— Bueno, es el que tengo en este momento porque ese jean te queda como Dios manda, creo que tendré que decirle a James que cambiará de rol, ya no será mi papá sino mi cuñado.
Suspiré irritada, realmente me exasperaba. Yo sólita abrí la puerta del copiloto y entré en el auto, Luke se encogió de hombros al darse cuenta de mi acción, pues le había ahorrado trabajo. Les dedicó una mirada pícara a algunas chicas que lo miraban descaradamente, pero que decirles.
—Ya sabes lo que dijo James —Me miró con diversión— Estarás bajo mi cuidado, pero puedo dejarte tranquila con una condición
Santo cielo, al fin —¡La que quieras!
—El número de tus amigas, ya sabes, las que te recibieron cuando llegaste a casa —Intenté recordar pues que yo sepa al llegar me recibió James, fue cuando algo hizo click en mi cabeza. Vanessa y Sabrina, dos viejas amigas de la seccundaria que se habían mudado años atrás, se enteraron que yo venía y fueron a recibirme, una muy grata sorpresa. La pregunta es, ¿Como se enteró?— Santo Dios, ¡Esas! —Las señaló rápidamente, mis ojos se abrieron como platos, iban ingresando al edificio— Dime sus nombres al menos