Quiero levantarme, pero es como si mi cuerpo desobedeciera cada una de las ordenes que le he dado e intentado varias veces, pero simplemente no reacciona y nada sucede.
De manera lejana avanzo a escuchar la voz de mi tía Caitlyn, al parecer me está llamando y entre lágrimas suplica que me levante, me parte el corazón escucharla así deseo tanto que esto no esté sucediendo; ella ha sido la madre que yo nunca tuve y sería capaz de hacer cualquier cosa para que no se sienta mal, de verdad que quiero levantarme y quitarle esa angustia que siente, pero no puedo.
Necesito salir de esta, necesito demostrarle a mi tía que cada una de sus enseñanzas y aquellas largas noches de consejos sirvieron de algo, necesito demostrarle a cada persona que nunca confió en mí que soy capaz de salir de esto y de muchas cosas más… Necesito salir adelante por mi madre y por mi tía que siempre ha sido ella la que me ha estado apoyando.
Es verdad que ya han pasado varias veces que he intentado levantarme podría decir que han transcurrido unos 30 min y no logro conseguir nada, la verdad que estoy por darme por vencida, pero a pesar de todo decido realizar mi último intento y después de tantos intentos tras fracasos creo que lo he logrado, los párpados me pesan, desde que empiezo a abrir los ojos muy lentamente me fijo en donde estoy, todo está de color blanco así que debo estar en un hospital, estoy conectada a un sin número de máquinas no hay una parte de mi cuerpo que no tenga algún cable.
Empiezo a mover lentamente mis dedos ya que siento que están todos entumecidos, intento moverme, pero es un completo error porque en seguida siento un dolor recorrer por todo mi cuerpo.
Estoy tan sumida en mis pensamientos tratando de recordar lo que sucedió que no me doy cuenta de que hay una silueta recostada en el filo de mi cama, luego de unos minutos de que mis ojos se acostumbraron a la luz logro reconocer que aquella persona es mi tía.
-Tía – avanzo a llamarla, pero a pesar del opaco tono de voz que logro articular ella me escucha
- Elizabeth…
Había extrañado tanto su tono de voz y aquella mirada tan dulce que tiene, esa mirada idéntica a la de mamá.