Encontrando...amor?

Capitulo 26

—wow… eso fue… —Gina se dejó caer pesadamente en el sofá, apenas y podía creerse lo que le conté.

¿La versión corta?

Su hermano tuvo un pequeño delirio porque lo golpee y quiso vengarse, pero todo parece estar “mejor”, como sea que eso sea posible.

—sí, así que… estoy bien, tu tranquila —ella me echo una de esas miradas serias mientras yo me mordisqueaba la uña del dedo pulgar.

—¿tranquila? Tu ex jefe-

—sigue siendo mi jefe —intenté corregirla, la vi ofuscarse.

—¿seguirás trabajando con él? —ahora que lo pienso ¿Cómo queda mi vida ahora?

—ahora que lo dices así… —tambien me deje desplomar sobre el sofá a su lado mirando a la pared frente a nosotras. —por los momentos… mejor quedarse tranquilas —dije con descuido. —tu a clases… yo… aquí, reformando mi currículo —de todas maneras, tengo que esperar lo que tenga que decirme Walter.

—bueno, si tú lo dices —volvimos a guardar silencio por un rato hasta que cada un regreso a hacer sus cosas

Fui a mi habitación a limpiar el desastre de casi un mes sin lavar y mientras leía los mensajes en mi celular.

Tenía la cantidad normal de mensajes (notificaciones basura de aplicaciones), pero me sorprendió que vi mi cuenta para saber con cuanto contaba y me sorprendió darme cuenta que hay una cantidad absurda de dinero.

—¡Gin! ¡Gin! ¡¿creo que—AAH! —corrí por la casa buscando a Gina, pero me encuentro sentado en el sofá a Cass. Mire a todos lados esperando que Gin no lo vea, ella lo conoce, pero no sabe que es un pajarraco.

—Gina no está, la vi salir hace veinte minutos —él estaba muy relajado con los pies sobre el sofá, le di un manotazo tirándole los pies de mi lindo sofá.

—¿Cómo- olvidalo… eres un ave… —suspire resignada a mi tonta pregunta. —¿Qué haces aquí? —pregunte con ambas manos en mi cintura, el solo siguió viendo la habicacion alrededor.

—bueno… eres mi “señorita” —hizo las comillas en el aire. —por lo que tengo que estar al pendiente de usted.

—¿haciéndome perder otro trabajo? —pregunte irónica mientras lo veía sentarse en el sofá.

—¿si sabes que eres rica? No necesitas… esto —miro con desdén la habitación y estuve por pegarle, pero se transformó en ave y voló hacia la cocina, lo seguí (el lugar no es muy gran) y estaba allí, abriendo la nevera.

—¿de qué hablas? —guarde mi celular en mi bolsillo del short. ¿si recuerdan que estaba lavando ropa? O algo así.

—ay dios, recuerda, eres Evie Lovelace —olvide ese detalle, me quede allí de pie viéndolo servirse mi vino, pegándose directamente de la botella.

—oye, no te tomes eso así! —le fui a quitar la botella, pero la alzo. —ja-ja, muy gracioso —le di con el puño cerrando en el vientre, por el susto se cubrió como si le hubiera dado en su pequeño amiguito así que aproveché para quitarle la botella de la mano. —tu vuelas, no deberías embriagarte y más si no es tuyo.

—¿tu bebes esa porquería? —lo mire con los ojos entrecerrados esperando que las cosquillitas aparecieran, pero nada, resignada guarde el vino.

—¿solo viniste a criticar mi casa? —me quedé con la espalda pegada a la puerta de la nevera cuando vi su intención de volver a requisarla.

—nop, tienes que venir conmigo —lo mire confundida ¿esta loco?

—¿Cómo por?

—¿Qué no escuchas? —me tomo de las mejillas con ambas manos.

—eres una Lovelace, tienes que tomar tu título —me hablo como si fuera una niña pequeña.

—¿no me están buscando para matarme? —intento recordarle, pero eso le hace rodar los ojos, esta fastidiado.

—ya te casaste con Styles y la diosa de la luna intervino por ti ¿Qué más quieres? —intente soltarme de su agarre y me fue hasta la sala de nuevo.

¿Qué quiero?

Quiero mi descanso eterno y que Evie regrese y viva su vida, seguro que ella querrá estar con Walter más que yo.

—tierra llamando a Megara… tenemos que irnos —casqueo los dedos frente a mí y puse mis manos en alto.

—bien. Deja que me cambie entonces. —me regreso por donde vine, entrando a mi habitación y tratando de encontrar algo medianamente decente para ir con este idiota.

Soy la heredera de la familia Lovelace.

Me detengo al espejo a pensar en ello un momento. Desde que llegue de casa de Walter este estuvo como un cachorro con falta de atención, ahora Cass me dice que tenemos que ¿Qué? ¿ir a un registro y decir “soy Evie Lovelace, denme mi dinero”? no, no es tan así, creo que por eso vino por mí, tan vez necesiten muestras de sangre y cabello o que se yo.

¿y si me piden que demuestre algún truco de magia?

Miro mis manos detenidamente dándome cuenta que no me siento ni medianamente poderosa además ¿Por qué la marca se ve menos roja?

No sé nada de magia a parte de los trucos básicos que ya se me olvidaron que me enseño Lucien.

—no tengo todo el día! —grito desde el otro lado de la puerta haciéndome sobresaltar. —si en cinco minutos no abres entrare y te llevare, así como estas. —con esa amenaza en mí, abrí la puerta y el solo me miro de pies a cabeza. —bueno, eso es algo. —solo me puse un jean negro que no está rasgado, era el que usaba para el trabajo, además de mis botas gastadas y un suéter manga larga purpura y el cabello suelto.




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