La voz de la sobrecargo hacen que saque mi mirada de mi laptop para prestarle atención a lo que dice.
–Favor de abrocharse los cinturones, en cinco minutos aterrizamos.
Me acomodé mejor en mi asiento y abroche el cinturón dirigiendo mi mirada hacia la ventana a mi derecha, dándome cuenta que ya estábamos llegando. Volví mi mirada a la pantalla de mi laptop viendo que la información ya había sido enviada por parte de Shaw. Luego de unos cinco minutos ya estaba terminando de tomar mi maleta de mano y preparándome para bajarme.
—Adiós — me despido de la azafata y el piloto, quien había salido luego de haber aterrizado el jepp. Me sonrieron amablemente asintiendo en mi dirección.
Las puertas del jepp se abren y tengo que acomodar un poco mi cobrizo cabello que se despeinó a causa de la brisa del exterior. Saco mi pie derecho enfundado en un tacón rojo Gucci del avión y comienzo a descender por las escaleras analizando el lugar, está totalmente desolado ya que es una pista privada pero el lugar en si es muy bonito. A unos metros del avión se encuentra una limusina aparcada de la cual un hombre, de unos cuarenta aproximadamente, se acerca a recoger y ayudarme con mis pocas maletas; lo reconozco es Malcolm, uno de los hombres de John. Ruedo los ojos al saber lo que me espera una vez que llegue.
—Malcolm— saludo secamente al verlo, no me agrada su presencia. Nunca me causo confianza.
—Señorita Taylor— responde de manera burlona.
—Sube las maletas al auto y vámonos.
Casi nunca soy así de fría. Ja, a quien engaño, me encanta ser fría y distante.
No espero a que abra la puerta y me subo al auto mientras el cierra la puerta detrás de mí. Pone el auto en marcha y pasado diez minutos mí celular vibra haciendo que lo mire la notificación de mensaje directo que tengo.
Número desconocido: objetivo localizado en Estambul, esperando órdenes.
Sonrío.
Elimino el mensaje y guardo el celular en mi cartera viendo como Malcolm me mira desde el espejo retrovisor. En su mirada se refleja el deseo que siente por mí y más cuando se queda mirando mi escote por mucho tiempo, pero yo al contrario que él solo siento asco. Cuando su mirada ya es algo molesta presiono el botón que está a un costado mío activando la ventana de privacidad dejándole en claro que no me interesa en lo más mínimo.
Una hora después el auto se estaciona en la lujosa y antigua mansión de Shaw. Bajo del auto sin esperar que Malcolm me abra y camino por el tramo de camino que atraviesa el jardín de los Evans; el sonido de mis tacones contra la grava es lo único que se escucha por todo el lugar, los hombres de seguridad de John están ubicados por todos lados vigilando que todo esté en orden, no me detienen porque saben quién soy, aunque ninguno me haya visto antes, solo el estúpido de Malcolm.
Cuando llego a la puerta esta se abre revelando a una mujer bajita y con una edad medio avanzada, me sonríe con dulzura y me hace pasar indicándome que Shaw vendrá en unos minutos. Camino por el largo pasillo escuchando solo el sonido de mis tacones, cuando estoy cerca de llegar a la sala escucho el sonido de unas pisadas rápidas y pequeñas y antes de que pueda reaccionar ya tengo al doberman de mi amigo sobre mí lamiendo toda mi cara.
—¡Bruce!— chillo al sentir las cosquillas de sus lamidas, demonios. — ¡abajo!— demando y sin ningún impedimento lo hace, se sienta y me queda mirando.
Cuando termino de acomodarme nuevamente toda mi ropa lo miro y me agacho frente a él para comenzar a acariciarle la parte de atrás de sus orejas.
—Mírate lo hermoso y enorme que estás, Bruce. — hablo con voz melosa— lástima que tu dueño sea un imbécil. — suelto sabiendo que está detrás de mi desde hace cinco minutos.
Escucho su risa detrás de mí y giro a verlo. Le sonrío y me paro caminando hacia él quien me recibe con los brazos abiertos.
— ¡Shaw! Mi amor, no sabes cómo te extrañé, eres el amor de mi vida— chillo el intentando que su voz salga mas afeminada posible.
—Tonto— reí al escucharlo—, te extrañé— susurré mientras él me envolvía entre sus brazos.
—Yo también, B, yo también.
—Okey…— me separe de el lentamente, no soy las que les gusta mostrar tanto afecto— ¿Dónde está John?
El sonrío perversamente como recordando algo y yo hice una mueca de asco, Dios estos dos son unos pervertidos.
—Está en su despacho— respondió, cuando iba a empezar a caminar en esa dirección el volvió a hablar haciendo que me detuviera—, yo que tu no iría ahí, ayer no lo dejé trabajar así que está en modo iracundo.
Lo observé por largos segundos y solté una risita al no ver ni un ápice de burla en sus ojos.
Rodé los ojos— Bien, iré a descansar, no quiero escuchar sus estúpidos berrinches sobre mi seguridad.
Lo escuché reir mientras subía las escaleras.
— ¡Oye!— gritó haciendo que me detuviera a verlo— ponte sexy, hoy hay fiesta— meneo sus cejas perversamente. Lo miré interrogante soltando una pregunta en silencio— hay noticias jugosas y yo soy muy curioso, pequeña gatita.
— ¿El averno?— pregunté obviando el apodo que había utilizado. Asintió y su mirada pasó de ser burlona a una seria en cuestión de minutos.
—Quiero que cambies un poco tu aspecto hoy o cúbrete el rostro, o solo has algo— dijo con desdén—, pero nadie puede saber que estas aquí, o esto se saldrá de control.
No era una sugerencia, era una orden, y sabía perfectamente a lo que se refería. Asentí y en silencio subí las escaleras hasta llegar a la que sería mi habitación por estos dos días.
— ¡Bruce!— grité para luego silbar fuerte obteniendo que el llegara en segundos metiéndose conmigo a la habitación para así cerrar la puerta.
♡♡♡
POV Desconocido.
Ubicación: desconocida.
Hora: desconocida.
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Editado: 27.11.2020