Sonó mi alarma y abrí los ojos con pereza. Vi en mi fondo de pantalla a Petter y enseguida caí en mi realidad.
—Celina.—escuché a mí hermana.
—¿Qué pasa Dani?
—La tía Ruth se tuvo que ir pero me dijo que te informara que habló con los padres de Petter y le dijeron que está fuera de peligro.—suspiré con tranquilidad, aunque saber eso no me bastaba, necesitaba verlo.
—¿Qué tanto secretean?—mamá entró en mi habitación, Dani y yo solo nos encogimos de hombros.—Se les hará tarde.
Mi hermana me guiñó un ojo y salió de la habitación junto con mamá.
Me apresuré en salir de casa. Tenía que ver a Petter, aún no sabía cómo pero lo haría.
Subí al bus y enseguida vía a Tere. No dejé ni que me saludara cuando ya le estaba contando todo lo sucedido. Tere solo me veía sorprendida.
—Necesito verlo.—dije cabizbaja.
—No vayamos a la escuela, yo iré contigo a verlo.
—¡Gracias, gracias!—exclamé la mar de contenta haciendo que todos se nos quedarán viendo.
—Sigan en lo suyo y dejen a mí amiga ser feliz.—reí ante su comentario.
Bajamos del bus y fuimos lejos para que ningún maestro pudiera vernos.
—Con esto tenemos para tomar un taxi.—le informé a Tere.
—¿Con quién te fugaras ahora Celina?—esa maldita voz...
—¿Qué quieres Carlos? ¡Deja a Celina en paz!—salió en mi defensa Tere.
—Tu no te metas.—bufó este.—¿Irás con tu vecino? Claro, por un Lamborghini, una empresa y unas cuentas bancarias si te abres de piernas.
Sin pensarlo mi mano golpeó su sucia cara. No golpeaba como el resto de las mujeres, mi papá me enseñó a defenderme con el puño y eso hice, se lo estampé en su estúpida sonrisa hasta que vi la sangre en su comisura izquierda.
—¡Eso!—Tere reía a carcajadas mientras Carlos se colocaba la mano en su boca.
Un taxi paro a nuestro lado y nos fuimos dejando a Carlos con una comisura sangrienta.
Llegamos al hospital y de inmediato pregunté a la recepcionista por Petter Carrera. Me informó que estaba en el segundo piso, habitación veintinueve.
Por suerte su familia estaba en la cafetería y el se encontraba solo en su cuarto.
—Entra, si alguien se acerca yo te aviso.—asentí y entré a la habitación.
Mi Petter.
Estaba dormido, Se veía tan indefenso en esa cama y conectado a tantos aparatos, un brazo vendado y el rostro lastimado.
—¿Qué te has hecho Petter?—las lágrimas comenzaban a deslizarse, no soportaba verlo así.
Sabía que era mi culpa, esa discusión había sido por mi culpa, por mí salió como loco, por mí se accidentó.
Todo es mi culpa.—pensé cuando Petter de despertó.
—Celi...viniste.—su voz era tan débil.
—Claro que vine, tenía que verte.—acariciaba su mejilla mientras depositaba un beso en sus labios. Alguien entró a la habitación y volteé rápidamente asustada.
Era Tere.
Petter solo me veía confundido.
—Ella es mi mejor amiga Tere.—la presenté.
—Celi hoy las clases terminan dos horas antes, debes apurarte.
—¿Celina te fugaste?—dijo Petter molesto.
—Necesitaba verte y saber que estabas bien.—dije haciendo puchero
—Debes irte. En la tarde traerán mi celular, prometo llamarte preciosa.—me limité a asentir.
Salí del hospital junto con Tere cuando vi llegar a Susy.
—Celina, no es momento para tus celos. No puedes entrar por la familia de Petter, pero ella sí a pesar de ser la ex. Mejor vámonos.—intentaba controlarme Tere pero yo corrí de nuevo a dentro del hospital con ella siguiéndome.
Sofía y Karen, las tías de Petter, saludaron a Susy y la llevaron hasta donde estaba Petter.
—Las tres son unas arpías.—susurró Tere haciendo que sonriera.
—Solo quiero escuchar que le dice a Petter.—le dije a Tere poniendo expresión tierna para que me ayudara.
—¡Bien!—acepta finalmente.—Vayamos a la otra ventanilla y escuchemos.
—¿Bebé que te pasó?—le dijo la cucaracha de Susy a mí Petter, intentando besarlo pero el lo evitó.
—¿Qué quieres?—contestó el cansando.
—Vine a verte, mira cómo estás por culpa de la antipática de tu vecina.
—Ok, mátala.—me animó Tere pero yo negué.
—Celina es mi novia y la respetas. Agradezco tú visita pero no me interesa verte Susy. Ya no me interesa nada de ti, no vuelvas. Puedes tener de tu lado a mi familia pero yo amo a mi vecina.
—Aww mi amor.—Tere comenzó a molestar.—La odiosa ya se fue Celi
Salimos finalmente del hospital y llegamos justo en el momento en el que llegaba el autobús, montándonos como si no hubiéramos faltado todo el día a clases.
Le agradecí a Tere nuevamente por acompañarme y bajé del autobús camino a mí solitaria casa.
Me sentía realmente sola, mis padres vivían renegando que debían de volver a construir un patrimonio que les habían arrebatado. Mi abuela cuidaba de Dani y yo me dedicaba a acosar a mi vecino pero él ya no estaba.
Subí a la terraza para recordar cada momento vivido con Petter El cálido abrazo, nuestro primer beso, la vez en la que casi caigo a su casa. Los recuerdos me invadían mientras me daba cuenta que en tan poco tiempo Petter de había convertido en una de las personas más importantes de mi vida.
Necesitaba saber porqué no nos dejaban estar juntos. Él estaría un buen tiempo en el hospital y para poder verlo libremente necesitaba averiguar qué fue lo que había pasado, y eso haría Investigaría todo lo que fuera necesario para poder estar con él.
Y con esa misión en mente me fui a dormir. Mañana sería un gran día.