—Petter ¿qué hacemos aquí? Dijiste que pasaríamos una linda tarde y me traes aquí.—le dije molesta al ver que me había traído a la cabaña donde Carlos me tuvo hace meses.—¡Qué pretendes!—grité furiosa.
—Celina, tranquila.—susurró Petter tomándome de la mano, yo estaba muy confundida, no sabía que pretendía.
Aquí pasé uno de los peores episodios de mi vida, y él me trae aquí para pasar una linda tarde.—pensé mientras me volvía a subir al auto.
Narra Petter:
Le prometí a Celina que pasaríamos una linda tarde, quise traerla allí, pero ella estaba muy enfadada. No entendía lo que yo pretendía.
Subí al auto junto con ella.—Te explicaré que pretendo, pero bájate del auto, por favor.—Celina se bajó del auto, pero ni siquiera me veía.
Vaya, está chica sí que es enojona.—pensé mientras me acercaba a ella.
—Escucho...
—Ayer cuando regresamos, pensé en que hacer para celebrarlo.
—¿Y me traes acá para celebrar?—me interrumpió igual—o más—enfadada.
—Cálmate, y déjame terminar.—pedí, ella me dio una mirada que me asustó.
¿Por qué todas las chicas tienen ese mal carácter, o es solo la mía?—pensé.
—¿Recuerdas lo qué pasó aquí?
—Sí.
—Ese día tuve miedo, me sentí como un niño pequeño temiéndole a todo. Estacioné el auto justo aquí. No tenía miedo de lo que me pasaría a mí, sino de lo que te estaba pasando a ti. No soy un súper héroe, pero si ese día mi súper poder hubiera sido dar mi vida por ti, entonces lo hubiera usados sin pensarlo. Entre ahí sin saber que hacer, solo tenía un objetivo y era sacarte sana y salva de ese sitio. Hoy te traje aquí para recordarte qué, así como ese día vine en busca de ti, haría lo mismo como si tuviera que buscarte en cualquier parte del mundo, iría por ti tan solo para darte mi vida. Entré en esa cabaña en busca de mi vecina, Celi. Entraría al mismísimo infierno tan solo por encontrarte.
—Te amo Petter.—susurró. Sabía muy bien que ella no expresaba con palabras sus sentimientos, pero con un "te amo" que salga de sus labios, para mí es la mejor expresión que pueda escuchar.
Narra Celina:
Petter me dijo tantas cosas, y yo solo pide responder con un "te amo”. De por sí, expresar mis sentimientos era todo un reto. Cuando estaba con él me sentía tan vulnerable, que incluso los "te amo" salían con dificultad, no porque no lo sentía, sino, porque su simple presencia me dejaba sin habla.
—Te amo, pero vámonos de aquí, por favor.
—A sus órdenes, princesa.—respondió mientras se acercaba a mí.—Te amo vecina.
—Pero qué linda escena.—dijo una voz socarrona, que por desgracia, conocía muy bien.
—No jodan.—respondió Petter tomándome de la mano. Carlos estaba con Damián y otros chicos que nunca había visto.
—No tan rápido, tramposo.—dijo Damián tomando a Petter por el antebrazo.
—El tramposo fuiste tú, sólo tomé lo que es mío.—respondió Petter furioso. Ya entendía, Petter había recuperado el auto por las malas.
—¿Qué propones?—le preguntó Carlos a Damian.
—Llévate al auto, y también a la chica.
—Son unos idiotas. Sube al auto Celina.—ordenó Petter, pero antes de que pudiera subir al auto, Carlos me tomó de la cintura.—Suéltala.—dijo Petter entre dientes, estaba muy furioso, lo que hizo que Damián y otros chico lo sostuvieran.
—Te enseñaré a saber perder, Petter Carrera.
—¡Suéltame mal nacido!—gritó Petter intentando zafarse del agarre de Damián, pero era imposible.
Damián junto a los potros chicos, se llevaron a Petter al otro auto.
—¿Ahora qué Carlos?—pregunté con desesperación.
—Súbete y pórtate bien si no quieres que tu novio pague las consecuencias.
—¡Eres un maldito!—le grité, pero el otro chico me subió al auto mientras Carlos se sentaba al volante.
No sabía a dónde me llevaban. No sabía a dónde lo llevarían a él. Solo sabía que si le hacían daño a Petter, también me lo harían a mí.