-Entonces no me iré. - Me responde con una sonrisa.
Yo no vuelvo a hablar y ella no parece molestarle, solo se queda ahí en su lugar terminando con su plato.
Cuando volvemos a clase, ambos cargamos con las cosas de nuestros amigos, quienes llegan unos minutos después, el maestro no aparece por lo que entran sin problemas. Josh trae cara de poco amigos y la camisa cerrada hasta el cuello y Astrid viene riendo como nunca mostrándonos su celular para poder ver las fotos que le tomo a la distancia mientras era regañado.
-Estaba a punto de llorar.
-Querían desnudarme en pleno pasillo. - Astrid comienza a reír contagiando a Joy que a la vez se disculpa con el chico por hacerlo.
La segunda mitad del día pasa más rápido que la primera por lo que en un cerrar y abrir de ojos estamos de nuevo reunido en el parque de enfrente. El lugar de encuentro es el mismo por lo que nos trasladamos allá, las chicas se van con Joshua y yo por mi cuenta.
Bajo del auto sin prisa, abro la puerta trasera y tomo la comida que compre antes de venir acá. Entro al sótano sin problemas y ya están todos reunidos en la mesa del fondo, dejo las bolsas en medio y Josh es el primero en acercase, me pasa un brazo sobre mis hombros en forma de abrazo mientras me da las gracias por traer la comida.
-No hay problema. - le digo quitándomelo de encima para buscar una silla.
La rubia se mueve haciendo un espacio por lo que me siento entre ella y Josh, la castaña está a su izquierda.
-Entonces ¿Cuándo iremos a la feria? - Joy estira su mano para tomar un papa del centro.
-Ya habíamos dicho que la próxima semana. -dice Astrid.
- ¿Solo iremos nosotros?
-Si ¿Quién más?
-No lo sé, solo preguntaba. – se encoje de hombros quitándole importancia.
Me acomodo en mi silla trato de no perderme en mis pensamientos como los últimos días, los escucho, hablan de un lugar nuevo del que todo mundo tiene solo cosas buenas que decir, muevo la cabeza viendo a cada uno cuando hablan.
Mi mano viaja hasta la mochila de Josh que esta en su respaldo y tomo uno de las plumas que tiene al fondo, bajo la vista a la servilleta en mi mano y sin tratar de perder el hilo de la conversación, mi pluma hace trazos sin orden, solo muevo mi mano en un intento de que alguna imagen venga a mi mente y poder comenzar un dibujo, pero mi cerebro parece que sigue de vacaciones.
-Lán no está escuchando, de nuevo. - todos me miran y yo levanto la vista
-Si los estoy escuchando. - digo serio.
- ¿Qué dibujas?
-Nada. - la castaña me sostiene la mirada por unos segundos y regresa a la conversación. Ya no vuelve a mirarme el resto de la tarde y se concentra solo en los otros dos, aunque se de lo que hablan, no soy capaz de unirme a la plática, mi mente divaga por ciertos momentos, es tan extraño esto, quiero estar con ellos, pero a la vez no estoy aquí, sé que la soledad de mi casa no me agrada y me gusta estar en casa de Josh con los chicos, pero ya que estamos juntos mi mente no se concentra en ellos.
Los sentimientos comienzan a llenar mi pecho y necesito salir por aire, los dejo mientras encienden la consola conectada al televisor y salgo sin cuidado, la puerta se cierra con más fuerza de la planeada pero no me vuelvo, sigo caminando hasta llegar a la calle, el aire fresco golpea mi cara y yo trato de controlar mi respiración, me siento en la banqueta para concentrarme en mis pies, los muevo al mismo tiempo siguiendo melodías raras en mi mente. El sonido de unas zapatillas me hace levantar la cabeza, me giro para ver a Joy venir hacia mí, sigo sin saber cómo sentirme sobre ella, parece querer caerle bien a todos pero creo que su sobre amabilidad también puede causar dolor de cabeza, desde que llegó aquí no ha dejado de seguirme el rastro, antes podía pasar días sin aparecerme por la escuela o por aquí y nadie solía decirme nada, ella no ha dejado de preguntarme si estoy bien desde que tuve el dolor de cabeza aquel día, entiendo que se preocupa pero no entiendo porque se preocupa por mí, apenas me conoce y no me he portado lo suficientemente amable como Astrid o Josh para que siga insistiendo.
-Dejaste tu chaqueta adentro. – habla casi en susurro mientras estira la mano con la prenda. La tomo y la pongo sobre mis piernas, ella se queda ahí mirándome, sé que quiere preguntarlo, pero no lo hace, la escucho darse la vuelta.
-Gracias. - le digo antes de que se vaya.
-De nada. - se vuelve para decirme, puedo notar que juega con sus manos que están dentro de los bolsillos de su suéter de colores. Solo dilo, mujer.
Y como si leyera mi mente, habla de nuevo.
- ¿Quieres estar solo? - no era la pregunta que esperaba. La miro y ella solo comienza a mecerse en su lugar, le hago una seña con la cabeza y entiende a la primera.
Camina hasta mí y se siente a mi lado sin decir nada. Repaso los carros estacionados en la calle, las casas de la acera de enfrente, los grandes árboles que decoran la calle y después vuelvo la vista a la chica que me acompaña, ella parece hacer los mismo.
- ¿Por qué me sigues?
Editado: 24.01.2022