Encuentros Sombríos

El nuevo amigo

Helena se encontraba feliz por el regalo que le había hecho su madre para su cumpleaños número 15. Hacía mucho deseaba un cachorro. De su niñez recordaba tres compañeros perrunos, dos murieron de vejez, pero el accidente del último puso el pare de su familia a la posibilidad de tener una mascota.

El pobrecito huyó de la casa y comió algo envenenado, murió a las pocas horas de ser encontrado. Su pérdida significó un hueco grande en el alma de la niña de 9 años. Pero ahora, hoy en su día festivo estaba acompañada de un perrito dulce, de pelaje muy blanco y ojos azules. Quien lo viera recordaría la imagen de un ángel.

La chica lo había dejado jugando con unos peluches mientras se preparaba para su fiesta, pronto llegarían par de amigos e irían a por helados y quizás una película. Aprovecharía para estrenar su vestido azul de escote en v, entallado y acampanado. Recordaba a las mujeres amas de casa de los años 50: hermosamente vestidas esperando a su esposo con la cena lista y demás quehaceres de la casa realizados. Esta misma idea que nos transmite el vestido fue la que paso por la mente Helena al elegirlo. Había invitado a Brett y esperaba que finalmente, esa noche, se fijara en ella. Llevaba tiempo enamorada, pero no se atrevía a confesar sus sentimientos. Quizás lo especial del día, el ambiente en la sala de cine o los poderes del vestido la ayudarían.

Terminaba de maquillarse cuando sonó la puerta, era su amiga Carol, el cachorro corrió rápidamente delante de ella para recibirla, pero Carol soltó un grito: “Aléjalo!!! No me agradan los perros. Uno me mordió cuando niña. Les tengo pavor”

Helena lo cogió del piso y este le lamió cariñosamente la mejilla: “Pero si es una ternurita!” – exclamó, pero su amiga no cedía en estar cerca, así que lo encerraron en el baño hasta que llegaran todos y se marcharon a celebrar.

Siguió maquillándose y relatándole sus ideas a Carol cuando tocaron la puerta nuevamente. Era Brett y Helena se había quedado petrificada, no podía creerlo, sostenía una rosa, la cual le entrego con un “Felicidades” y la abrazó. El abrazo le había parecido la eternidad en el paraíso, una felicidad, calma y olas chocando, eran muchas emociones en su interior complejas de explicar.

Carol le dijo a Brett que esperara en la sala mientras terminaban de arreglarse, cogió a Helena, aun con cara de tonta, de la mano y la arrastro al cuarto. “Te puedes calmar” le dijo una vez a solas. Pero la cumpleañera continuaba en shock. Por primera vez había sentido que tenía posibilidades con Brett y estaba emocionada, intentando procesarlo para no tartamudear ni quedarse congelada cuando lo volviera a ver. De repente se escucharon estruendos, salieron corriendo y encontraron a Brett tirado en el baño, en un charco de sangre, el cuello mordido y el cachorro bebiendo de él, su pelaje ahora estaba todo salpicado de rojo, sintió la presencia de las muchachas y voltió a mirarlas, sus ojos estaban ciegos y gruñía. Helena sudando frío y con cara de pánico vio su reflejo en el espejo del baño, escrito con sangre en su hermoso vestido ahora se leía: “Serás solo mía”

Perro



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En el texto hay: vampiros, romance drama, terror y horror

Editado: 16.06.2021

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