Ender [pausada]

CAPÍTULO 5.

ENDER.

 

Ezra Dambers me mira con cansancio antes de alejarse de mí, como si intentase huir de mis ojos dolosos, me siento herida ante su mentira al igual que la forma tan fría en que se comporta conmigo. Sé perfectamente que mi hermano no es la persona más afectuosa del mundo, sin embargo, nunca se ha portado como un patán al estar a mi lado. Soy como una parte externa de todo el mundo, una burbuja lejos de su faceta de criminal perfecto, de un ser sin corazón.

Camino tras su espalda, ocultando mi repentino cansancio y la sensación de asosiego al recordar la imagen del chico desfallecido a mis pies. Pienso un momento en su manera de sonreírme con ese toque tan propio como si fuese una marca personal, un identificativo.

— Te dije claramente que lo último que quería era volver a formar parte de un secuestro — bajo la cabeza al encontrarme con su imponente mirada, no puedo evitarlo, pese a que sepa que soy inmune a ciertos regaños, me sigue pareciendo atemorizante —. No me gusta dañar a nadie que sea inocente.

Escucho un carraspeo, se ha molestado nuevamente. Él odia esa parte de mí, la que es frágil y parece provenir de una inexperta, alguien que no conoce el mundo en el que nos rodeamos. Pienso un segundo en las lecciones que me ha dado mi hermano, en sus manías por protegerme de una manera poco ortodoxa.

— Hemos tenido esta conversación millones de veces, Ender — su voz boricua provoca que los vellos de mi nuca se ericen. Me obligo a plantarle cara —. En este mundo no hay nadie inocente de culpa, sólo un conjunto de mentirosos que quieren disfrazarse de mártires.

Ambos tomamos asiento en una de las butacas frente a la barra, Ray — nuestro cantinero — nos mira de reojo cerca del mostrador de bebida mientras agita con fuerza un conjunto de vasos. Intento no mirarle, concentrarme en el rostro de Ezra pero me es imposible, desde que era una niña me he sentido atraída por lo desconocido, por aprender nuevas cosas e innovar mi colección de habilidades.

Me reprimo a mí misma antes de obligarme a concentrarme en mi hermano como único punto importante. Debo reconciliarme con él de alguna manera en la que quedemos equitativamente conformes, yo no quiero seguir formando parte de sus litigios en contra de chicos inocentes que pagan el castigo de sus padres — pese a que ello, signifique el estar menos tiempo junto a Yannick.

— Ray — llama Ezra. El bar tender se acerca a nosotros con apuros, dejando de lado al conjunto de jóvenes que reclaman enojados desde sus sitios. Casi quiero reírme al encontrarlos mirándonos como si deseasen que un piano nos cayese encima —. Necesito que me traigas un vodka — inquiere. Lleva sus manos a la cabeza y con sus dedos pulgar e índice masajea sus sienes, cierra los ojos —. Ésta mujer va a sacarme de quicio.

— En seguida, jefe — me mira con diversión inscrita en los ojos, casi quiero sonreírle, casi —. ¿Desea algo, señorita?

— Una cerveza estaría bien.

Asiente con la cabeza antes de regresar a donde los clientes furibundos golpean la barra con los puños y agitan billetes al aire. Es increíble cómo el alcohol hace cambiar a las personas, programándolas para depender a un líquido que al final de cuentas, sabe asqueroso.

Ezra suelta un suspiro, puedo escucharlo pese a la música a todo volumen a nuestro alrededor, estamos demasiado cerca, estoy segura de que si me inclino lo suficiente estaríamos tocando nuestros rostros como si fuésemos la más feliz de las parejas. A él le gusta que esté a su alrededor, como una niña pequeña, no le gusta perderme de vista.

— Sabes que haría cualquier cosa por ti, Ender — gira la cabeza hacía mí, haciendo más confidencial nuestra plática. Parece sincero y eso es algo que agradezco, él nunca me miente pese a que su verdad sea demasiado cruda y eso es algo que me gusta de él —. Pero también sabes que no puedo arriesgarme a darle a cualquier persona tu cargo, eres importante para mí, no lo eches a perder.

— Podrías poner a Yannick…

— El que simpatice contigo, no significa que tiene privilegios conmigo.

Mis mejillas se ruborizan un poco al caer en cuenta que, pese a mis intentos por no ser demasiado obvia con el chico y no caer en la monotonía de pulular a su alrededor: mi hermano se ha dado cuenta de mi fuerte conexión con él. Por unos segundos, me pregunto qué pasaría si Yannick escuchase por fin de mi boca el que estoy de cierta manera, enamorada de él. ¿Qué sucedería con nosotros?

— Sólo no quiero dañar a nadie — Ray deja nuestras bebidas sobre la barra y sin decir palabras se retira, él sabe perfectamente cuando y cuando no hablar, él sabe perfectamente cómo actuar cuando estamos alguno de los dueños del local —, me parece repulsivo el ser una malnacida con alguien que parece ajeno a todo lo que sus padres hacen. Son inocentes pese a los errores, no puedes negarlo Ezra.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.