Enero Sombrío

Capítulo : La despedida

 

 

En que más puede pensar una persona que sabe que la van a abandonar? .Cómo se puede sentir una persona que se acaba de enterar que para sus padres es solo una carga?.

Es casi inexplicable la manera en la que me siento al ver todas las maletas juntas en un rincón de la oscura sala con tenue rayo del sol de la tarde que hacía un intento por alegrar la casa. Pero la tensión, los nervios y la tristeza eran mucho más fuertes haciendo que el mismo se escondiese en tan solo esa tenue luz que hacía resaltar el rosado de la maleta superior perteneciente a mi hermana. En la tapa resaltaban unas viejas estampillas de Roma,Alemania, Dinamarca, Argentina ,México. Era notable, amaba los viajes.

Bajo ella, una maleta negra,vieja, desde mi lugar se podía sentir el olor a edad. Pintada de negro con una lluvia de imágenes y estampas. Con mangos gruesos y marrones el doble de grande que la superior. Junto a ella, en la mesa de café cuatro papeles. Los había leído antes de reojo, pero no pude a más debido a la noticia que contenía en ella. Me acerco juntando los pedazos rotos de mi corazón y uniéndolos con las últimas gotas de valentía que me quedaban.

En el primero, dos vuelos atados con una cinta de regalo. Dos viajes Venecia. Recuerdo que los más cerca que he estado de ese lugar ha sido en una película Piolín donde el pajarito paseaba por los canales, me sonaba un lugar mágico o al menos bonito para sacar muy buenas fotos e inspirarse. Mamá siempre decía que quería ir con papá y besarse en esos lugares, que le regalen una rosa, todo deseo de mujer. Y como se acercaba su cumpleaños le hacía saber a todos que ese era su deseo contándole a sus amigas, cantando cada vez que llegábamos a casa mientras que barría la misma canción de Charles Aznavour

Que profunda emoción
recordar el ayer
cuando todo en venecia me hablaba de amor
ante mi soledad
en el atardecer
tu lejano recuerdo me viene a buscar
que callada quietud
que tristeza sin fin
que distinta venecia si me faltas tu
una gondola va
cobijando un amor
el que yo te entregué dime tu donde está.

 

Por otro lado, un sobre blanco, en la esquina la insignia de Oxford junto con su nombre escrito en letras cursivas. Dentro dos papeles, uno era una carta bastante larga con letras resaltadas para quienes solo querían un resumen de la misma como por ejemplo: Oxford , Alice Ornan , ha conseguido la beca , presentación en el instituto 17/12 del corriente año.

Creo que ese Lunes cuando el cartero me entregó el sobre marrón y leí el destinatario supe de que se trataba, a la vez que vi como me quedaba sin familia, pero pareciera que a ellos no les importase. Cuando la emoción y el festejo se habían acabado, los tres me observaron como el perro cuando te vas de vacaciones y no sabes qué hacer con él porque no deseas cuidarlo durante el viaje.

De la boca de mi padre salió una frase tan sencilla y tan dura que si fuera la típica adolescente me hubiera puesto a llorar, pero en sí Antonio Ornan nunca me había querido. Cada frase negativa que me decía las tengo grabadas en mi mente y sé muy dentro de mí que NUNCA las voy a olvidar. Pero esta vez no se trataba de tratarme como una inquilina en la casa, solo de buscar una solución al corriente problema “Llamaré a Laura, tu tía”.

Lo bueno de que me cuide mi tía es que ella puede ser la única persona que me quiere, todos aman Alice porque es prácticamente una máquina. Sabe hacer de todo y al recibirse de 5° tenía un total de 45 diplomas: Que feria de ciencias puesto número 1 , Olimpiadas de Matemática en Italia internacional puesto número 1, Modelo Internacional ONU 4 reconocimientos destacando la gran participación y bla bla bla. Aparte de nunca ver un 9 en sus libretas. Tenía amigas, participó todos los años en la estudiantina, tiene novio extranjero y llevan 13 años. Yo en comparación no estaba mal, pero Alice siempre sería la primera en nacer y por ende la mejor. Y yo la 2° y quién sigue los pasos de su hermana. Pero Laura veía que ambas habíamos nacido de la misma rama y que no había diferencia alguna.

 

Salimos de casa y yo por no viajar me tenía que encargar de cerrar la casa, y así lo hice. Salía corriendo para llegar al taxi que nos esperaba, pero nadie se acordó de mí y entre la manada de vecinos que estaba en la entrada con las “Felicidades amix!!!!” o “Los vamos a extrañar” nadie se dio cuenta de donde estaba yo, así que me senté en las escaleras de cemento de mi casa. Luego se me acerca doña Faustina, la vecina de al lado y me pregunta que si voy con mis padres y al segundo siguiente que termino de hablar respondo “no” y esperaba que se quedase y preguntase el porqué de mi respuesta. Pero no fue así y se fue con sus dos caniches a despedir a la “Familia perfecta”.

Ya se hace de noche. Puedo verlo en la danza que hacen la noche y el atardecer. Tan perfecta que hacen una mezcla dejando como rastro un violeta. En eso estaba cuando el nieto de Doña Faustina se me acerca. En ese instante mi corazón empezó a marcar el ritmo del tiempo. Lo conocía desde que nací y siempre que aparecía era la misma reacción: El corazón palpitante y mis pupilas creciendo cada vez más acaparando el azul de mis ojos que le daba más color a los suyos. Desliza la pequeña traba de la decorativa reja y se sienta en la escalera siguiente a la mía antes de hablar.



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En el texto hay: amor

Editado: 27.02.2018

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