Enseñame a amar

Capítulo 23 ("Complicaciones")

"Complicaciones"

Emma:

Vestidos, ropas, cientos de zapatos y probadores...

En eso se resumía mí tarde.

Había venido con Eiza a comprar más prendas.

Si, sé que se suponía que iríamos a su departamento; pero nos detuvimos con la primera tienda de ropa que vimos.

¿Qué? ¡Somos Mujeres! ¡Nos fascina comprar, supérenlo!

Si antes las bolsas de Eiza pesaban, ahora ni se podrían imaginar. No habíamos caminado ni media cuadra y ya me estaba muriendo.

Comienzo a dudar si ir de compras haya sido una buena idea...

Viéndolo de otro lado, por lo menos ayudó a despejarme un poco de todo lo que estaba pasando.

Después de unos cinco minutos caminando, por fin habíamos llegado al departamento de Eiza. Era un hermoso lugar.

La tonalidad de colores me encantaba. Básicamente los tres colores que reinaban en el lugar, eran blanco, violeta y gris, haciendo contraste y logrando un espacio calmado.

El departamento me parecía maravilloso.

-Me alegra que te guste- Eiza me sacó de mi trance- me esforcé decorando y pintando este lugar.

-Está muy lindo- me abrazo a mí misma aún con las bolsas en manos. Eiza se da cuenta y no tarda mucho en hablar.

-Si quieres puedes poner las bolsas en aquella mesa- señaló un lugar del departamento- Yo iré a darme una ducha, no tardo- y así lo hice. Coloque las bolsas en la mesa.

Después de un tiempo escuché  el agua correr y supuse que Eiza ya había entrado a ducharse, así que me permití husmear un poco por su departamento.

Caminé y vi cuadros colgando en la pared, fotos familiares y entre otras cosas.

Había muchos premios de ferias de ciencias. Me sorprendió saber lo buena que era Eiza en ciencias ya que todos sus premios eran del primer lugar.

Seguí echándoles un vistazo a sus cosas y mis ojos se detuvieron en una foto en específico. En ella había tres personas, eran Eiza, Tyler y el profesor Rutcher.

Se veían felices...

Aquello solo me recordó lo cruel y mala persona que era por mentirles a Eiza y Tyler.

Escuché como el agua dejaba de caer por la regadera y temblando coloqué la foto en su lugar.

-¿Te encuentras bien?- escuché  la voz de Eiza tras de mi- Pareciera como si hubieras visto un fantasma.

-Sí, solo que no me acordaba que tenía que ayudar a Ginger dentro de un rato con algo- Miento- fue un gusto charlar contigo Eiza- digo sincera- en verdad que lo necesitaba.- ella me brinda una cálida sonrisa.

-Cuando gustes- estaba a punto de irme pero Eiza me detuvo- y Emma... recuerda que no estás sola.

-Otra vez, gracias- digo para marcharme a mi departamento.

Ginger:

Sabía que no faltaba mucho para que Luke me recogiera, así que me observé  por última vez en el espejo para ver que todo se encontrara donde debía y verificar que yo estuviese perfecta. No sé por qué estaba tan nerviosa esta noche.

¡Por Dios! ¡Es Luke!

¡El chico que te secuestró en su auto!- recordó mi conciencia, consiguiendo que me calmase un poco.

Sentí mi teléfono vibrar y me espante por los nervios.

Era un mensaje de Luke.

Luke: estoy aquí, ya puedes bajar.

Ginger: de acuerdo, pronto bajo.

Estaba por apagar mi celular, pero antes este volvió a vibrar indicando que me había llegado otro mensaje.

Luke: Estoy ansioso por ver lo preciosa que de seguro estas, princesa.

Mi corazón se detuvo con ese último mensaje y el rubor no tardo en apoderarse de mis mejillas.

Salí de mi departamento y bajé las escaleras con ansias. Al llegar al último escalón miré  al frente pero no vi a Luke por ninguna parte. Di unos pasos más confundida, pero alguien me tomo de la cintura y me pego contra el por detrás.

-Tenía razón al decir que estarías preciosa, pero no sabía que esas palabras te quedarían cortas por lo hermosa que estás- alguien susurro en mi oído. Pude reconocer la voz de Luke, quien me dio la vuelta para encararlo.

Mi estómago experimentaba bastantes sensaciones.

Le di una sonrisa.

-Tu tampoco estas nada mal- digo al verlo en ese traje.

Recordé que aún no sabía a donde iríamos.

-¿A dónde iremos?

-Es sorpresa- dice mientras conduce.

-Pero ¿Por qué no me puedes decir?- hago puchero.

-¿Qué parte de 'sorpresa' no entiendes?

-¿Una pista?- acerco mis labios a sus oídos tratando de sacarle información.

-Ginger, si piensas que te diré solo por estar malditamente buena y esta noche en especial, estas equivocada ya que solo conseguirías que te folle en este maldito auto.

Me quedé impactada y el rubor se apodero de mi al igual que la vergüenza.

Después de unos minutos llegamos a lo que parecía una galería de arte.

-¿Qué es esto?- ensanché una sonrisa, mientras entrabamos al lugar.




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