Ashley Wood
Al día siguiente, nuestro entrenador nos informó que consiguió el permiso, por alguna razón, nos hizo entrenar más de lo normal. Las chicas y yo acabamos agotadas físicamente y con una inusual charla de sexualidad también mentalmente. No dudaba que también se había enterado del chisme del momento, pero era muy profesional para decírmelo en mi cara. Además era una de las mejores, no le convenía que esto se haga un problema serio.
Las chicas se fueron a bañar mientras que yo tuve una duda entre hacerlo o no, no me gustaba el baño del colegio. Pero, mi olor asqueroso ganó la batalla y me bañe después de que todas lo hicieran. Por lo que tuve que perderme el tiempo libre.
Al momento de cambiarme, tuve un accidente. Mi ropa seca y limpia se me cayó en el suelo mojándose por completo así que no tuve más opción que ponerme mi uniforme que utilizó para jugar. No era algo estaba prohibido porque ya lo había hecho algunas veces, pero el short era demasiado pegado a mis glúteos y estar de clase en clase vestida así no era cómodo y más con todas más miradas que me he ganado ayer. Hice un nudo mi camiseta para que no se viera muy suelto y amarrando mis zapatillas salgo.
El silbido de un chico hace que apresure mi paso.
—No seré Adrián, pero te juro que la tengo más grande —lo ignoro y avanzo.
Al llegar a Literatura me fijo que mi compañera que aún no ha llegado. Esto es aprovechado por unas cuatro chicas, ya hicieron grupito es inútil que recupere mi sitio. Recuerdo quien está en la misma clase y voy a su alcance.
—Fuera —demando, el chico me mira con los ojos desafiantes, después a su compañero y sonríe.
—Lo que sea por ver su espectáculo —objeta y se va.
—Esto de sentarte conmigo se te esta haciendo costumbre —abro mi cuaderno y espero al profesor.
—Me han robado mi sitio —señalo a las chicas.
—Oh.
El maestro viene y todos callan. Habla un poco de este, esto y un poco de aquello. Entiendo todo y me atrapa cada una de sus palabras. Por alguna razón me gusta esta materia, pero no soy fan de leer. Confuso. Al terminar deja un par de investigaciones y escucho un bufido a mi izquierda.
—¿Mucho?
—Demasiado, estoy pensando ahora mismo si debo hacerlo o no. —me sorprendo— No soy un Ángel, Ashley.
—Nunca dije que lo fueras.
—Pero estoy seguro de que nunca te imaginaste que fuera así —sonrío.
—Y como supuestamente eres Adrián Irman.
—No como sino que —lo miro ansiosa—. Una persona que esta derribando cada pensamiento ingenuo que tenías sobre mí. —me quedó callada—Tengo aquello que muchos desean: Inteligencia y belleza.
—Por lo que veo también un enorme ego.
—No es lo único grande que tengo, Ashley.
—Tu no eres así, lo sé —habló cerca—. No sé porque quieres que me acueste contigo, pero ten por seguro de que lo averiguare —derribó la muralla que construyó y sé queda pasmado. He acertado.
La clase finaliza y Adrián coge sus cosas y se va rápido. Lo copio y me dirijo a mí última clase, donde Luke tiene que estar.
Efectivamente, está aquí. Todas las mesas están llenas y por suerte nadie ha ocupado mí sitio. No sé si no sé han sentado porque quieren ver lo que va a pasar o simplemente pasan de nosotros.
Dejó mis cosas y me inclinó.
—Luke. —no me hace caso— Luke, no estés así —frunce su ceño y conecta su mirada con la mía.
—Déjalo, Ashley.
—Necesitamos hablar —presiono.
Me mira por unos segundos y puedo ver que va a acceder hablar conmigo, pero en ese entonces, su mirada va hacía la puerta. Lo copio y veo a Adrián con algo entre sus manos. Este me ubica y sonríe. Puedo sentir la tensión en el ambiente.
—Te has olvidado tu polo. —mira a mí costado y luego a mí— Me lo he pasado genial —y se va.
Lo ha hecho adrede, estoy segura. Maldito. Tengo ganas de ir y golpearlo, pero el puño de Luke contra la mesa me deja estática.
—Puedo explicarlo —habló rápido.
No estoy segura de como llegó mi polo hasta sus manos, pero una explicación razonable debe de haber. Su risa me avisa su siguiente movimiento.
—Revísate, tal vez te puede faltar otra prenda —sale del aula.
Genial.
Adrián
¿Funciono?
Ashley
¿Qué mierda, Adrián?
Adrián
Karla me dijo si sabía dónde estabas, le pregunte porque y me enseño tu polo así que le dije que yo te lo iba a entregar.
Ashley
La voy a matar. No vuelvas hacer una cosa como esa, esta enojado.
Adrián
Ese era el plan.
Dejó de responder y me concentró en la clase hasta el final. Cojo mis cosas y me retiro de aula con todos mis compañeros al término de la clase. Me muevo rápido entre la gente, pero al sentir una mano en mí trasero me detengo.
Tengo toda la intención de golpear al sujeto que ha sido, pero al voltear lo encuentro sobándose la sien. Lo han golpeado.
Una mano me jala entre las personas y me lleva hasta un aula vacía. No tengo la necesidad de verlo, desde que me tocó pude sentir quien era. Escucho el clic de la puerta y alzó mí mirada. Esta con su respiración agitada y con sus pupilas dilatadas. No le ha gustado nada que alguien me haya tocado de forma indecente y me lo ha dejado saber muy en claro.
—Gracias —susurro— ¿Podemos hablar, Luke?
Avanza unos pasos y nuestras reparaciones se combinan. No sé que hacer en estas circunstancias, pero por instinto llevó mis manos a su pecho. Parece agradecido por ello. Sin esperar, junta mis labios con los suyos y un sonido ronco sale de su garganta. Es tan dulce, no como las otras veces. Baja su recorrido hasta mí cuello y cuando me percató de su intención me separó.
—No me vas a marcar —aseguro.
Su sonrisa me da miedo. Luego, con su mano me empuja levemente hasta la pared y vuelve a besarme. Solo cinco segundos, para después retirarse como si nada.