Ensoñación

Tejiendo sueños

Catraoine

Cada día pasaba extremadamente rápido, eran días abrumadores y caóticos, pero siempre terminaban muy bien, tener a Elián conmigo en cada momento es mágico, mis amigos me rodean de amor y diversión, a mi madre tengo tiempo sin saber de ella, pero supongo eso se debe a la última discusión que tuvo Laura con ella.

Elián me dijo que ya mañana seria la maratón en la que va a participar, de hecho, luego de aquella cena dejamos a mi amiga en casa, y me llevo a ver las estrellas, fue demasiado romántico. Aun no se describir muy bien lo que siento por él. Pero lo que, si se es que, con el tiempo, nuestras vidas se entrelazaron aún más.

La tarde de hoy le propuse salir para distraernos de tanto trabajo, así que mientras explorábamos una tienda de antigüedades, encontramos una vieja máquina de escribir. Me quedé hipnotizada por su belleza y su potencial para dar vida a historias.

- Elián, esta máquina de escribir es perfecta. Imagina todas las historias que podria crear con ella. Tal vez mi propio libro –toma mi mano sonriendo, amo cuando lo hace-

- Siempre he creído en tu talento como escritora. Si quieres esta máquina, espero ser fuente de inspiración en cada palabra que escribas en ella –dice en un tono coqueto, algo nuevo en él pero que me fascina, sabe tener ese balance de respeto y galantería-

- Sabes quiero reformar un poco tu oficina si me lo permites –doy mi mejor sonrisa- es demasiado blanca, elegante y quiero poner un toque de mí en ella ¿me dejas?

- Si pudiste reformar mi oscuro corazón no creo que una oficina sea algo imposible de hacer –acaricia mi mejilla suavemente- cambia todo lo que quieras, pero deja de mirarme con esos ojos y darme esa sonrisa porque te daré hasta la misma compañía si quieres –y en ese momento quedo en shock mirándolo por lo que acaba de decir, siento un rubor en mis mejillas y muerdo levemente mi labio inferior al escuchar la sonora carcajada que suelta siguiente de esas palabras-

- No quiero ser dueña de tu compañía, preferiría ser dueña de la mía, pero puedo comenzar con la tuya –le guiño un ojo coqueta y sonrió triunfante al ver que su cara queda igual a la que hice hace unos momentos ya que este comportamiento no es propio de nosotros, pero también se jugar-

Es así como con su tarjeta ejecutiva comienzo a comprar miles de cosas en la tienda, muchas de ellas tienen demasiados colores, pero no pasando lo extravagantes, sinceramente tengo muy buen gusto. Decido llevarme un hermoso cuadro que de unas nubes en medio de tormenta que parecen tejidas, precisamente parecen como sueños tejidos en cada rincón donde se mire.

La tarde se extendía en un cálido abrazo de sol, y Elián y yo seguimos de compras, tuvo que llamar a sus guardaespaldas con camionetas para que llevaran todo directo a la oficina.

- Moñitos se supone vinimos a distraernos y aunque me encanta que lo hagas con mi dinero no crees que ya llevas muchos adornos, plantas, macetas, flores –menea su mano a medida que sigue enumerando cada cosa que compre y solo lo miro a punto de reírme lo que lo hace fruncir el ceño- acaso ¿te estas burlando de mi señorita?

- -yo comienzo a negar divertida- de ti no, de tu vena a punto de explotar por el mundo de colores si –suelto a reír-

- Bien, bien, sé que me cuesta un poco ceder a que cambies abruptamente años de oficina sobria, minimalista y elegante para llenarla de miles de decoraciones que ahora me parecen absurdamente necesarias solo porque tu así lo crees –me toma de la cintura pegándome a él tomándome por sorpresa- vuelves a reírte de mí de esa manera tan dulce y tierna y no respondo por mis actos –sonríe dándome un beso dulce en la frente y antes de alejarse acomoda mi moño. Pero que nos pasa últimamente, no puedo evitar que eso que acaba de hacer y decir no revolviera todo en mi interior-

- Por cierto, quiero ese ridículo cuadro en mi oficina, alguien me hizo creer que nuestros sueños son como hilos que tejemos en la tela de nuestra vida. Cada sueño, cada objetivo, se convierte en parte de quien somos.

- Como ordenes jefe –sonrió ante su metáfora- Tienes razón nuestros sueños son como piezas de un rompecabezas que dan forma a nuestra historia. Y estoy agradecida de estar compartiendo este capítulo de mi historia contigo. –digo al fin completando la metáfora, algo profundo que sin duda sus ojos al verme me hacen saber que, aunque no me habrá demasiado a él, esta tarde le hice saber un poco de mis sentimientos-

En ese momento, sentí que estábamos tejiendo un lazo aún más fuerte entre nosotros. Nuestro amor era como el hilo que unía nuestros sueños, creando una tela de felicidad y plenitud que envolvía nuestro futuro juntos.

 

...

Nota: Tengo mucho adelantado de ensoñación, de hecho casi tengo terminado el capitulo final, pero perdí mucho trabajo al eliminar unas cuestiones de espacio por trabajo de la Universidad, entro eso perdí lo que llevaba adelantado de capítulos de la historia. Hoy les traigo tres capítulos, son cortos porque así es el libro, no es demasiado extenso en cada capitulo porque no amerita. Recuerden que cada capitulo es especial, se entrelaza con otro pero al mismo tiempo no. Gracias por darle una oportunidad a la historia, al llegar al final de este libro podrán comprender toda la locura que es. Denle una oportunidad hasta el final, prometo estar subiéndoles mas contenido y detalles. 

Gracias también por darle una oportunidad a mis protagonistas y que se ganen un pedacito de sus corazones y su vida. No olviden que cada palabra o situación es importante para el final. Como un rompecabezas que tienes que armar poco a poco con paciencia y al final veras la sorpresa magnifica que te llevaras. Un beso. Sigan disfrutando y no olviden votar ( Y comentar para saber sus teorías de que creen que va a pasar en la historia o de si les esta gustando) 




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