Entre 2 Destinos

7. El nuevo destino

Un mes había transcurrido desde aquellos momentos dolorosos en la habitación de Valentina. El tiempo había sido un aliado en su proceso de sanación, y poco a poco, la herida en su corazón comenzaba a cicatrizar. Valentina se encontraba de pie frente al espejo en su habitación, dispuesta a enfrentar el día con una nueva energía.

Con una sonrisa en su rostro, Valentina se arregló el cabello, peinándolo cuidadosamente hasta que se encontraba pulcro y brillante. Luego, se sentó frente a su tocador y comenzó a aplicarse un suave maquillaje, realzando sutilmente sus rasgos y acentuando su belleza natural. Cada gesto estaba imbuido de una determinación tranquila, una señal de que Valentina estaba recuperando su confianza y amor propio.

Cuando finalmente estuvo lista, Valentina salió de su casa con paso decidido. El sol acariciaba su rostro, y el aire fresco llenaba sus pulmones, infundiendo en ella una sensación de renovación. Dirigió sus pasos hacia una cafetería cercana, donde había quedado de encontrarse con su amiga Daniela.

Al llegar, Valentina encontró a Daniela sentada en una mesa, con una sonrisa radiante que coincidía con la suya. Se abrazaron efusivamente, compartiendo la alegría de reencontrarse después de tanto tiempo.

El café se convirtió en su refugio, en un lugar donde podían ser ellas mismas sin juicios ni máscaras. Entre sorbos de café y risas, Valentina y Daniela se sumergieron en una conversación animada. Daniela, con su chispa y sentido del humor inigualable, sacó un chiste de su repertorio y lo compartió con Valentina.

—¿Sabes qué hace un pez en el gimnasio? —preguntó Daniela con una amplia sonrisa.

Valentina, intrigada, respondió:

—No, ¿qué hace?

Daniela soltó una risa contagiosa antes de decir:

—¡Nada!—

Ambas estallaron en carcajadas, disfrutando de ese momento de ligereza y complicidad. Las risas se mezclaron con sus conversaciones, abordando temas triviales y profundos a la vez. Daniela, con su espontaneidad y su capacidad para sacar lo mejor de Valentina, lograba llenar el ambiente de energía positiva y genuina.

La cafetería pronto se vio inundada por los aromas tentadores de los alimentos, despertando el apetito de ambas amigas. Decidieron comprar algunos bocadillos para llevar y emprendieron su camino hacia el campus universitario, saboreando cada mordisco con entusiasmo.

El sol brillaba sobre el campus, mientras Valentina y Daniela caminaban juntas, riendo y disfrutando de su compañía. El bullicio y la emoción del entorno se entremezclaban con su risa y charlas animadas, creando una sinfonía de amistad y felicidad.

Valentina se sentía agradecida por tener a Daniela a su lado, alguien que había estado allí desde el principio.

Ambas amigas llegaron juntas al salón de clases, donde el profesor de matemáticas anunció que los exámenes se llevarían a cabo la próxima semana. Ambas intercambiaron miradas de sorpresa y una leve mueca de preocupación se dibujó en sus rostros. Sin embargo, decidieron no dejar que eso afectara su día y se prometieron estudiar juntas para prepararse adecuadamente.

Después de la clase, Valentina y Daniela salieron al pasillo y se encontraron con un inesperado cruce de miradas. Gabriel estaba allí, parado frente a ellas, y al ver a Valentina, su expresión se transformó en una mezcla de sorpresa y asombro. Durante unos breves segundos, ambos se quedaron inmóviles, capturados por la intensidad del momento.

Valentina rompió el silencio con una sonrisa radiante y saludó a Gabriel con un simple "hola".

Sin decir una palabra, él tocó suavemente el hombro de Valentina y siguió su camino. La mirada estupefacta de Gabriel se fundió con la determinación en los ojos de Valentina, quien se volteó para continuar caminando junto a Daniela.

Mientras se alejaban, Daniela no pudo evitar preguntar con curiosidad:

—¿Qué fue eso?

Valentina giró los ojos en respuesta, dejando entrever una mezcla de diversión y misterio.

—Ni idea —respondió en tono enigmático—. Parece que el destino aún guarda sus secretos.

Valentina y Daniela siguieron caminando y riendo entre susurros, compartiendo ese momento intrigante y lleno de incertidumbre mientras se dirigían a sus próximas actividades en el campus universitario.

Poco sabían en ese momento, pero Valentina y Gabriel habían forjado una relación única en el mundo. La chica había reconocido lo gentil y amable que podía llegar a ser Gabriel aún cuando a veces no sabía qué pensaba. Mientras que Gabriel había sido impactado desde el primer momento en el que Valentina le habló, ella lo había sumergido en una vida en la que no podía dejar de pensar en ella y quería que estén juntos.

Alex, por su lado, años después se volvería famoso con su música, y todos los sentimientos encontrados que tuvo con Valentina le ayudaría a crear canciones inspiradoras.

 




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