Una mano se posó en mi hombro tratando de darme algo de consuelo, voltee rápidamente para ver de quién se trataba y me encontré una melena roja parada justo frente a mí.
-Creí que había sido lo suficientemente clara con que no quería a nadie-dije limpiándome las lágrimas de mis cachetes
-No podía dejarte así con el show que te acabas de armar ahí afuera
-Si, supongo que debí dejar que le dispararan nuevamente-dije encogiéndome de hombros
Un fuerte dolor en mi brazo me hizo recordar el disparo que tenía en esa misma zona, lleve mi mano hacia la herida mientras caminaba al baño de la habitación, con cuidado de no chocarme nada del desastre que se encontraba en el suelo de la misma. Stefano fue más rápido que yo y abrió la puerta para que pudiera pasar a la otra habitación. Una vez dentro, luego de encontrar el botiquín que tenía allí, comencé a tratar de limpiar mi herida, pero el dolor era tan fuerte que no me permitía ni permanecer de pie.
-¿Me permites ayudarte?-dijo el oji verde estirando su mano hacía mi
Asentí y le entregué las gasas para que continúe el con la curación, luego me senté en el inodoro. La tomó y comenzó a pasar delicadamente sobre mi piel, el tacto ardía, el dolor se esparcía por cada nervio de mi brazo.
-Tienes suerte-dijo mirándome por primera vez desde que había comenzado a curar-Solo fue un rasguño, la bala no te atravesó
-Y aun así duele como si me hubiera quebrado todos los huesos posibles-dije e instantánea un gemido de dolor se escapó de mis labios
-No sé si sabías, pero tú pelea con el morocho se escuchó en todo el salón-dijo continuando con su tarea
-Eso es imposible-dije negando con la cabeza-He peleado mil veces con mis hermanos en la escalera y mi padre jamás se ha enterado estando en el comedor, por más que gritáramos
-Por lo visto han puesto algún tipo de micrófono-se encogió de hombros-Se escucho todo, una chica se levantó y se fue llorando, supongo que debe ser de quién hablaban
Nos quedamos unos segundos en silencio, el que se haya escuchado todo solo aumentaba las ganas de querer matar a Christian por haberse entrometido en mi privacidad. Miré al siciliano, el seguía concentrado en su tarea, aunque está ya no era tan dolorosa para mí.
-Así que tú eras la novia de Camilo, de la que todos hablaban en Sicilia-el silencio volvió a inundar la habitación, mientras buscaba las palabras correctas para contestar
-Estaba en mi equipo la noche que murió-dije mirando sus ojos verdes y todos los recuerdos volvieron a aparecer en mi cabeza
-No respondiste mi pregunta-dijo con una mirada pícara
-No éramos nada, solo nos queríamos mucho-dije haciendo una mueca de descontento-Simplemente fue quien me ayudó a salir de una relación tóxica
-Bueno, ya terminé, déjate unas horas la venda y ya vas a estar bien para mañana
Stefano se encargó de juntar todo lo que había sacado para curarme y guardarlo en su lugar. Se acomodó su traje, el cual se había arrugado cuando se agachó y salió del baño a paso apresurado, cuando me recompuse de la escena que acababa de ocurrir, salí, también, hacía la habitación. Está se encontraba totalmente arreglada, los restos de vidrio ya no estaban, los muebles habían vuelto a su lugar original y todo estaba como si nada hubiera pasado, quitando el hecho de que mi espejo ya no estaba.
A paso titubeante salí de mi habitación, no quería imaginarme la cara de mi padre, si verdaderamente se había oído mi discusión con Christian. Me sentía como una máquina de decepcionar personas, mi padre, mis hermanos, Cam, decepcionaba a cada persona que me daba un mínimo de confianza. Bajé las escaleras y me encontré con un salón repleto aún, como si nada hubiera pasado, la fiesta debía continuar.
-Señorita Romannova-dijo uno de los empleados de mi padre-El señor Romannov la espera en su despacho
Le agradecí mientras comenzaba a caminar hacía el despacho de mi padre, sabía lo que me esperaba detrás de esas puertas y simplemente no quería pasar, solo quería volver a mi habitación y quedarme allí hasta que todo pasara. Entré en el despacho, sin siquiera tocar la puerta, y me senté en el sillón que estaba frente al de mi padre.
-Mai, necesito una explicación de que sucedió-dijo apoyando sus manos sobre la mesa-¿Qué pasa con Christian? Creí que habíamos dejado ese tema atrás hace tiempo
-La noche de la fiesta anual apareció en mi habitación, creí que me quería pedir perdón por lo de Cam, pero no fue así-dije encogiéndome de hombros-Me negué rotundamente, pero bueno, simplemente no me hizo caso, así que quedó como "la despedida"-dije haciendo comillas en la palabra
-Eso fue más para el que para ti ¿Verdad?-asentí a su pregunta
-Solo quería que todo terminara, estaba cansada de vivir en una eterna pelea entre ellos-dije dejando que mi cuerpo se fundiera en el asiento-Todos me tiraban la bronca por Camilo, sabiendo perfectamente que Christian buscaba cualquier oportunidad para generar un conflicto
-Es tu mejor amigo-dijo mi padre recordándome las miles de veces que había usado esa frase cuando el me regañaba
-Y ahora lo aborrezco con toda mi alma-dije con un gesto de repulsión-Estoy harta de él, de su maltrato físico, psíquico, no hace más que hundirme en mierda. Te juro papá, que, si me concedes un deseo en este momento, sería tenerlo frente mío y vaciarle un cargador de metralleta en todo el cuerpo