NIKKI
Desde que tomé la primera gota de alcohol dejé de pensar. Trago más trago, más trago, hasta que perdí mis cinco sentidos.
El barman era joven y guapo y al contarle toda la telenovela me dio tragos gratis, estaba borracha, pero veía sus intenciones y por la misma razón no le tome importancia.
La música se torna a una más movida y el volumen sube, al instante me levanto a la pista de baile. No sé cuánto tiempo paso, pero un par de manos se posan en mi cintura. Un hombre entre veinte y veinticinco años se encuentra parado detrás mío obviamente borracho y sus manos me atraen a su cuerpo. Un repentino recuerdo pasa por mi mente del rostro de Adam, intento apartar sus manos de mi pero solo logro que me sujete con más fuerza.
—¡Suéltame!
Sentí como rozó sus asquerosos labios por mi oído.
—¿Qué pasa muñeca?
Ya había dejado de bailar, lo único que quería era alejar sus sucias manos de mí.
—¡Suéltame grandísimo imbécil! — chille al sentir que acariciaba mi cintura.
—Te dijo que la soltaras — su voz hizo que detuviera su manoseo por mi cuerpo. No hacía falta que me diera vuelta, sabía a quién le pertenecía esa voz. Me alejo de es asqueroso borracho y volteo a verlo. Me sorprende ver el odio que veo en sus ojos, hacia el hombre desconocido que quería sobrepasarse conmigo.
—Esto... no es de tu... incumbencia — el borracho trato de verse amenazante, pero al tambalear y dudar de sus palabras es más que obvio que el alcohol está en todo su organismo.
—Se considera abuso si tocas a una mujer en contra de su voluntad — Tyler habla tan tranquilamente, pero veo sus puños apretados y sus nudillos volverse blancos.
—Ella está borracha, no lo va a recordar.
Una sonrisa sínica se dibuja en el rostro de Tyler, sé que su paciencia se acabó porque su puño impacta con el rostro del borracho mandándolo al suelo por el impacto.
Debo admitir que eso fue asombroso.
El hombre vio con terror a mi compañero sosteniendo su sangrante nariz con su mano tratando de detener su sangrado. Ver la sangre causa que el mareo vuelva a mí y la adrenalina se esfumara.
Volteo a ver a Tyler quien todavía parece furioso y al encontrar mis ojos parece relajarse un poco. Él me toma del mi brazo jalándome hacia la salida causando que el mareo aumentará y me tambaleará aún más.
—Espera — me libero de su agarre provocando que me voltee a ver de mala gana.
—Savannah está muy preocupada por ti.
No lo había pensado, solo quería beber hasta morir, pero no me había detenido a pensar por mi mejor amiga.
—Vámonos Nicole — me irrito oírlo decir mi nombre, solo mi madre me dice así.
—Está bien — formulé las palabras lo mejor que pude porque por culpa del alcohol mi lengua se enreda. Note alivio en su mirada —Pero al menos déjame tomar otro trago.
Aún tenía mucha ansiedad que solo el alcohol me ayudaría a aliviar rápido, así que me di media vuelta en dirección devuelta al bar, pero su agarre me detuvo.
—No — demando.
—Solo es un trago — suplique y trate de volver, pero su cuerpo me lo impidió provocando que chocara contra su fuerte pecho y me tambalear, pero el me sostuvo de la cintura antes de caer al suelo.
¿Acaso este hombre vive en el gimnasio o acabo de chocar con una roca?... tal vez sea el alcohol.
Me separé lo más rápido que pude alejando sus brazos de mi cintura. Le di una ojeada al bar y lo mira suplicando con la mirada, pero el levanto la ceja en señal autoritaria.
¿Por qué maldición se vio tan atractivo levantando la ceja?
—Tyler — me queje.
—No me obligues a cargarte.
—Por favor — me burle.
Él sonrió esta vez de una manera diferente, había malicia y diversión en su sonrisa.
—Ty-
Sus manos me tomaron de las piernas y me subió a su hombro como si de un saco de papas se tratase y aunque quise defender mi derecho a caminar con mis propias piernas me encontraba muy borracha y mis energías se acabaron en segundos. Me saco del bar y yo solo podía reír como foca sobre su hombro y la gente nos volteaba a ver con mala cara o con diversión, pero no me intereso solo tenía las inmensas ganas de reír sobre el hombro de este hombre.
—Ya bájame Tyler — pedí luego de que llevaba rato caminando y yo aun sobre su hombro.
Con cuidado el me deposito devuelta al suelo y me ayudo a recuperar el equilibrio y al mirarlo, su sonrisa seguía ahí como si lo hubiera disfrutado.
Idiota.
—No es gracioso — su sonrisa se agrando aún más y asiente.
—Si lo es.
Rodee los ojos y mire hacia otro lado.
—¿Y....ahora qué? — pregunte aun sin mirarlo a la cara.
—Hay que volver al instituto.
Lo voltee a ver y el apunto atrás mío, me doy media vuelta y me encuentro a una hermosa Harley-Davison.
—¿Es tuya? — preguntó con admiración sin apartar la vista de la hermosa motocicleta en perfectas condiciones.
—Así es — responde con orgullo. Se sube en ella y me tiende un casco.
—Vámonos.
—Yo tengo mi auto a unas cuadras de aquí — apunto la dirección.
—No estás en condiciones para conducir.
—¿Enserio? — sonrió ante mi sarcasmo.
—Podemos volver por el luego.
—No dejare mi auto — me queje.
—¿Entonces que sugieres? — pregunta rendido.
—Perdí mi billetera, que tal si me invitas un helado, he oído que es bueno para disminuir el alcohol y corazones rotos — mi comentario lo hizo reír.
—No creo que sirva para disminuir el alcohol de tu sistema.
—No perdemos nada con averiguarlo.
Caminamos hasta la tienda 24/7 y pedimos dos helados de chocolate. Caminamos un rato por la tranquila y silenciosa noche, nos encontrábamos caminando en silencio cuando el decidió romper el hielo.
—¿Tu y Savannah son hermanas o algo así? — sonreí ante su pregunta.