Entre cámaras

Capítulo siete: "Quiero conocerte"

20 de febrero del 2017

Caminé a por los pasillos para adentrarme a nuestro camerino.

Sí, tenía uno y lo compartía con Alexa.

Hoy vamos a grabar la primera escena, para ser específica la escena en donde Brenda se casa con John. Ha de ser sincera me siento nerviosa y no crean que es porque nos vamos a dar un beso, ya que en el guion no hay un besuqueo programado por lo que ese no es motivo de mi preocupación.

Okey, soy pésima mintiendo.

Sí, el beso que quizás haya o no, es mi preocupación mayor ya que Alexandra se encargó de reclamar y decirle a toda la producción que hay una escena que se han saltado y es de suma importancia que esté.

Suspiro con pesadez y sigo caminando mientras saludo a la gente.

- Hola Brenda – Rafael me mira divertido, entorno los ojos.

- Yo no me llamo así, mi nombre es Levina – recalcó la última palabra para que entienda mejor.

- Oh, eso ya lo sabía. Pero me gusta más Brenda, por lo que te llamaré así.

Iba a responderle no tan bonito cuándo me percato del terno que está llevando.

- ¿Y eso? – señalo su atuendo sorprendida.

- Es para tu boda, ya casi todos estamos listos. Solo faltas tú. – Se encoje de hombros y se aleja.

Suelto un suspiro. Hasta ahora no creo que en pocos segundos me tendré que poner un vestido de novia para una boda que no es real.

El destino quiere que me case dos veces.

Claro, si llego a casarme.

Porque en el amor soy un asco.

Abro la puerta y me encuentro con Alexa mirándose al espejo mientras el equipo de maquillaje riza sus largas pestañas. Ella lleva un vestido rojo apretado a su cuerpo y su cabello rubio está tan laceado que parece que este nunca en la vida se va a enredar.

Me acerco a ella y la saludo, me observa y me sonríe, dejo mi bolso en el sillón y me siento en aquella silla giratoria para que también hagan esa magia conmigo.

Después de aproximadamente dos horas me observo en el espejo y me quedo sorprendida por lo que hay frente a mí, las maquilladoras sí que han retocado mi rostro muy bien ¡hasta han tapado algunas imperfecciones! Mi cabello está recogido en un moño sencillo que tiene algunos mechones de atrás sueltos, por lo que le da un toque de casual. Me encanta.

Pido a las chicas que están aquí que por favor se retiren y empiezo a cambiarme, gracias a Dios el vestido de novia es algo sencillo, no tiene nada de alto volumen que lo haga ver pomposo, por lo que no me resulta tan complicado ponérmelo.

Observo los tacos que están frente a mí y ahora concluyo que de verdad cuando les dije que los tacos no eran problemas para mí sí que lo tomaron en serio, porque frente a mí hay unos señores tacos de 12 centímetros.

Me los calzo y de suerte tienen plataforma por lo que se me resulta fácil caminar con ellos.

Abro la puerta y dejo a pasar a Alexa para que me observe.

- Estás preciosa ¡qué pena que esto sea un matrimonio falso! Porque de verdad que serías una novia hermosa.

Sonrío complacida ante sus palabras.

- Gracias, aunque tú no te quedas atrás. Ese vestido rojo te resalta muy bien tus curvas.

- Obviamente, por algo soy la amante ¿no?

Río y estrecho las manos con ella.

Salimos del camerino cuando nos avisan que ya comenzaremos a rodar la escena. Martín nos observa y sonríe como un padre orgulloso y Ana nos mira y asiente mientras que le dice algo a su asistenta, la cual ella anota rápidamente algunas cosas en su libreta y empieza a caminar de un lado a otro.

- Hola Brenda – escucho una voz a mis espaldas, y segura de que era Rafael volteé lo más rápido, lo que provocó que pierda el equilibrio y tenga que sujetarme de Alexa, quien alza la ceja sorprendida. Me llevo la sorpresa que no es Coofum, sino Devent.

- Hola John

- Mi novia está... – hace una pausa y coloca su mano en su mentón simulando estar pensando – está muy bella, está preciosa.

Sus palabras me toman por sorpresa que provoca que mis mejillas se tornen de rojo carmesí.

- Gracias – susurro.

- ¿Por qué mejor no aceptan que se gustan y dejan a lado esas escenas? – volteamos al mismo tiempo y encontramos a Alexa negando con la cabeza. – Ah, hola Romain.

La miramos anonados y después, Alexa se gira sobre su talón y empieza a caminar en dirección de Rafa.




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