Entre cámaras

Capítulo diez: "Fue mi culpa"

15 de marzo del 2017

Después de varios días en donde tuve que estar grabando con Devent algunas escenas, cumplo con mi palabra y justo en este preciso momento estamos aquí, en el hospital, para ver a Marie.

Honestamente, mi cuerpo tiembla, estoy nerviosa, porque Romain es una de las pocas personas que ha llegado a conocer y visualizar a mi amiga en este estado.

Saludo a los rostros reconocidos y nos guío hacia la habitación. Ya allí trago en seco, esto no puede estar peor. Frente a mí está la madre de Marie, la señora Emma, derramando lágrimas mientras observa a su hija, balbucea algunas palabras y suelta pequeños sollozos y gemidos. Las observo por un rato y recuesto mi cuerpo en el umbral de la habitación, toda esta escena me conmociona. ¿Qué sentirá Emma al ver a su hija en este estado? ¿Seguirá teniendo esperanzas? ¿Creerá que nos falta esperar más de seis meses para verla de nuevo? ¿Creerá que sigue siendo mi culpa por presentarle el auto?

Suelto un suspiro cansado y sigo observo. Sigo destrozándome el corazón, sigo viendo lo infeliz que es mi amiga al no tener la oportunidad de abrir sus ojos chocolates, sigo viendo su madre derramar más lágrimas, sigo sin aceptar la ida de mi amiga, sigo creyendo que es mi culpa. Sigo destruyéndome.

Siento un apretón de mano y alzo la mirada, Devent me mira y esboza una pequeña sonrisa tímida, pero sincera. Se acerca un poco a mí y en mi mente se le ocurre que me va a dar un beso alentador, pero eso no pasa. Ocurre algo mejor, él se acerca a mi oído y susurra cosas intangibles que de algún modo marcan mi corazón.

- Ya despertará algún día, seguro la espera no será tanta.

Él no me dice las mismas respuestas que todos me dan.

Él tiene esperanzas que ella vivirá.

Él me quiere hacer creer eso.

Sin embargo, ¿yo creo eso? Antes estaba segura que Marie despertaría y todo se volvería normal, pero ¿ahora? No lo sé, quizás una parte de mí está aceptando la realidad. Mi mejor amiga no estará nunca más conmigo. Esto duele. Duele mucho.

- ¿Seguro?

- Ella merece vivir más, quizás Marie está luchando una guerra interna, la cual trata de ganar.

Asiento e ignoro cómo una lágrima rebelde se desliza por mi mejilla. Romain rápidamente con su pulgar la saca de allí y me atrae a sus brazos. Diría que esto es romántico, pero no lo siento así. Las circunstancias no me permiten pensar que él siente que debe protegerme. Yo no quiero ser protegida, yo no quiero protegerme, yo quiero enfrentar la realidad en que vivo, no quiero vivir una burbuja.

- Tienes que ser fuerte, y por si lo dudas yo no quiero ser tu caballero que luche por ti. Yo quiero que seas una guerrera y enfrentes tu propia lucha. Yo solo quiero darte un abrazo reconfortante, para que te sostengas y vuelvas a ser la misma Levina que conozco.

Alzo mi cabeza sorprendida y lo miro, en sus ojos no denotan pena ni nada por el estilo. Romain me mira con admiración.

- Gracias.

- No debes agradecer algo que es verdad.

Le brindo una pequeña sonrisa y escucho una tos forzosa, giro un poco mi cabeza y observo a Emma.

- Un gusto verte de nuevo Levina, ¡hace tiempo que no nos vemos!

- Señora Emma, el gusto es mío - me separo de Romain y le sonrío. - Hace tiempo que no la veo por aquí.

- Tenía cosas que hacer.

Asiento.

<< Tenía que aceptar que mi hija está en coma por culpa de su mejor amiga.

Ella esboza la sonrisa más hipócrita que he visto y yo siento más ganas de llorar. ¿Es en serio? ¿Sigue pensando lo mismo?

- Señora... No creo que tenga yo la culpa... Nadie tiene la culpa de lo que pasó.

Lo que sale de mi boca es apenas un susurro que demuestra cuál débil puedo ser.

Romain me mira confundido, pero no dice nada. No me hace ninguna pregunta y de cierto modo se lo agradezco.

- ¿Y él quién es?

- Yo soy Romain Devent - responde rápidamente estirando su mano para estrecharla con Emma lo cual hace y me mira pidiendo disculpas, lo miro confundida.- Su novio.

- Genial, cuidado que esta mujer - me mira de arriba a abajo con desprecio y me siento aún peor.- Tiene el poder de hacerte tomar malas decisiones que pueden atentar con tu vida.

- Señora yo soy responsable de mis acciones, si me equivoco, me levanto y corrijo mi error.

- Te lo advertí, si alguna vez llegas a estar en igual estado que mi hija, no sentiré lástima por ti. - Dicho eso me mira y sale de la habitación dejándome abatida.

Abro la boca sorprendida y siento el nudo en mi garganta. Quiero llorar.

Yo provoqué todo esto.

- Tú no tienes la culpa de nada ¿sabías? Todo fue una mala jugada del destino. - Romain me mira y sé que lo que dice es para alentarme, pero yo sé la verdad.

- No - bajo la vista y repito la misma palabra varias veces, Devent se acerca a mí y toca mi mentón para que lo observe a los ojos.

- Dilo conmigo: "Yo no tuve la culpa", una y otra vez hasta que te lo creas.

Hago lo que me pide, sin embargo no funciona y cuando la vuelvo a repetir por sexta vez no soporto más y en plena frase empiezo a llorar.




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