Los Intermunautas son viajeros que se mueven entre realidad
por obra de la tecnologia y la Quinta Esencia.
Los Trotamundos utilizan Thelema para moverse por Puntos Nexo.
Me sentía tan segura y tan cómoda, era todo tan cálido y tan relajante que el único motivo por el que me desperté fue por el sonido de los pasos que escuche acercarse. Con algo de dificultad y pesadez abrí mis ojos y una figura se formó delante de mí.
El paisaje crepuscular de la ventana se mezclaba con el aura otoñal de la mujer de cabello castaño, ella estaba de pie en frente de mi con los brazos en la cintura. –No me interesa si el incesto es normal en su Tangente solo no se den muestras de afecto frente mío.
No comprendía a que venían esas extrañas palabras, no hasta que termine de despertarme y logre sentir una calidez pasando por mi pecho, se trataba de Liceo. Ambos nos habíamos quedado dormidos y estábamos abrazados, al percatarme de eso tome aire sorprendida. –¡Claro que no! –dije en voz alta provocando que mi hermano empezara a despertarse.
–Ya te dije que no me interesa, lo que sí importa es que la clase va a empezar dentro de poco asi que pónganse en marcha.
El cuerpo de mi hermano estaba caliente, y no en un sentido sexual sino que literalmente tenía la temperatura del cuerpo muy elevada, se vuelve una estufa humana mientras duerme. Tome su brazo para sacarlo de mi pecho y dejarlo a un costado. –Ya es hora –le susurré a la par haciendo que activara sus sistemas.
–¿Hora de qué? Déjame dormir un poco más –decía perdidamente aun con los ojos cerrados–. jodida –agregó al final para voltearse y darme la espalda mientras seguía durmiendo.
Eso me hizo fastidiar. –Idiota. –Le tiré de los pelos similar a como se tira con fuerza la correa de una motosierra para que arranque de una vez, y al igual que en esa situación Liceo arrancó.
–Que bruta –decía a la par que se frotaba los ojos para acomodar su vista. Y lo primero con lo que se topó fue con Ana Sol lo cual le hizo caer en cuenta de la realidad, si por un segundo pensó que todo lo que vivimos antes fue un sueño ella era la prueba viviente de que no.
Me puse de pie y la luz que entraba por la ventana me cegó por un momento, fue entonces que me quede viendo el exterior y el paisaje no había cambiado en casi nada: lo que si es que las nubes con diferentes tonalidades de naranja, morado y violeta habían cambiado su lugar anterior.
Al terminar de levantarse Liceo también notó esto y tuvo más valentía para hablar que yo. –El tiempo está igual a cuando nos dormimos ¿Qué acaso no transcurre el tiempo aquí?
Ana Sol soltó un respingón. –La Acronopolis se encuentra ubicada fuera del Multiverso, fuera del espacio-tiempo. Aquí el tiempo no trascurre. Ahora apresúrense que la clase va a comenzar pronto. –No sé porque ella sonaba muy apurada, si tampoco tenía nada más que hacer y si íbamos a llegar tarde a la clase es por la irresponsabilidad de ella que nos levantó a último momento.
–Tampoco nos apresures demasiado, si vamos a llegar tarde es por tu irresponsabilidad de levantarnos tarde –dijo Liceo, él siempre tenía la boca suelta para decir las cosas que yo callaba y pensaba que estaban fuera de lugar–. Además vamos a ir a una clase ¿no necesitamos cosas como papeles, lápiz y libros?
–Maldito mocoso lo único que necesito es que sienten sus traseros en las sillas del aula –contestó bastante molesta y señaló con el dedo índice el portal que estaba en la sala de estar, este era como los otros, de color anaranjado y no celeste como el que usó esa Magistrada Oráculo.
–¿No necesitamos un uniforme o algo? –quise saber, todavía tenía la ropa con la que iba a ver una película ayer a la noche. No sentía que fuera lo más adecuado para ir a una clase de reclutas.
–Que vuelteros, solo entren de una maldita vez –concluyó el tema ella y antes de que quisiera cortarnos la circulación de las muñecas con los relojes decidimos que lo mejor era hacerle caso y entrar de una vez.
Atravesar ese extraño portal rectangular trajo otra vez la sensación de una gelatina fría esparciéndose por toda mi pie, por suerte era solo una sensación momentánea hasta terminar del cruzarlo. El otro lado, como era de esperarse, se trataba de un aula de clases–. No es muy diferente a la que hay en nuestro universo –le dije a mi hermano quien pasaba detrás de mí.
–Asi es –contestó buscando un lugar para sentarse, naturalmente yo me senté a su lado.
Había un pizarrón y doce bancos individuales ordenados en cuatro filas de tres columnas, las paredes parecían ser cemento pintado de blanco y las baldosas del suelo color crema; en las ventanas a la derecha podía apreciarse el mismo cielo crepuscular que desde el departamento.
Ya había otras personas ubicadas en diferentes lugares por lo que no nos fue difícil encontrar dos bancos libres para nosotros, solo que nosotros resultamos ser el centro de atención, quizás era debido a la agente que nos seguía y estaba apoyada en la pared detrás de nosotros con cara de antipática.
Liceo se arrimó a mi lado. –Hay demasiadas personas… extravagantes. –Y tenía razón, las llamaba personas porque tenían apariencias humanoides. Solo que a eso también había que agregarle que algunos tenían cuernos en la cabeza y brazos, otros escamas en la piel o nubes en vez de cabello.
–Sí, pero intenta ser respetuoso –le advertí conociendo de lo que es capaz de decir.
Él levantó una mando dándole indiferencia. –Yo siempre soy cuidadoso con mis palabras hermanita. –Acto seguido se inclinó en la silla para atrás y se acercó a la mujer de aura otoñal–. Disculpa anciana pero dijiste que no necesitaríamos cosas, yo veo a todos los demás con Tablet y lapiceras para escribir.
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Editado: 26.01.2024