CAPÍTULO I
Cuando todo comenzó.
mi nombre es Dantell, soldado de la unidad Astro Ejército Súper estelar del estado de Kenal (A.E.S.). Cuando todo comenzó por allá, en el 2053 vivía en el sur del mundo, en un lugar llamado Squellar, un pueblito olvidado por el hombre, pero no por Dios.
El aire puro penetraba por mis venas, las montañas y la vegetación alimentaban mi vista día tras día, la vida armoniosa en el campo estaba muy distante a las realidades de las grandes ciudades, creo que las personas de la urbe no saben que esa forma de vivir existía, siempre me gustó la autonomía, poder sacar del mar y del campo tu propio alimento y no tener que depender de las grandes industrias que han devorado nuestro ecosistema y nuestros cuerpos desde el invento de la rueda.
Desde pequeño fui un amante de la naturaleza y un aficionado a la astronomía, mis padres nunca tuvieron los recursos para tener un telescopio, pero aun así nunca dejé de mirar al espacio. Miles de preguntas se venían a la mente cuando observaba ese vasto techo pintado de negro adornado con pequeñas luces parpadeantes. ¿Algún día podré viajar entre las estrellas, visitar otras galaxias y agujeros negros? Quizás cuando muera y abandone este plano terrenal pueda con el alma emprender el viaje, pero esa respuesta aún no la tengo, ya que sigo respirando y con más razón ahora por mi hija y mi esposa, que necesitan de mí y yo de ellas.
Cada vez que el clima lo permitía, inmortalizaba con fotografías el firmamento, usaba mi teléfono móvil de uso diario para dicho propósito, tenía cientos de fotos del cielo alumbrado por la luna, siempre con la intención de luego observarlas con detención y captar movimientos fuera del tablero de ajedrez.
En ocasiones lograba captar algo similar a una aurora boreal que se proyectaba desde la luna a la oscuridad del universo. Al principio pensaba que era algún tipo de ilusión óptica por tantos desechos espaciales que orbitaban nuestro planeta, pero cada vez se fue haciendo más recurrente el fenómeno.
— ¿Me prestarías por un momento tu celular? — Preguntó mi hija que se llama Scarlett, de 10 años.
A esa edad los niños entienden mucho más de tecnología que nosotros los adultos, tienen una capacidad mental extraordinaria para interactuar con la tecnología y accedí a su petición como a menudo lo hacía.
—No utilices por mucho tiempo el celular, recuerda que tienes tareas— exclamó Dayana, mi esposa.
A lo que Scarlett no dudó un segundo en no prestarle atención. Pasaron unos minutos cuando mi hija me señaló:
— ¿Papá, estas fotos las sacaste tú? — miré el celular y eran las fotos de la luna.
— “Son hermosas, papá”, ¿qué es esa luz brillante al lado de la luna? — Pregunto con su suave voz.
Primero no le había prestado mucha atención, pero las empecé a mirar detenidamente y claramente se podía apreciar en la imagen que la luna estaba acompañada de una hermosa y destellante luz. Pasaron los días y comencé un seguimiento de lo que, a mi parecer, era algo inusual.
A medida que pasaban los meses, ese objeto brillante intensificaba más su luz cerca de la luna. Al cabo de un año, se veía la forma redonda de ese objeto. Buscaba noticias en fuentes de astronomía y los especialistas hablaban de un fenómeno astrológico sin mayor relevancia y que se trataría de un planeta muerto y perdido en el espacio, pero que no representaría algún tipo de riesgo para nuestra subsistencia.
No había quedado conforme con los reportes de los científicos sobre el fenómeno que estaba presenciando y que muy pocas personas se habían percatado porque al parecer no todos se detenían a observar el cielo por un instante, quizás por la vertiginosa rutina para conseguir un pedazo de pan y el dinero siempre insuficiente para pagar las cuentas interminables de cada fin de mes.
En fin, sentía que nos ocultaban información, el mundo, como siempre, estaba bajo una intensa crisis política-militar, la amenaza constante de una guerra termonuclear entre los dos países más influyentes, Kenal y Solracky, por el control económico mundial, amenazaban la existencia humana. Kenal se cimentaba sobre la política neoliberal, mientras que Solracky era partidario del socialismo, que florecía desde lo más profundo de las entrañas del obrero gracias a su mano de obra barata. Siempre nos han engañado, no importa de qué bando fueran las políticas internas de cada nación, todos tienen el mismo propósito y todos usan a las personas trabajadoras como combustible humano para echar a andar la locomotora depredadora del consumismo y todo para ver quién era el mejor, quién era el rey de la selva, como si se tratara de un juego entre niños mimados.
Solracky a mediados de 1950 había sido un amplio imperio el cual no conocía de fronteras. El gobierno central invadía con su ejército libertador a todas las naciones que estuvieran a su paso y las anexaba bajo su dominio sin oposición, con el propósito de adquirir nuevas materias primas y más mano de obra. De esa manera incrementaba su modelo económico, social y cultural en el mundo, hasta que miles de insurgentes se empezaron a unir y a pelear contra el ejército libertador. Kenal vio una oportunidad en el quiebre interno de Solracky para debilitar a su enemigo político-militar, por lo que empezó a introducir armamento mediante líderes de la insurgencia. Las guerras civiles dentro de Solracky duraron décadas y el país, que en un momento era el más grande del mundo, empezaba a desintegrarse a tal punto que ya no era una amenaza en lo absoluto para los Kenalyanos.
A fines del año 2000 el sistema neoliberal de Kenal predominaba a nivel global, la gente consumía a destajo y sin prejuicios, todo se volvió desechable, los ricos gozaban de sus privilegios y las masas se conformaban con las migajas que antes no tenían, el poder económico de Kenal se volvió tan poderoso que el planeta cayó a sus pies y todas las naciones exceptuando Solracky quedaron dentro sus fronteras bajo el mandato de un solo presidente, pero las materias primas se agotaban y el medio ambiente agonizaba, bajo esas circunstancias los Solrackyanos vieron una oportunidad de posicionar nuevamente su modelo político y económico mediante la concientización del daño que se hacía al planeta con el consumismo deliberado y sin límites, esta guerra aún perdura hasta la actualidad, el estado Solrackyano ha recuperado parte de su imperio perdido en el pasado, pero Kenal aún es dueño de la mayoría de las almas de este planeta, vivíamos bajo una constante amenaza de exterminación de nuestra raza a causa de estas disputas de poder, hasta que esa luz junto a la luna se hizo cada vez más brillante y empezó a captar la atención de las máximas autoridades gubernamentales.