En el desconocido.
Elena.
Me siento perdida, mi cabeza es un completo caos y ya no se a quien creerle.
Mi mente y la parte racional de mi me dicen que esto es demasiado fantasioso e imposible para ser verdad, mientras que mi parte irracional grita : ¡A la mierda todo! Puedes empezar de cero aquí, sin prejuicios ni rumores.
Sin duda esta última evade el hecho de que probablemente me haya vuelto loca y que esto sea una alucinación o que en, caso contrario, el loco sea Gaston y las personas con las que estamos.
El espiral que creó Kirk resultó ser un método para teletransportarnos a la torre en la que vive su gobernante, un portal - gracias a que él, al ser de la guardia personal de esta tiene acceso a allí, de otra forma sería imposible- la más alta, la más impresionante.
La sensación del viaje fue sumamente extraña, algo que definitivamente no volveré a realizar si está en mis capacidades elegir.
Fue una sensación extraña que definitivamente no volveré a repetir si en mi está la decisión. Por un momento creí que mis intestinos se saldrían de mi boca, pero al parecer, fui la única que se sintió de ese modo ya que todos están de lo más bien y Gastón parece un niño a punto de romper una piñata llena de caramelos.
La torre, la cual parece más un palacio, está decorada con adornos que a simple vista se ven costosos, impregnados de oro y piedras preciosas.
-Te ves algo pálida ¿Estás bien?
-Si, solo fue el viaje. Ya se me pasará.
La cercanía de Adler me hace sentir incómoda, cuando me mira sus ojos adquieren un brillo especial y nunca, nadie, jamás, me había observado de tal forma. No se como relacionarme en su entorno.
-Si, es algo extraño la primera vez...pero luego te acostumbras - Al cabo de esa frase, una de sus comisuras se alzó; intentaba ser amable, pero en mi no está aquella intención.
-¡Estoy taaaan emocionada!- Phoenix interrumpe nuestra pelea de miradas, ella observa todo el lugar a su alrededor - Voy a conocer a la reina…
-Cariño, te dije mil veces que no es una reina...solo es una gobernante.
-No me importa, ella es tan bonita, y vive aquí, yo quiero ser así de grande…- Mira a su hermano con una mueca, como si lo estuviera reprimiendo por contradecirla sobre Lilac a la cual es evidente, la pequeña admira.
Cuando Adler advierte a su hermana por cuarta vez para que se comporte adecuadamente, nos dirigimos a las puertas principales y cuando estas se abren nos adentramos a una gran habitación en la cual, en el fondo se encuentra un trono y sobre este Lilac.
Un aura de poder la rodea, su sola presencia es imponente; su cabello es negro, como el carbón, su piel es al parecer, del mismo tono que el de todos los habitantes de aquí, luciendo un sutil bronceado. Las escamas azules cubren una gran parte de su cuerpo, manos, rostro y cuello sin embargo, esto no evita ver lo inevitable. Phoenix tenia razon, es hermosa.
Sus ojos demuestran calidez cuando nos repasa con la mirada, esta se detiene en mi y luego en mi hermano, gracias al hecho de que la estoy observando me percato de que su mirada se detiene un rato más en Gaston.
-Bienvenidos, supongo que tienen una explicación - No cuesta mucho darse cuenta de que se refiere a mi hermano y a mi, nos miramos de reojo.
Luego de explicarle todo a Lilac, algunas interrupciones de la pequeña emocionada por conocer a su idola, como se refirió ella, y coqueteos descarados de Gastón a la imponente mujer que tenemos frente a nosotros, pide que la dejen a solas con nosotros dos.
-Esto es algo tan inesperado...Supongo que estarán confundidos. Pueden preguntar lo que quieran.
-¿Estás soltera? - No puedo creerlo, hasta en situaciones límites donde la realidad se disputa con la ficción el tiene que sacar su galán interior. Disimuladamente, le doy un codazo en las costillas. Para que se comporte.
-Si, lo estoy - Respondió ella mordazmente- Ahora, ¿alguna pregunta que no sea relacionada sobre mi persona o vida privada?
-¿Donde estamos?- Mi voz sale un poco más elevada de lo que quería, pero no puede evitarlo. El nerviosismo, la ansiedad y la adrenalina de entender lo que ocurre me ganan.
-Están en el Reino Aqua, nosotros somos los oceanic y como se habrán dado cuenta yo soy su gobernante.
-¿Y dónde queda eso? - No puedo evitar decir con sarcasmo, Gas siempre dice que es mi método de defensa cuando me siento en desventaja - Porque lo que yo recuerde no nos lo enseñaron en el colegio.
-Porque los humanos no saben de nuestra existencia real. Sino más bien como algo mitológico y hasta hace unos pocos años, tampoco nosotros sabíamos de ustedes - Una sonrisa cálida se extiende por su rostro, su voz es relajante, pero no lo suficiente como para que baje la guardia - Somos una dimensión paralela, creo que asi se le llama, la marea siempre suele traernos cosas de su mundo, libros, ropa, basura.
Para este momento Gastón y yo estamos tan concentrados que ni una palabra sale de nuestras bocas.
-Solo una vez, hace muchos años, la marea trajo a un humano con ella. Él jamás pudo regresar, no sabemos cómo hacerlo. La marea trae, pero no se lleva nada.
-Por Dios, este es el sueño más extraño que tuve en toda mi vida…
-No es un sueño querida… Es la realidad, una diferente a la que ustedes acostumbran, pero definitivamente es una realidad de muchas.
¿De muchas dijo? ¿O sea que hay más mundos locos como este?
No veo la hora de despertar de este estúpido sueño que se siente tan real.
-¿Hay algo más que debamos saber? - Gaston toma la palabra, yo ya no tengo ganas de seguir con esta charla.
Un rato después nos estamos marchando junto con Zenda, Kirk y los hermanos.
Mi humor para estos momentos es una mierda, solo quiero despertar.