Litteras ad mortem

Diciembre 04 de 2020. 10:30 am. 

Daniel Jefferson.

Hay veces en las que en verdad me cuestiono el porqué elegí esta carrera. El porqué decidí trabajar de esto y no de algo más sencillo.

Mi trabajo no es sencillo, debemos ver cosas horribles la mayor parte del tiempo y debes aprender a crearte una coraza para no permitir que esos hechos te afecten y dejes de ser objetivo en lo que haces.

Los primeros años fueron los más difíciles, no podía evitar pensar en todos esos asesinatos y desapariciones que atendía e ingenuamente, creí que con el tiempo eso cambiaría. Que me acostumbraría.

Ahora, al tener el celular de Elena en mis manos decodificado y revisar lo que hay dentro, no puedo evitar que esa sensación que me invadía hace ya muchos años regrese.

<El es mio>

<Nada de lo que hagas  o digas me va a impedir estar con él, porque nos amamos y mucho>

<Vamos a estar juntos, al costo que sea,  incluso si eso implica eliminarte>

<Eres una perra que merece morir>

Muchos mensajes de la misma índole eran enviados a Elena , sin cesar todos los días. Los dos últimos son los que más me preocupan, porque claramente, son amenazas de muerte y ella está desaparecida.

Intentamos rastrear el número el cual mandaba los mensajes, para saber a quién pertenecía ya que Elena no lo tenía registrado, pero resultó ser - sorpresivamente- un celular desechable así que estamos en una encrucijada.

Sus padres acaban de llegar y me miran aterrados luego de oír las nuevas noticias.

-¿Amenazas de muerte...? - Carolina habla con la voz débil, entrecortada y con lágrimas en los ojos.

-Sabemos que esto es impactante y le da un giro completo al rumbo de la investigación, es por eso que necesito que me digan si Elena o Gaston les dijeron algo al respecto o si…

-¡Por supuesto que no sabíamos nada! - Me interrumpe Mauro, al parecer se le hizo una costumbre - ¿Usted cree que seguiríamos con nuestras vidas normales, sin intervenir si sabemos que nuestros hijos reciben amenazas de muerte?

Luego de una larga y acalorada discusión, ellos logran calmarse y me entregan el celular de Gaston para que lo revisemos también, en busca de más amenazas o algo con que relacionarlo.