El camino estaba marcado, no solo por el destino, sino también por las huellas de los Killersoldierblood.
El peso muerto que los alimentos podrían generar no era necesario, ni para mí, ni para Zedd.
Había decidido ya dejar de cuestionar cualquier cosa a lo que refiriera nuestra mutación hibrida. Solo le había pedido a Zedd que me enseñara a moverme tan rápido como él, a lo cual accedió solo por el precio de una de mis dagas negras. Después de que una de las dagas que antes pertenecían a Heiko pasara a manos de Kelsey comenzó a entrenarme.
Era mucho más fácil aprender las técnicas con Zedd que con el viejo cascarrabias, por eso quizá no tarde en dominarlas. Ahora mis habilidades quedaban casi igualadas con los de Kelsey. Aunque yo era mucho más buena usándolos para el combate.
A los 3 días de camino, localizamos a los soldados Oscuros, y con ellos al clan.
En la noche, mientras las últimas estrellas que apenas podían verse en el cielo por la contaminación, brillaban; rescatamos a Liam. Estaba sano y salvo, no había muerto, y su sonrisa radiaba como el día en que lo conocí. No pude controlarme y al verlo me lancé hacia sus brazos. Rodee su espalda con mis piernas él me besó. Le conté a Liam todo lo que había pasado, lo de mi sangre, lo de Zedd, todo. Cuando hubo terminado mi historia él pareció de acuerdo con el plan de eliminar a todos los sangre Negra. Mis esperanzas regresaban. Pero aún había que matar a todos y cada uno de los Killersoldierblood.
Ellos siguieron avanzando y nosotros igual. Rara vez nos deshacíamos de uno o dos soldados.
Pasados los 4 días de camino llegamos a un lugar casi desierto. No parecía en nada una fortaleza, o una base del ejército. Esperamos ahí casi 2 días seguidos. A los soldados Oscuros no parecía que les importara el calor o todo ese polvo.
- ¿Y ahora que hacemos Kelsey? Ellos no parecen muy interesados en continuar. – el rostro de Liam se había vuelto perspicaz al hablar con Zedd.
- Solo hay que esperar un poco. Debían de haber partido hace 1 día. Deben estar esperando algo.
- ¿Dónde estamos?
- Se supone que estamos en el territorio de los Ordinarios, Ares. – Liam hablaba en un tono dulce.
- Están esperando a que los ordinarios salgan... - algo en Zedd, su seguridad al decir las cosas me pareció sospechoso.
Posteriormente de que Zedd pronosticara la espera de los Ordinarios. Estos comenzaron a salir de sus agujeros, con sus típicas ropas raídas. Uno a uno fueron saliendo y posicionándose frente a los soldados Oscuros con una tranquilidad planeada, que me hizo dudar demasiado de lo que nos deparaba.
Cuando casi más de 150 Ordinarios estaban formados frente a los sangre Negra uno de ellos avanzó hacia los Normales y estrechó la mano del que parecía ser el líder.
- Tienen un tratado. Les proveerán de sangre sombra, solo si ellos se unen a las tropas de ejército en Delanai. Ya al parecer todos los Ordinarios están de acuerdo con el trato.- el extraordinario oído de mi chico había hecho su trabajo.
El problema, pensé yo, muy alejado de lo que estaba aconteciendo frente a mis ojos era la seguridad que había tenido Zedd sobre la espera de los Ordinarios, pero a decir verdad de no poder confiar en él, no me hubiera ayudado a rescatar a mi chico. Después de haber vivido entre los Sombras y entre los Ordinarios había aprendido bastante bien a diferenciar con facilidad la mentira de la verdad. Zedd podría haber sido entrenado para matar con habilidad, pero no había sido entrenado para mentir. No para mentirme a mí.
- Casi empieza a oscurecer. Mañana penaremos en como rescatar a todos los del clan. Debemos descansar. Liam debe descansar. Nos quedaremos detrás de esa meseta.
Recogí del piso las dos mochilas que habíamos llevado desde el principio del viaje y tomé a mi chico de la mano, y él no dijo palabra alguna solo me ayudo con una de las mochilas. Cuando llegamos a la meseta, nos quedamos atrás de ésta. Yo seguía llevando la mochila de Zedd en la mano.
- Está mintiendo ¿cierto?- la pregunta de Liam en realidad era más una afirmación que una cuestión.
- Sí, cariño. Lo está haciendo.
Abrí la mochila de Kelsey buscando cualquier indicio que mostrara la mentira a cerca de la sangre Esmeralda. Pero no encontré nada en lo absoluto, en mi imaginación había encontrado en la mochila de Zedd, una pequeña botella de pintura estaba casi vacía, y yo sabría en qué la había gastado. Pero no encontré nada de eso. Era verdad todo lo que había dicho, y es que ese era el problema, si todo era verdad yo no era la única Híbrida. En realidad sí me había entrenado. Creí que me había entrenado para algo que él no podía hacer. Algo que solo yo podía hacer.
Yo en realidad no era la única que tenía sangre Esmeralda. Aún no estaba segura si todo había sido planeado por los sangre Oscura Los ataques, lo fácil que mataba a los soldados Oscuros. Sí se habían dado cuanta de mis habilidades, y las habían estado alimentando para poder arrebatármelas. Sí sabían que haría cualquier cosa para salvar a Liam. Incluso sería capaz de aliarme con un soldados Oscuro. Todo se reducía a este momento. Zedd en realidad no nos atraparía, lo harían los soldados Oscuros y yo no podría matar a todos en ese mismo instante, en que sus brazos rodearan mi cuello amenazándome con una daga que no sería la mía, que no sería la de Zedd. Debía llegar a la boca del lobo, y con Kelsey tendría mi boleto hasta ahí.