Introducción.

Landon.

La energíay el ánimo corren por sus venas. La felicidad que siente es palpable. A su alrededor, la obscuridad lo envuelve, las únicas luces perceptibles son las de la camioneta que va a alta velocidad y, también, las luces provenientes de las linternas de los celulares pertenecientes a las personas que van a la tienda para comprar que cenar.

Su madre lo había llamado hace apenas poco tiempo, sin embargo, él no quería llegar a casa.
 

Kaiser. 
 

No tiene ánimos de nada. El aburrimiento es palpable en él. A su alrededor hay varios coches, esta atrapado en el tráfico. Se podría decir que el juego de luz propio de la ciudad, da una buena vista en contraste con la obscuridad de la noche; sin embargo, no tenía tiempo para admirar. Él quería llegar a casa.
 

Landon.
 

Con él van tres chicas que cantaban a todo pulmón una canción de banda, también van dos chicos que ríen por cualquier tontería. Landon apenas y conoce a esas personas de vista, no sabía cuáles eran sus nombres, solo las subió a la camioneta de su padre porque ellos le pidieron "un aventón" para ir al baile que se llevaría a cabo en otra localidad. 
 

Kaiser.
 

El va en los asientos traseros del coche. Sus padres van en frente haciéndole varias preguntas que a él no le apetece contestar. Ellos, contrario a Kaiser, van muy felices por tener a su hijo de nuevo. En la radio se puede escuchar here comes the sun de The Beatles. 
 

Landon. 

La música va a un nivel tan alto que apenas y se puede escuchar los gritos de la gente exaltada que lo insulta por ir tan rápido. "Ten más cuidado" le dicen algunos cuando pasa. 
 

En su cuerpo no hay ni una gota de alcohol o cualquier otra droga, por lo que se puede decir que su actitud así era; sin embargo, si decimos eso puede que estemos muy equivocados pues era algo que Landon hacía para llamar la atención. Así que cuando su padre se interceptó en el camino obligándolo a detenerse, su felicidad se incrementó. 
 

—Mierda—dijeron las personas que lo acompañaban y Landon sólo sonrió. 

Kaiser. 
 

Al llegar a su casa, un aroma a chocolate lo recibió. Le agrado el dulce olor que le advertía de una gran cena preparada por sus padres. Sin embargo, cualquier pizca de felicidad obtenida gracias a la idea de estar devuelta en su hogar, se fue cuando vio las maletas al pie de las escaleras. 

Cuando su padre se acercó a él y mostró su rostro con una expresión de total seriedad, supo lo que vendría a continuación, por lo que no pudo hacer más que sentir molestia y tristeza al mismo tiempo. 

—Mierda— dijo el mientras su madre lo veía con una sonrisa nerviosa en el rostro.