Caminamos con tranquilidad en dirección al auto. Al menos aquí afuera no se respira tanto el olor a cigarro y alcohol; sólo a humedad y tierra mojada, pues hace unas cuantas horas llovió.
—No logro entender cuál es la razón por la que Lucas quería venir a este lugar —comento, metiendo las manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta antes de recostarme en el auto de Duncan.
—Necesitas respirar aire libre, Bell.
—La próxima vez traten de escoger una aire libre que no tenga que ver con un bar —esbozo una mueca sin poder evitarlo—. Además, respiro aire libre. Voy a estudiar, voy al trabajo...
—Nos has ido donde Jules los fines de semana, y ambos sabemos a qué me refiero con el hecho de tomar aire libre —replica, colocando sus brazos a la altura de mi cabeza. Se inclina levemente y disfruto de su cercanía y olor en el proceso—. Por otra lado, nadie te obligó a venir, amor —su tono de voz ronco hace que toda mi cordura se vaya por la borda.
El lugar está solo, así que pasó mis brazos por la altura de sus hombros y rodeo su nuca. Me inclino levemente para darle un beso casto en las comisuras de sus labios.
—Era eso o encontrarme con fatalidades como las de aquella vez en la que el tumulto de personas corría escandalizada -—eso, y que Lucas es un estúpido muy listo por más contradictorio que suene.
Sabe que no lo dejaría ni a él ni a Duncan solos en lugares como éste. No importa lo que Lucas planee hacer, calmar sus necesidades biológicas de relaciones sexuales, beber, fumar, conversar con conocidos, yo lo cuidaré porque es mi hermano y eso es lo que hacen los hermanos, cuidarse.
—Esa noche no termino tan mal.
— ¿Ah no? Según recuerdo corrí entre una multitud enfurecida mientras las balas volaban sobre mi cabeza.
—Esa es la parte mala que tú, por tonta, diste por sentada en la historia —lo miro con cara de pocos amigos pero él hace caso omiso a ella—. Sin embargo, yo recuerdo otra parte de la historia.
— ¿La parte en la que te di un puño?
Sé la parte a la que se refiere, solo que me gusta joderlo. Admiro la manera en la que sus facciones del rostro se marcan con más profundidad ante la oscuridad de la noche mezclada con la luz opaca de las farolas. Dejo que una de mis manos vaya hacia su mejilla y trace un camino de ahí a su mandíbula.
—Tal vez deberías mostrarme con exactitud lo qué pasó esa noche —sugiero, con una sonrisa atrevida dibujándose en mi rostro.
— ¿Pero qué está tratando de decirme, caballero Bennett?
—Permítame ser sincera esta noche, madame. Es usted una idiota —respondo. Duncan ríe, y yo también lo hago—. ¿Hay noticias de tu hermano?
—No hay demasiadas —trata de lucir relajado pero noto con claridad el cambio en el tono de su voz y la tensión en su cuerpo—. Papá dice que está bien, que están haciendo una y otra cosa para hablar con él. Nate está siendo demasiado cerrado en el asunto, quiere resolverlo antes de vernos a cualquiera a la cara —suspira. Se queda un momento es silencio antes de desplazar una sonrisa suave por su rostro—. De cualquier manera, no estábamos hablando de eso. Estábamos hablando de algo más interesante.
— ¿Algo cómo...? —le sigo el juego.
—Algo como esto —susurra en tono ronco, acercando su rostro al mío.
Mis labios reciben los suyos con fervor. Son suaves, y se mueven de una manera totalmente enloquecedora. Enredo una de mis manos en los cabellos de la parte de atrás de su nuca mientras que apoyo la otra en su pecho.
Sus labios se entreabren, aprovecho el momento para introducir mi lengua en su boca. El gemido ronco que sale de sus labios envía vibraciones por todo mi cuerpo, Duncan profundiza más el beso pegando su cuerpo por completo al mío.
Nos separamos para tomar aire y pasa su lengua por mi labio inferior antes de morderlo. Gimo, atrayéndolo de nuevo a mí. Sus manos van un poco más abajo de mi cintura, justo hacia mi trasero. Es un beso totalmente profundo, puedo sentir como claramente desencadena reacciones fuertes en mí.
Este tipo de besos sólo pueden ser interrumpidos por una persona: Lucas Richie.
— ¡Hey, hey, hey! ¡Consíganse un motel o algo por el estilo! Maxon ¿No crees que ellos necesiten una habitación a parte para realizar esas cosas?
—Imbécil —el aliento de Duncan choca contra una parte expuesta de mi cuello. Me estremezco.
Por otro lado, me había olvidado de que Maxon estaba con nosotros.