Entre Nosotros

Capítulo III

¡HOOLA!

Un saludo a cada personita que se encuentra de ese lado del monitor.

Antes de comenzar, quiero darte las gracias por estar aquí; realmente ver las 44 lecturas me ha hecho muy feliz. De igual forma quiero disculparme por la tardanza. Tuve algunos problemas personales y no pude escribir el capítulo a tiempo, pero bueno, aquí estoy, viva y decidida a continuar.

Espero disfruten mucho el capítulo y si es así, espero puedan manifestarse con estrellitas arriba o comentarios. Saber de ustedes y lo que piensan de la historia al igual que sus posibles críticas constructivas, me haría mega feliz. Así que espero conocerlos :)

Ahora sí, el capítulo.

Que lo disfruten.

-.-.-.-.-

Capítulo III

 

--- ¿¡¡Comprometida!!? 

Sólo el llanto de un niño de dos años sentado a dos mesas más allá de nosotras, es capaz de escucharse en cuanto Dulce María se entera de mi gran noticia y decide abrir la boca. Luego de eso, un sonido sepulcral se esparce en todo el salón como una peste silenciosa. Y nosotras, por su culpa, somos las causantes de la enfermedad.

En un instante, todas las miradas recaen sobre nuestra mesa y no puedo hacer más que mirarla mal desde mi asiento.

Por eso odio tanto darle las nuevas noticias. No es seguro saber cómo reaccionará. Y la mayoría del tiempo, justo como ahora, es un desastre.

Mia me observa y luego la observa a ella. Sus esferas chocolates muestran un atisbo de aburrimiento. Pasa de nosotras y se concentra en su batido de cambur y en su celular.

Tenía una ligera sospecha de que Dulce María no tomaría tan bien la noticia sobre mi compromiso con Adam, pero aun guardaba una pequeña esperanza que las cosas saldrían mejor que esto.

No obstante, no pude estar más equivocada.

--- ¡pero que mierda Jess!, ¿acaso estabas drogada cuando aceptaste? ¿¡Pero qué coño te pasó!? ¡No puedo creer que no me hayas contado antes! ¿Tú lo sabías? --- vocifera, atónita.

Su mirada atenta y alterada desconcierta a Mia, quien, apenas con un pequeño levantamiento de ceja, decide responderle:

--- Me lo dijo una semana después, pero sí, no has sido la única que ha querido ahorcarla --- revela, pero a diferencia de mi enrulada amiga, finaliza su comentario con una pequeña sonrisa de complacencia.  

--- ¡No puedo creerlo! ¿He volado doce horas para enterarme de esta mierda? ¡Se supone que tenías buenas noticas, Jess! Y esto es peor que la muerte del gato barrigón de la tía Marta.

Sus cabellos rizados comienzan a sacudirse como resultado de su continua negación. Parece estar en shock. No deja de mirarme con evidente confusión y sus ojos oscuros están totalmente atentos.

Me está poniendo nerviosa.

--- Oye no seas tan dramática --- le advierto, removiendo el hielo del vaso con el pitillo --- tenías planes y un nuevo proyecto que lanzar, no quería simplemente decírtelo por teléfono. Además, de igual forma te habrías enterado. Fue una decisión sencilla. Conozco a Adam desde la universidad. Todos lo conocen. No sé porque tanto alboroto.

Mi sinceridad hace que pierda los estribos… aún más.

--- ¿¡Por qué tanto alboroto!? --- increpa, mirándome fijamente --- ¡Yo conozco a Daniel desde que se comía los mocos en el preescolar, Jess!, y esa no es señal suficiente como para aceptar salir con él, ¡mucho menos aceptar algo tan grande como un compromiso! ¿Desde cuándo somos el tipo de chicas que se casan? ¡Creí que Adam y tú estaban bien así!

--- y lo estamos. Con o sin el compromiso, lo estamos, María.

--- ¿y entonces? ¿Por qué aceptaste casarte con él?

Me sigue mirando atentamente, como si quisiera evaluar cada sílaba de mi respuesta para tratar de entender.

Intento relajarme y respirar con calma.

Se supone que este sería un día donde habría buenas sorpresas, regalos, risas, bromas y una extraordinaria comida, sin embargo, ha ido desde largas esperas, pésimas sorpresas, peleas con mamá, peleas con un estúpido tulipán y vergüenza, hasta dolores en el culo.

Literalmente.

¿Qué carajos se supone que tengo que hacer?

--- llevo con él mucho tiempo Mari --- contesto entonces, tratando de sonar relajada y segura --- Además, conozco a Adam mejor de lo que me conozco a mí misma. Cuando acepté el compromiso lo único que pensé fue que, si no estaba bien hacerlo con él, no sería con nadie. Las cosas han funcionado bien entre nosotros. Tú lo sabes.

--- No, no lo sé, Jessica --- indica, bastante seria --- pero, independientemente de eso, ¿desde cuando bien es suficiente?

Un aura de preocupación abarca su semblante y hace que comience a preocuparme. Me quedo callada tras su comentario y me es imposible no sentirme de la mierda.

Esto se está volviendo algo bastante incómodo y ya no quiero seguir aquí. La imagen de Ian vuelve a golpearme con repentina agresividad, y me cuesta retener la sensación de tristeza que quiere envolverme. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.