cuando abrí los ojos mi visión era borrosa me dolía todo el cuerpo y la cabeza cuando intenté moverme gemí de dolor al mismo tipo que escuchaba una voz suave.
—con estas palabras yo te recito con esta piedra yo te curo deje que tu alma se quede en tranquilidad y que la piedra extraiga su oscuridad con mi melodía curativa que extrae la energía tu alma limpia ya está—su voz se escuchó lejana incluso escuchaba mi nombre, pero poco a poco se volvía a escuchar más cercana—Leya...—abrí mis ojos recuperando mi visión—ayúdame a que se siente Heley.
—si claro—Heley me ayudo a sentarme recargando mi espalda en la madera caliente—.
—¿Qué paso? —le pregunte cuando me recupere para después recordar todos los señores del bar, yo provocando una ola de algo blanco, el callejón y a Alía la diosa del aire—dime que todo fue un sueño dime que no vimos a la diosa Alia en persona.
—si te dijera que es un sueño te estaría mintiendo Leya.
—tiene razón tu amiga—me dijo la mismísima diosa Alía con una sonrisa—.
la diosa frente a mí ya no se encontraba vestida igual que cuando la seguí, usaba un vestido blanco de escote en V con encaje en plateado era el típico vestido que usaban todas las diosas, y su pelo rubio se encontraba suelto con una tiara de hojas plateadas como las que solían usar las diosas también.
—ten tomate esto tal vez te sientas mejor—agarre el pequeño baso para dirigirlo a mis labios y empezar a beber de ahí pero tan pronto como probé su sabor lo escupí por lo asqueroso que sabia—¿Qué creíste, que iba a saber a fresa? —yo la mire aturdida por lo que ella rio suavemente—.
—¿estas bien? —me pregunto Heley preocupada evitando a la diosa—me tenías preocupada.
asentí, me di cuenta de que me encontraba en una cabaña la chimenea con el fuego era lo único que se escuchaba mientras alumbraba, aparte de nuestras voces.
—los hombres del bar—mire a Alia ella ya se había sentado en una pequeña silla—y.…¿yo los mate?
Alia suspiro.
—no pudiste controlar tus poderes Leya.
—¿poderes? —pregunte aturdida—¿Cuáles poderes? ¿nunca supe que tengo poderes?
—tus poderes se encontraban dormidos Leya, hasta ese momento en el bar.
—pero poderes ¿Cuáles poderes? —me dije a mi misma para ver al mismo tiempo a Heley y a la diosa Alia—¿Qué es lo que está pasando? —Alia y Heley intercambiaron miradas—.
—es complicado de explicar—me dijo Heley con una mueca—pero a lo que me explico la diosa Alia—la nombrada sonrió amablemente—tus poderes son de familia.
—¿mi madre nunca me dijo que tenía poderes?
—tal vez porque era un secreto y por ello tu madre nunca te conto—Heley puso su mano sobre la mía—.
—es mejor pensar eso que pensar mal de tu madre tal vez también era por tu bien—comento Alia—y como dije por ahora tus poderes están tranquilos gracias a la piedra mágica—Alia mostro una piedra pura de tonos transparentes y grises tenía escrita algo con un lenguaje que no pude identificar—los alteraste mucho para ser tu primera vez usándolos.
—no lo puedo creer tengo poderes—dije por fin entendiendo—.
—y no unos cualquiera—continuo la diosa—esos poderes o mejor aún tus poderes nos son como los de los dioses, son mucho más poderosos incluso mucho más fuerte que los nuestros—me toque la frente sintiendo el dolor de cabeza—eres especial Leya hay un claro ejemplo de que lo eres.
—mate a gente—seguí pensando en ello—.
—lo hiciste, al igual que tú también ibas a morir—se levantó de la silla para servirme más te—pero no te sientas mal, esos hombres le causaban demasiados problemas a mi hermano Marcus—me entrego el vaso y se volvía a sentar—.
yo fingí tomar del té, ¿Cómo era esto posible? ¿significa que soy más poderosa que los dioses? o ¿a qué se refiere?
—espera—la mire—dijiste que casi muero.
—así es Leya—hablo Heley—de no a ver sido por la piedra luna de Alía tu hubieras muerto.
—lo bueno es que me siento bien ahora—dije yo—así que puedo continuar con la búsqueda de la diosa Queda
—puedes hacerlo, pero no la encontraras tan fácil.
—tengo que encontrarla así Luztel podrá salvar a Sofia—hable decidida—.
—Leya, tal vez Sofia no se salve con lo deseos de Luztel—dijo con lastima Alia—.
—¿a qué te refieres?
—los deseos de Luztel solo sirven para los dioses, pero no servirá con una Draqui—me explico la diosa—.
—¿me mintió?
—lo hizo.
—entonces si encontraba a Queda como quiera no iba a salvar a Sofia, mi amiga morirá—dije al bordé de las lágrimas—.
—aun tienes oportunidad de salvarla—dijo la diosa con una sonrisa—.
—¿como?
—con las piedras luna, si encuentras las piedras, más fácil encontraras a Queda.
—¿esto que tiene que ver con Sofia Alia?
—has escuchado que las piedras luna cumplen un solo deseos—yo negué—si pides que te digan donde esta Queda tal vez Raphael al ser el dios de los dioses y los darquis, tal vez el cómo agradecimiento él te cumpla un deseo.
—¿pero solo sé que las piedras fueron escondidas por los seis mares como sabre dónde están?
—pues buscándolas en las islas de Marcus.
—pero las piedras se encuentran en el mar—dije yo sin entenderla—.
—por eso, los seis mares son las seis islas de Marcus, ahí se encuentra cada una—me sonrió sincera—por lo bueno que solo te faltara buscar en cinco islas—yo la mire perpleja ella agarro su piedra con la que me salvo y la miro con admiración para después entregármela—has obtenido la primera piedra luna ¿prometes que la cuidaras y la regresaras a salvo conmigo después de tu misión?
—pero como funcionara con Leya si es una darqui...—la interrumpió Alia—.
—Heley, está muy claro que Leya no es una darqui—Heley me miro al igual que Alia—.
—no—conteste yo parándome de la cama—.
—si—contesto la diosa—.
—no
—si
—no...
—Leya, se que no lo aceptas pesar que ya lo estas sospechando, pero eres hija de uno de los dioses más poderosos del Nerón—me dijo la verdad—.