Esa noche, en el sueño, Kael llegó sangrando.
—No tengo mucho tiempo. Me siguen. Pero encontré el punto... el lugar donde el Nexus se abrirá.
—¿Dónde?- dije.
—Entre nuestros dos mundos, cuando ambos toquemos el reflejo de la misma estrella al mismo tiempo. Una estrella llamada Ophael. Solo aparece una vez cada cien años, y está a punto de alinearse.
—¿Cuánto falta?
—Tres días.
Sabíamos que los Custodios ya estaban tras él. Y en mi mundo, los sabios habían convocado una Purga de Ciclos, un hechizo que borraría cualquier energía "anómala" de la dimensión... incluida yo.
Ya no teníamos elección.