Entre tu Corazón y el Mío Libro 2

Capítulo 12. Fuera de la cancha

Diario New Star

Marzo de 2000

La nueva adquisición de Daniel Leyva, su nueva estrella

A inicios del mes el director técnico de Malto, Daniel Leyva, nos dio la noticia de dos nuevos integrantes en el equipo. La semana pasada, Alonso Miller jugó sus primeros tres partidos. Algunos de los aficionados se pusieron nerviosos al verlo entrar a la cancha, sin embargo, todos quedaron maravillados por su manera de jugar.

 

Diario New Star

Septiembre de 2000

Alonso Miller, el secreto de Malto

Tras siete meses en el equipo, el joven Miller ha logrado robar varios corazones por su manera de dominar el balón. Muchos consideran que Miller es la clave esencial para Malto, pues en cada partido en que es convocado, salen ganadores. Nadie esperaba que demostraría tanto talento en tan poco tiempo, cada día se convierte en el favorito de los aficionados.

 

Diario New Star

Enero de 2001

Llevo a mi abuela en el corazón, dice Miller

En una entrevista para la revista Sport, el jugador Alonso Miller, ha revelado que su principal motivación son sus padres y su abuela, quien lo cuida desde el cielo. Para él su abuela habita en su corazón y en cada partido le da la fuerza para ganar.

 

Diario New Star

Febrero de 2001

Alonso Miller y Martín Vallant, mejores amigos desde la infancia

Los dos jóvenes entraron al equipo al mismo tiempo. En estos meses nos han mostrado su gran amistad. Su excelente manera de comunicación les ha permitido llevar al equipo a la cima. Martín revela que sin su mejor amigo estaría perdido, para él Alonso es su ejemplo a seguir y gracias a él ha logrado ser lo que es ahora.

 

Diario New Star

Marzo de 2001

La promesa del país

Solo ha pasado un año desde que apareció Alonso Miller. Su evolución se ha dado a gran velocidad por su magnífico talento, sin olvidar el excelente trabajo formativo de sus entrenadores: los hermanos Leyva, Daniel y Alfredo. Con tan solo diecinueve años el día de ayer fue ingresado a la lista de los mejores jugadores del país, al igual que entro a la lista de los diez jóvenes más prometedores del fútbol.

 

 04 de agosto de 2001

Quito los ojos de la nota del periódico y salgo de mi casa con maletas en mano. La pared de mi casa en vez de tener fotografías familiares tiene marcos con los recortes de los periódicos y las revistas en las que han hablado de mí. Cada que los veo me siento raro. Ya ha pasado un poco más de un año y sigo sin creer todo lo que he logrado. Hay días en que quisiera dejar el fútbol a un lado. Me gustaría ir a un lugar tranquilo, donde este yo solo con la naturaleza. Llevo meses sin entrar a una cocina y lo que más deseo es hornear un pastel o cualquier cosa.

Extraño a mi otro yo.

Al llegar al campo de entrenamiento subo al camión. Todos me saludan y me brindan una sonrisa. Voy a mi asiento favorito, Martín se levanta para que pueda pasar, disfruto ir en la ventana.

─¿Sabes? Estoy emocionado porque vamos a San Luisiana, lo que no me entusiasma son las cuatro horas de camino y que vamos a jugar contra Panda ─revela Martín, cruza los brazos.

─Escuche que entro un nuevo jugador y que es sumamente peligroso, fue expulsado de Águilas. 

─Se de quien hablas, Roberto Roberts. Sí que es un peligro, al parecer lo expulsaron por su agresividad.

─¡Muchachos! ─vocifera Daniel, la puerta se cierra y el motor del camión se enciende─. Nos vamos para San Luisiana. Ya saben la regla principal del camión.

─Si ocupamos el baño no hacer del número dos ─decimos al unísono.

La regla surgió debido a que han pasado un par de accidentes sumamente asquerosos que prefiero no recordar.

Duermo durante todo el camino, anoche no dormí casi nada por la culpa de Martín. Me obligo a ir una fiesta y nos prometimos que cada vez que vayamos a una fiesta donde haya alcohol, estaremos al pendiente de que ninguno de los dos se atreva a beber una sola gota. Esto surgió tras mi borrachera del año pasado. Solo tenemos permitido un trago, máximo tres.

Al llegar al estadio me cambio antes de los demás para ir a dichosa entrevista para una revista de nombre que no recuerdo. Ahora Alfredo me lleva a una habitación en donde me espera la periodista. El alma se me cae a los pies al ver a la chica. Esos ojos, esos labios, ese cabello morado. Debo de estar soñando. No puedo creerlo, tengo enfrente de mí a Rosie.

¡A Rosie!

─Alonso, ella es la señorita Rosie Morales, es escritora de una de las secciones de la revista Estrellas perdidas. Primero quiere hacer la entrevista y al final la toma de fotografías, ¿te parece bien?




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