Narra Ariadna
Me siento sofocada de repente como si el peso del mundo se hubiese ubicado de forma repentina en mis pulmones impidiéndome respirar, yo sabía que este día llegaría, desde que descubrí mis sentimientos hacia Evan me he preparado mentalmente para verlo irse con su auténtica pareja de vida…Sin embargo, duele , ver que mi mejor amiga y Evan son mates quema profundamente mi alma, necesito respirar con normalidad o de lo contrario siento que mi pecho va a explotar.
-Ari,¿ no vas a presentarme a mi mate?- Maldición mis sentimientos han sido tan erráticos que me he olvidado por completo de la situación.
-Lo siento Mer, él es Evan Ranger, hijo de los dos mejores estrategas de la manada, Evan, ella es Meredith Conroy, mi…mejor amiga- Me esfuerzo por que mis palabras salgan fluidas y naturales y que mis sentimientos de dolor no se mezclen con mi cortesía.
-Te importa si bailo con ella? Me interesaría saber más de esta linda señorita…
-A mi…no me molesta si es que ella lo quiere así…- La prisa con la que Mer responde afirmativamente es algo extraño, ella siempre fue una chica recatada y tímida, al dejarlos solos un momento corro hacia el arroyo que no se encuentra lejos, no puedo alejarme mucho por ella, pero cuando me encuentro en un sitio más o menos apartado doy rienda suelta a mi tristeza, me arrodillo en el suelo sollozando con fuerzas tratando de que aquel molesto dolor se aleje de mi alma, el asfixio que siento ahora mismo es insoportable así que lloro más fuerte, Diandra, mi loba entiende mi dolor y lo siente así que puedo escucharla aullar acompañando mis quejidos, no pasa más de 10 minutos cuando siento que una mano se posa suavemente en mi hombro, volteo a ver de quien se trata y me topo con los ojos azules de Dakarí quien me observa con ternura y lastima.
-Debí suponer que estarías así…
-¿Cómo…como supiste dónde estoy?- Pregunto limpiando mis mejillas.
-Tu olor te delató, simplemente seguí el aroma a lluvia y pasto mojado y te encontré- Olvide que mi aroma era muy cambiante con respecto a mis emociones y que se intensificaba más si Diandra sentía lo mismo que yo, Dakarí me tendió su mano y yo la tome para levantarme, mientras nos sentábamos a la orilla del rio cuya corriente era el único sonido que se oía a la distancia el me mantenía recostada en su hombro.
-Así que Mer es la mate de Evan…la forma en la que la Diosa actúa es misteriosa y mágica.
-No entiendo…porque la Diosa le otorgaría a Evan una mate tan débil??!...Él es un lobo fuerte, ágil e inteligente…y ella, es frágil y sensible…son muy distintos- Dakarí oye con atención mi berrinche y suspira.
-Ya ves que los opuestos se atraen, además la amabilidad y dulzura de Mer puede complementarse bien con la fuerza y la determinación de Evan, la Diosa no te otorga un mate así como si nada, todos sus designios tienen una razón- No puedo decir nada al respecto pues él tiene razón, aun así y aunque suene egoísta me gustaría que Evan rechazara a Mer por mi sin pensar en que posiblemente aquello tenga un castigo de por medio.
-Crees que…Evan pudiese rechazar a Mer…por alguien a quien en verdad ame?...
-Si hablas de ti…no lo creo, si él fuese a rechazar a Mer por alguien más seria por Eli…
-Porque, maldita sea, porque???!!!.
-Deja de engañarte a ti misma Ari…Evan siempre te vio como una mejor amiga, tu misma lo viste más de una vez, como se desvivía por ella, como la cuidaba, como la veía…ahora que encontró a su mate déjalo ser…tú también estas destinada a alguien más y eso es algo con lo que tienes que aprender a vivir- Se levantó y me ayudo a mí en el proceso, Dakarí es un año mayor que todos nosotros y por ende, actúa como el hermano mayor de Eli y mío, al volver a la fiesta me encuentro con Evan y Mer tomados de la mano mientras conversan de forma acaramelada y coqueta, al verme ambos me saludan con una sonrisa amistosa, yo correspondo por no ser grosera pero sinceramente ya no deseo estar ahí más tiempo por lo que con ayuda de Dakarí busco a Edén, el muy idiota está coqueteando con una chica de una manada vecina, carraspeo para llamar su atención y el me observa con una ceja alzada.
-Perdón querida que interrumpa tu ligue pero necesito hablar con mi primo- La pelinegra me mira con desagrado y se retira.
-Su majestad desea algo?- Dice en un tono entre broma e irritación.
-Déjate de idioteces, ya quiero irme a casa así que ve por el auto de una vez- Debo admitir que a veces si puedo actuar como una auténtica princesa malcriada, lo mandona lo saque de mi difunto abuelo, el solo me mira irritado y asiente yendo a por su auto, mientras él hace esto voy en busca de Mer para ir a dejarla a su casa, no se ha movido de donde esta así que la tomo del brazo y la levanto.
-Muy bien Julieta despídete de tu Romeo que es hora de irnos.
-Tan temprano? Vamos Ari quedémonos un poco más.
-Te recuerdo que el camino de regreso a la manada es de una hora así que es mejor irnos para que tu madre no use mi cabeza como florero.
-Vamos Ari, al menos déjame ir a dejarla personalmente a casa- Dice Evan con ojos de cachorro, aunque esa mirada en otros tiempos me hubiese hecho ceder esta vez es diferente así que sin dar mi brazo a torcer me niego.
-Su madre no te conoce y fue a mí a quien confió la seguridad de su hija así que nos vemos otro día Evan.
-Que sucede contigo? Porque de repente actúas como una aguafiestas?!- Evan se levanta de su asiento enfrentándome y yo que no me quedo atrás también lo hago.
-No actuó como aguafiestas!! Simplemente me estoy preocupando por mi mejor amiga y ya!!.
-Ella puede cuidarse sola y ahora estoy yo para preocuparme de MI mate!!!- Esto último lo destaca haciendo que mi corazón lata aún más fuerte por la desilusión.
-Pues aunque sea tu mate sigue siendo mi mejor amiga así que mantente al margen de esto Evan Ranger!!!!- Grito usando el tono de Alpha heredado de mi padre, aprieto un poco más el brazo de Mer por el enojo hasta que de repente su quejido de dolor me saca de mi trance, volteo a verla con mi mirada brillando en dorado y le hablo con fuerzas.