El día no había sido algo extraño para Mark, excepto por las miradas llenas de feromonas de las chicas, cuando antes él pasaba desapercibido. Cruzó la calle, siguiendo el camino que vio a Adam tomar con Millena. Cuando al fin los encontró, aceleró el paso hasta quedar unos metros atrás. Adam lo miró, extrañado con su presencia, ni él lo reconocía.
Luego vio un taxi aproximándose por la calle.
-Ahora o nunca- susurró.
-¿Qué?- exclamó Adam irritado al tiempo que Mark echaba a correr para alcanzar el taxi y chocaba con Millena, haciéndola caer al suelo.
-¡Lo siento!- dijo Mark, tomándola de la mano para que se incorporara.
-No te preocupes.- contestó la chica a regañadientes, luego alzó la mirada y al darse cuenta que era el chico guapo que nadie conocía, lo miró a los ojos.
“Millena, tú y yo. Solos. Tuskania. 5 pm.”
Mark le soltó la mano y corrió de nuevo hacia el taxi. Al subir y pasar al lado de los chicos de nuevo, la chica le guiñó un ojo.
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Nanna se sentó junto a su madre, como siempre, a la hora de la comida, pero ahora no pensaba dirigirle la palabra. Se sentía demasiado molesta con la decisión que habían tomado sin preguntarle, además de que no comprendía lo que sentía por Mark, se suponía que habían llegado al acuerdo de no besos, no insinuaciones.
“Voy en camino a Tuskania con Millena. Saliendo iré a verte”
“Está bien, suerte.”
“Te quiero, Nanna”
Ella trató de no pensar.
“Sé lo que sientes, no me puedes ocultar nada.”
-Voy a mi cuarto. No tengo hambre.- se puso en pie y caminó rápidamente escaleras arriba. Odiaba todo, odiaba a sus padres, odiaba a Adam, a Millena, a Victoria, a Mark. Quería desaparecer y despertar cuando todos hubieran muerto.
Se recostó en su cama y cayó en un profundo sueño…
…Mark esperaba a Millena en una mesa para dos personas. Se sentía extraño sin su habitual vestimenta ni su cabello alborotado. Millena llegó con diez minutos de retraso.
-Hola, ¿Tienes mucho aquí?- preguntó.
-No. Pero considera que ansiaba que llegaras a cada segundo.
La chica se sonrojó.
-No deberías halagarme tanto, ni siquiera sé tu nombre.
-Y tienes novio, ¿cierto?
-Sí.
-¡Qué suerte tienen algunos!
-¿No vas a decirme tu nombre, verdad?
-Llámame como gustes.- contestó él, con una sonrisa torcida de satisfacción. Millena lo miró boquiabierta y se ruborizó de nuevo.- ¿Te parece si pedimos algo de beber?
-Claro.
-Yo invito.- dijo él, guiñándole un ojo. -¿Piña colada?
-Me parece bien.
Ella desvió la mirada, y Mark trató de hundirse en sus pensamientos: Nada, manchones rojos, nada, piña colada, nada, su rostro, nada. Algo no le permitía leer sus pensamientos, y comenzó a temer que tenía que hacer lo que no quería: Hipnotizarla completamente.
La chica fue a la barra a pedir las bebidas y al regresar, vio al chico sentado demasiado cerca de su lugar.
-¿Te importa si me acerco?
-Claro que no, adelante.
Luego ella tomó su silla y la movió hacia atrás para poder sentarse, y cuando lo hizo, se giró hacia Mark y lo miró a los ojos.
-Tú… Siento que te conozco.
-Me gusta el tatuaje que tienes en tu muñeca, ¿puedo verlo?
Millena dudó.
-Anda, me parece interesante.
-E…Está bien.- balbuceó ella. Se hizo la manga hacia atrás y dejó al descubierto el dibujo del reloj infinito.
-Es muy hermoso, ¿qué significa? ¿Cómo se te ocurrió o dónde lo viste?- y trató de hundir su mente en la de la chica una vez más: Nada. Algo mantenía bloqueada su mente, y eso sólo se podía hacer con un hechizo.
-Sólo lo vi y me gustó.
-¿En dónde lo viste? ¿Un catálogo?
-Ah…Sí, en un catálogo.
-¿Dónde te lo hicieron?
-En…En una casa de tatuajes.
Mentía.
-Muy bien, Millena.- la chica lo miró a los ojos, y como un imán, se quedó pegada en ellos.
“Dímelo todo. ¿Qué simboliza ese reloj?”
“Son ellos.”
“¿Ellos quiénes?”
“Ellos, los perfectos.”
“¿Ellos te hicieron este tatuaje?”
“No, mi familia es originaria de donde ellos viven. Ellos nos cuidan.”
“¿En dónde?”
“Northern Park Avenue. Es un lugar abandonado. El tatuaje es símbolo de que mi familia es fiel a ellos, así como los demás ciudadanos.”
“¿Dónde queda eso?”
Y de pronto, Millena parpadeó y se puso en pie de un brinco.
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Editado: 14.07.2018