Entwined

Pequeñas Pláticas

Dieron las diez. Nanna bajó al dormitorio de los máxime para que Sharon y Heather volvieran a arreglarla y hacerla parecer una de esas muñecas de porcelana hermosas y aterradoras. Entonces, sólo vio a Sharon llegar.

- ¿Y Heather?
-¡Ta-dah! Sólo vine yo. Lamento que no viniera tu preferida. Abre la llave de la bañera.- Nanna obedeció, abrió el agua caliente y un poco el grifo de agua fría.  Cuando volvió a la habitación, vio a Sharon recargada sobre un mueble alto, con los codos apoyados en  él. Se cubría la cara.

-Sharon, ¿estás bien?
-Sí, niña tonta. Anda, déjame desamarrar ese maldito corsé.- dijo, volviéndose hacia ella, parpadeando con rapidez, como cuando se quiere evitar llorar. Pero no estaba bien, ni si quiera sus ofensas sonaban tan fuertes ni dolorosas.

En la bañera, Nanna se tallaba el cuerpo mientras Sharon lavaba su cabello con mucha delicadeza, ya no lo estiraba ni lo jaloneaba para molestar.

-Sharon, sé que no te caigo muy bien, pero quiero que sepas que, si necesitas alguien con quien hablar ahora, estoy aquí.
-No necesito hablar con nadie, y menos contigo.
-Sé cómo lo miras.

Sharon se detuvo.

-¿Cómo miro a quién?
-A Rubeus.
-Rubeus…Ese hombre no me pertenece.
-Tampoco a mí. Pero puede ser tuyo todavía. Yo moriré, tú… Tú vivirás siempre, como él.
-¡¡Qué tonterías dices!!
-Sé lo que se siente perder al hombre que amas.- interrumpió Nanna.
-¿Cómo sabes lo que es amar, si no pasas los veinte años?
-Adam…
-¿El otro chico que viene con ustedes?
-Sí. Y Mark.
-¿Amas a ambos?
-Cada uno a su tiempo

 

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Nanna le contó a Sharon la historia que los había orillado ahí. Desde Adam y su manía de cambiar de novia como de ropa interior, cómo fue a dar con Victoria, cuando lo transformó en perro, la vez que volvió a ser humano en su garaje, el algodón de azúcar, cuando murió y Adam ofreció volver a ser un perro para que ella viviera, la pérdida de memoria, Phoebe y Adam acudiendo a casa de Mark para ayudarla a recordar, la noche del Horror Weekend en Tuskania, Phoebe y Mark confesándose lo que sentían, el lago, el collar de la gitana, la pantera enorme, el cuerpo de Phoebe a la orilla del lago, Adam atravesando el corazón de la gitana antes de que matara a Mark, el amanecer y la desaparición del cuerpo de Phoebe, el regreso a casa, el último adiós a Adam, los días de soledad en el instituto, Adam regresando con Millena, el recital, la foto de Phoebe, su colapso, el beso con Mark,  Phoebe en sueños, el reloj infinito, el tatuaje en la muñeca de Millena, Nanna y su cambio de ciudad, Eva Ferdinand convenciendo a sus papás en llevarla a un viaje de “sanación emocional”, sus sentimientos por Mark y todo lo que había desencadenado en los últimos días…

-Dios, mujer, ¿cómo aguantas tanto?
-Créeme que si hay alguien que ha llorado aquí soy yo. Y en unos minutos voy a responder por todos mis errores.

Sharon se detuvo, se volteó hacia atrás, con semblante sorprendido.
-Llorar… ¿A caso eres…?
-¿Qué?

Sharon de retractó de sus palabras.
-Eres muy fuerte.

 

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Nanna dejó que Sharon terminara de peinarla, mientras le contaba todo lo que había vivido junto a Rubeus. La chica lloraba, y no dudaba por qué. Rubeus buscaba al amor de su vida, tenía que ser una joven de ojos tristes, él la reconocería en cuanto la mirara por primera vez. Cuando encontró a Heather, pensó que era ella, pero en realidad no lo fue. Y ahora, estaba tan desesperado de no encontrarla que optó por casarse con cualquier persona.

-Entonces, ¿jamás hubo nada entre él y tú?- preguntó Nanna.
-No.
-¿Ni un beso?
-Nada.

De pronto, Heather irrumpió en el dormitorio.

-¿Ya está lista la novia?- dijo con una amplia sonrisa.
-Lo está.- Sharon le sonrió a Nanna.

Nanna volvió a sentir que había alguien que creía en ella, quien menos pensó que lo haría.

 

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Sharon salió del dormitorio. Heather dio los últimos detalles a su maquillaje, acomodó su velo y estaba terminando de arreglar el ramo.

-Toma, ten cuidado y no dudes. Sé que tú puedes. Nos salvarás a todos.- dijo ella, en un tono que jamás había escuchado en su voz. Era grave, serio.
-¿Qué cosa?- preguntó Nanna, sintiéndose inquieta ante el tono desconocido de Heather.
-Lo sabrás.
-¿Qué sabré?
-Sólo hazlo.- terminó Heather, tomándola de los hombros. Luego bajó las escaleras.



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En el texto hay: romance juvenil, magia, gitanos

Editado: 14.07.2018

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