XXXV
- Espero que la comida sea de tu agrado – dice cuanto tomamos asiento en la mesa – acá no se consume carne y si llegas a querer debes cazarlo y prepararlo
- Gracias
no digo nada durante la cena, Ael y Macabeo hablan sobre lo que paso antes, se preguntan por las personas que conocen y Macabeo relata algo breve de la situación en casa, no les pongo mucho cuidado, mi mente está ocupada en varios sentimientos que me abruman y con la partida de Luisa, no ha pasado ni un día y ya siento su ausencia, termino de comer en completo silencio, la comida estaba muy rica siempre me gustaron los vegetales, así que no tengo problema de ello, agradezco y llevo los trastes a la cocina, cuando termino algo llama mi atención, me abarca la necesidad de salir y lo hago, dejo que mi instinto me guie y ojala no me meta en problemas.
Llego a una pequeña montaña que esta en la parte trasera de la cabaña, es un lugar extenso sin árboles, solo hay flores sobre lapidas que yacen en el suelo, mis pies me llevan a caminar entre ellas y siento inevitablemente tristeza, me detengo frente a una que sobresale de las demás – nuestro padre – me dice Sami, Kiran Hamza susurro la inscripción, se siente una corriente de viento helada y me hace abrazarme, me siento a su lado y de la nada ya estoy llorando, la tristeza de este lugar me abruma y la mía se suma, no me importa desahogarme igual estoy sola en esta parte de la casa, cierro lo ojos y trato de respirar profundo para calmar mi interior, siento unas manos en mis rodillas.
- Déjame sola Ael por favor
Escucho su risa y no es la de él, abro los ojos y es un hombre joven creo, no logro saberlo con precisión, su rostro es definido y me mira con ternura, su cabello es negro y de piel trigueña – papá – es lo que menciona Sami y mi impresión no me deja moverme.
- Demoraste mi niña – se sienta en frente sin dejar de sonreír – pero esperaría lo que fuera necesario por verte – no sale nada cuando abro la boca y eso le da mas risa
- ¿Cómo es posible? – logro articular en un leve susurro
- Todo es posible – me sujeta de la mano – perdón por los daños causados y gracias por permitirme venir – no le entiendo y parece que lo reflejo en mi rostro – puedes hacer muchas cosas y podrás hacer más, pero el costo de recuperar todo tu poder será alto
- No entiendo
- Ya lo entenderás – besa con cariño mi mano y mis lagrimas aumentan su caudal – calma cariño estaré para cuando decidas hablar y siempre te esperare
Limpia mi rostro y desaparece, quedo aturdida, confundida, triste de saber que me amaba y no pude estar con él de verdad ¿Cómo hubiera sido mi vida a su lado? ¿Cómo será mi madre? ¿Por qué me alejaron de todo? ¿Qué es lo que quieren de mí? Todo llega como avalancha a mi mente, respiro profundo con los ojos cerrados tratando de calmarme y cuando los abro en la parte baja puedo ver Ael esperándome y por alguna razón siento que es mi único flotador, si este se desinflara me hundiría en este mar de traiciones, mentiras, engaños y secretos.
Camina lentamente, mirando a su alrededor y dejando algunas flores en su camino, toma asiento al lado mío y sujeta la misma mano que mi padre tenia entre las suyas, no dice nada solo me acompaña en mi silencio, le agradezco mental mente por ese detalle, pues no deseo hablar ahora, me recuesto sobre su hombro y como una llave rota vuelvo a llorar de forma descontrolada, él me abraza y me sube a su regazo de forma cariñosa y protectora, yo solo me aferro a mi flotador, me acaricia el cabello y poco a poco me calmo.
- Este es el cementerio de nuestra gente – susurra sobre mi cabeza – tu padre era un gran líder, guerrero y sobre todo cariñoso con todos, parecía un padre mas para nosotros y así lo cuidábamos – el suspira y continua – ese día no sabemos bien como penetraron en el palacete, si todo estaba alineado para que no pasara, tu padre los defendió y mi padre estaba a su lado luchando como si fuesen una roca que nunca iban a romper – me sujeta mas fuerte hacia él – yo estaba con tres guardianes más, al lado de tu hermano, tu madre y de ti – eso hace que le mire – eras muy pequeña en ese entonces pero con la mirada más decidida que había visto, decidimos dividirnos por seguridad, te fuiste con tu madre y un guardián, yo me quede con tu hermano, mientras mi padre seguía con el tuyo – me recuesto nuevamente en su pecho y sus latidos son un poco fuertes – todo cambio drásticamente, tu madre no estaba por ningún lado, nuestros padres entraron a la estancia donde estábamos y seguido a ellos un batallón entero, Kiran pidió que saliéramos y así lo hicimos, lo que no esperábamos era que explotara medio palacio con él, cuando estábamos por salir una flecha atravesó el pecho de tu hermano - suspira derrotado de recordar todo eso – habíamos perdido todo pero sabíamos que quedaba alguien más, pensamos que te iban a entregar en un punto estratégico que teníamos para emergencia, pero nunca llegaron a cambio nos traicionaron y tendieron una trampa – permanecemos en un largo silencio – acá están los nombres que inmortalizan aquel día y son para muchos un lugar sagrado, jamás se toca esta tierra para combatir, es por eso que acá estaremos seguros
- ¿Por qué no me reconociste la primera vez que nos vimos?
- La primera vez que te vi en nuestro mundo eras pequeña y solo fue ese día, a demás que tus ojos no tenían un color definido, cuando me citaste en esa cafetería – se queda en silencio y luego de un buen rato le miro, solo me da una sonrisa – eres sin duda mas alta de lo que recordaba, tus ojos tienen un color hermoso y por primera vez me fije en ti sin distracciones, ¿entonces como me habría de dar cuenta que esa niña pequeña eras tú? - bajo mi mano siento su corazón acelerar – a demás no es que iniciáramos de forma correcta
- Eso es verdad – me recuesto nuevamente – te comportaste como un idiota