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Los ojos grises de la gamma conejo miraron lentamente hacia la casa de la familia líder Zuhair, siempre pasaba por ese lugar, pero hoy parecía estar lleno de una aura triste. El aire era más frío estando en esa zona, habían pasado años en los que no venía por lo que pensó en que todo cambia, pero no estaba segura de que había cambiado en aquella familia tan feliz.
Su abuela la había citado en aquel sitio, por lo que le dijo la familia ofrecía un trabajo bien pagado y ella necesitaba adquirir experiencia al menos en algún trabajo administrativo o por el estilo, si no su título y el haberse graduado con honores no se notaría nunca.
Camino abrazándose a ella misma por el clima frío que se sentía mientras ella usaba un traje tierno sobre ella que se veía demasiado estilizado por su esbelto cuerpo. Su rubio cabello se meneó con el viento y sostuvo su boina mientras llegaba a la puerta de entrada.
Miro los símbolos que se ponían cuando un ser querido había muerto y la familia con esos símbolos le ayudaba a encontrar el camino hacia Moosnky. Recordó como se había puesto el clima mucho antes por lo que conecto todo a la muerte de alguna persona de la familia Zuhair.
Toco la puerta achicando sus ojos mientras pensaba en todo lo que podía haber cambiado aquella alegre familia, a veces envidiaba como los niños eran tratados tan cálidamente cuando ella solo recibía el odio de sus padres.
— ¿Eres la nieta de Mirlena? — Asintió mientras miraba a la luna de la manada, Giovanna sonrió con un sonrojo mientras la dejaba entrar. Por lo que tenía entendido la chica el futuro alfa había rechazado a último momento por lo que aún sus padres no dejaron el cargo de líderes.
— Luna, lamento lo que sucedió. — Ella simplemente asiente.
— No estamos aquí para que des tu pésame, estás aquí porque serás la asistente personal de mi hijo mayor. ¿Estás segura de que eres apta para este trabajo...?, ¿Nakia, cierto?
— Dígame Nadine, Luna. Y claro Luna, soy lo suficiente apta para cualquier cosa que se me atraviese en el camino. — Giovanna sonrió dejándola pasar al despacho de su esposo, subió las escaleras yendo hacia el cuarto de su hijo que no salía por nada del mundo. Simplemente, había fallado en lo que ella le pidió, aquel niño que tanto cuido ahora era un lobo salvaje que no lograba comprender nada a su alrededor después de la muerte de su amada.
Solamente gruñía como cualquier otro lobo salvaje que perdió sus recuerdos y que lentamente se puede transformar y nunca más volver si tanto lo desea, pero si eso ocurría su pequeño chocolatito perdería su forma humana, ya que no recordaría nada sobre su vida.
— ¿Cariño? — Abrió la puerta precavida, miro los ojos rojos de su hijo entre la oscuridad y sonrió tiernamente. — ¿Estás seguro de irte a vivir solo?— Un gruñido le afirmo aquello, extraña escuchar hablar a su hijo, pero no podía hacer nada por él en ese momento. — Bueno tu padre y yo te contratamos a una asistente que te acompañara, ya están hablando con ella sobre lo que hará y así te ayudara con la empresa, y con la comida.
Dijo por último antes de cerrar la puerta, tenía miedo que su hijo saliera a cazar su comida porque eso sería algo que hacen los salvajes antes de perder su razón.
Bajo las escaleras con rapidez entrando al despacho, escuchando lo que hablaban con la chica. Tenían que hacer que Theo tardara en convertirse en un salvaje para encontrar una solución y así nunca perder a su hijo.
— ¿Sus comidas? — Hablo poco convencida de aquello.— Su hijo mayor por lo que recuerdo es Theo, ¿cierto? — Ambos asintieron, Nadine bajo su rostro sin estar del todo segura de lo que hacía. Recordaba que ese Alfa estaba por salir de la universidad cuando ella lo miro.
Fue su primer amor por lo que no estaba segura si estaría bien aceptar aquel trabajo, más por recordar a Alycia quien se rumoreaba era su destinada. Por lo que se sentiría frustrada de tener aquel hombre enfrente junto con su pareja.
— En estos momentos nuestro hijo no está en una buena condición por lo que esperamos nos ayudes con las cosas que te he mencionado. Te daríamos también una habitación, podrás usar cualquier cosa en la casa sin problema, solamente que te trasladaras al medio del bosque que es donde está la casa.
Los ojos grisáceos de Nakia miraron hacia la luna de asombrosas pecas quien la miraba llena de esperanza en que aceptara aquello.
— ¿Puedo pensarlo? — Abdel asintió.
— Se te dará una semana para pensarlo, si hay que no te gusta del contrato puedes hablar al número de esta tarjeta para cualquier cambio o para hablar sobre las cosas. También aclaro que tendrás un carro proporcionado por la compañía para que puedas trasladarte.
— ¿Y solo sería llevar documentos hacía su hijo?— Abdel asintió, miro a la Luna ladeando un poco su rostro antes de mirar a los líderes nuevamente.— Así como atender las citas y reuniones de él como también ayudar en lo que ocupe.