T R E I N T A Y C I N C O

|C A P Í T U L O: T R E I N T A Y C I N C O|

Un penetrante y dominante olor se hizo camino por mi sentido de olfato, provocando que sintiera una sensibilidad recorriéndome sin restricciones la piel completa, tal como si hubiese recibido una descarga eléctrica de algún electrodoméstico por andar descalzo. Quería abrir los ojos pero un dolor de cabeza no me hacía la tarea para nada fácil. Mi voluntad me obligaba a que tenía una forma de abrir los ojos porque era mi deber el ver qué era lo que bloqueaba mi vía de respiración. Hasta que con esfuerzo lo pude ir haciendo encontrándome con algo, bueno más precisamente alguien, que no esperaba...

Por mi borrosa visión, por no decir nula, pude atestiguar que frente a mí estaba la silueta de lo que podía dilucidar era claramente una persona; una cuya tez podría ser morena, sin embargo no estaba completamente seguro por el estado de hipnosis que todavía no me abandonaba. Investigando pude ser consciente de que la fuente de aquel olor chocante provenía de lo que parecía ser alguna tela cuyo material tenía tal sustancia, que empezó a ser reconocible por su naturaleza de su inolvidable esencia. Tenía que ser indudablemente "alcohol" o bien era algo que lo contenía entre sus ingredientes. Me removí inquieto desesperado por dejar de seguir envuelto en las sensaciones a las que estaba siendo sometido. Aquel movimiento tuvo la reacción esperada siendo de inmediato retirado el causante de mi pesadilla en ese momento. Una sensación de alivio me embargó al inhalar esta vez aire.   

La poca luz que me rodeaba alrededor no me permitía captar el plano que buscaba, el cual me diera indicios definitivos de mi locación. Usando mis párpados me embarqué en un ejercicio que consistía en abrirlos y cerrarlos queriendo más que nunca hacer funcionar correctamente mi campo visual. Pasados unos segundos sentía que regresaba poco a poco a la normalidad.

Ya al mando de mis facultades tanto oculares como motrices a la par, pude ver esta vez con mejor detenimiento a mi "personaje de interés" que ya dejaba de invadir mi espacio personal cediéndome una "distancia considerable". Era un hombre de piel morena (pero más oscura de lo que pensé) a primera instancia daba constancia de una expresión firme; contaba con cejas muy pobladas, ojos cafés pequeños y rasgados, boca constituida por un par de labios de gran longitud. Sin embargo, lo que más me llamó la atención fueron sus fornidos brazos. El reflejo en su mirada era la clara definición de la preocupación en su ancho esplendor, no pasando nada para sentir como la misma emoción de inquietud me era transmitida, siendo diferenciada por el efecto a gran escala que me doblegaba. La palanca del "instinto de supervivencia" fue activada por mi mente obligándome a reaccionar dando una respuesta inmediata al estrés en torno a esta situación que estaba con su peso amullarador oprimiéndome el pecho.

—¿Quién es usted? —dije sintiéndome desorientado por el fuerte impulso con el que me levanté—. ¿Qué ha-hago a-aquí?  —cuestioné con dificultad.

Una fugaz inspección a través de la escasa luminosidad que brindaba una bombilla situada en un extremo del techo me dio un desorbitado llamado de emergencia que me atacó el corazón como si fue. El lugar daba la impresión de ser un "sótano" por el reducido espacio que era, además estaban sus paredes grises —seguro por no abandonar su estado original de construcción—  ejerciendo autoridad por todas partes.

Al afincar a cada lado mis muñecas, pude entrar en razón de que estaba recostado en lo que consideraría una especie de "camilla" o algo por el estilo.

Espera... ¿estoy en lo que estaba segurísimo que era un "sótano" y encima con un hombre que a leguas se nota que me dobla la edad? Cuando creía que no podía estarme yendo peor de lo que pensaba... caigo un detalle que me sacó definitivamente de órbita de que no llevaba encima mi "Polocher" que recordaba, solo tenía la franela que usualmente llevo debajo.

Ya esto había escalado un punto donde me parecía rozar más allá la palabra "demasiado"...

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