Al abrir la caja, encontramos piedritas, botones, carritos de juguetes y algunas fotos donde aparecían dos niños, uno era Soomin y el otro... Era yo.
— No puedo creerlo — Me tapo la boca sollozando — Soomin... Todo este tiempo ¿Estuviste muerta? — La abrazo a duras penas — Yo... yo, lo sient...
Mi cuerpo se debilitó de un momento a otro, mis lágrimas caían por mis mejillas sin parar mientras sentía un dolor desgarrador.
— No pasa nada, no fue tu culpa — Comienza a llorar también.
— Lo siento mucho... Soomin — Me aferro a ella.
Ya nos habíamos conocido, no sé cómo pude olvidarte como si nada.
Años atrás...
— Haruto, ya tenemos nuestra caja casi llena — Sonríe tierno — ¿Hay algo más que quieras meter?
— Sí, me gustaría meter algunas fotos de nosotros — Le acaricio su cabello — Con eso llenamos nuestra cajita.
Habíamos decidido hacer una caja del tiempo para cuando creciéramos, abrirla juntos.
— Creo que ya está bien de profundidad — Digo un poco cansado.
— Sí, opino lo mismo. Ya la meteré — Dice dejando la caja en el hoyo — Ya podemos taparla Haru.
— Está bien — Sonrío.
Luego de eso, me acuerdo que te habías enfermado y no podía visitarte tan seguido.
— Haruto... — Me observa entrar por la puerta del hospital — ¿Seguirás siendo mi amigo?
— ¿Eh?, ¿Por qué dices eso? — Pregunté confundido y seguido de eso la abrazo — Por supuesto que seguiré siendo tu amigo Soomin.
— Gracias... — Solloza — Lo que pasa es que mis padres quieren mudarse, y yo no quiero, no quiero dejarte aquí solito.
— No te preocupes Soomin, no me dejarás solo, yo siempre estaré contigo — Terminé llorando yo también.
Tus padres tenían planeado irse al extranjero por esa enfermedad que tenías, pero no pudieron irse a tiempo.
Después de eso, mi papá entró a mi cuarto, y me dijo que...
— ¡¿Qué?! — Pregunté sollozo — ¿Cómo qué Soomin murió? — Trato de salir del cuarto para ir a su casa.
— Hijo, cálmate — Me carga, y yo comienzo a patalear para que me bajara.
— ¡Ba... bájame! — Dije llorando — ¡Quiero ver a S... Soomin!
— Hijo, por favor. Cálmate — Me abraza fuerte — Soomin ya no está aquí con nosotros...
— ¡Soomin! — Grité tu nombre con dolor.
Luego de todo lo ocurrido, mi papá me llevó a terapia e hizo todo lo posible para que yo te olvidara. No fue fácil para él, ni para mí, pero al final se logró que me olvidara completamente de ti.
Después de todo, solo era un niño...
— Soomin — Trato de secarme las lágrimas pero me es en vano — Perdóname por haberte olvidado.
— No te preocupes — Sonríe tierno — Eras muy pequeño, y yo... Yo no me acordaba de nada de cuando era pequeña — Me abrazas nuevamente — Creo que ya encontramos a lo que le tengo mucho cariño... Haruto.
Después de recordar todo a detalle, mi dolor era cada vez más fuerte y desgarrador.
Terminamos abriendo la caja juntos, pero no como lo habíamos planeado cuando éramos niños.
—Haruto ¿Otra vez estás llorando? — Corres para abrazarme — ¿Puedes dejar de llorar? Me lastima verte así.
— Yo... lo siento — Digo sollozo — Es que aún no puedo superar todo lo que pasó.
— Tus ojos ya están hinchados — Me pasa sus manos por mis ojos — A este paso, no vas a poder ver nada.
— Lo sé, pero me pone mal esta situación y... Además, hay algo que no te he dicho aún — Trato de secarme mis lágrimas.
— ¿Qué es? — Preguntas preocupada.
Ya no podía estar más así, tenía que decirte lo que me pasaba a parte de todo lo que pasó, tenía que decirte que...