Eres uno de nosotros

2. Un gay sediento de venganza

Me quedé tirado ahí por un momento, acariciendo el frio suelo con mi cara, de esa forma dejaba de dolerme tanto el golpe que me acababan de dar.

Luego de unos minutos, cuando el salón comenzó a llenarse de gente nuevamente, tuve que levantarme.

—Dios, ¿Que le pasó?— Se preguntaban entre sí algunos de los más chismosos, no pasó tanto tiempo antes de que todo el colegio se enterará. Tampoco tardo mucho en mezclarse con falsos rumores.

A tan sólo una semana después de todo lo ocurrido, cada grado tenía su propia versión sobre como fueron los hechos.

Los de primer año comenzaron a decir que intente abusar sexualmente de Eric y a él no le quedó de otra más que de defenderse, no con esas palabras, el rumor que oí decía, y cito : "El nuevo le tocó el pene a Eric, y por eso Eric le rompió la cara. Pero esta bien, yo hubiera hecho lo mismo"

Los de segundo dijeron que me saqué el miembro e intente obligar a Eric a chupamela. Es parecido al otro, pero un poquito peor.

Los de tercero, en cambio, son más románticos, ellos piensan que le declare mi amor a Eric, que le dije algo así como "Estoy cansado de vivir en el Closet, te amo Eric, siempre te he amado. Adoptemos un bebé y vivamos felices" pero, como Eric es un homofobico, me golpeó. Este rumor me gusta más, al menos aquí Eric queda como el malo, y yo como la víctima.

Los de cuarto no han dicho nada aún, pero comenzó a sospechar que eso se debe a mi hermanita, ella se adaptó mucho mejor a esta nueva escuela que yo, y además esa enana da miedo, apuesto a que amenazó a todos sus compañeros para que no digan ni una sola palabra en mi contra. Que linda.

Los de quinto son más extremos, ellos dicen que todo lo anteriormente dicho es la verdad, creen que me declare, me rechazaron, intente violarme a Eric, y ahora soy un gay sediento de venganza.

Bueno, lo de la venganza si es cierto, pero me falta imaginación y huevos como para poder llevarlo acabo. Especialmente huevos.

Y por ultimo, los de sexto, son los que tienen la verdad pero disfrutan targiversarla. Estos fueron los que estubieron esparciendo los falsos rumores, supongo que para tener a todos en mi contra, de manera que nadie se lance a defenderme cuando resiba más golpes o insultos.

Durante toda la semana he estado esperando que mi hermana me dijera algo, si tal rumor es cierto, y si no lo es por qué tengo la cara magullada. Pero no dijo nada, no me pregunto nada, ni siquiera se lo dijo a nuestros padres.

—Hijo, ¿Que te pasó?—Me preguntó mi padre ese día, cuando volví del colegio, él se encontraba cocinando y al verme se le cayeron los huevos por la impresión.

Los huevos de la gallina, solo para dejarlo claro.

—El piso estaba mojado y se resbaló.—Mintió mi hermana por mi, antes de que yo pudiera pensar en alguna escusa, soy malo mintiendo. Le agradecí mentalmente y asentí con la cabeza a papá para que vea que eso fue lo que pasó.

—Deberías tener más cuidado—Me pidió mi padre, dejando la comida a medio preparar de lado y acercándose para inspeccionar la herida, me acarició suavemente los cachetes con sus dedos—Yo y tu madre no hicimos está linda carita solo para que tu la arruines de está forma.

—Dios no, no quiero imaginar a ti y a mamá "fabricandome".—Le dije, apartando sus manos de mi cara y haciendo un gesto de asco que dolió como la mierda. Mi padre sonrió ante el recuerdo.

—Fue justo en esta cocina—Me informó, completamente orgulloso de si mismo.

—Gracias por el trauma, ahora exijo un psicólogo—Exclamó Megan, mi hermana, de manera sarcástica, y yo asentí con la cabeza estando de acuerdo de nuevo.

—Los psicólogos son caros—Dice el hombre que se compró el auto más caro que pudo conseguír, luego de mudarse a una casa más grande con su familia, cerca de la escuela más costosa para que vayan sus dos hijos— Deberán aprender a lidiar ustedes solos con sus problemas.

Dice, otra vez, el hombre que llama a su esposa para que maté a cualquier  araña que se cruce en camino, en fin.

—Me iré a estudiar, me dejaron mucha tarea—Me excuse, saliendo de la cocina y subiendo las escaleras hasta mi habitación.

Una vez en tirado en la cama, con la puerta cerrada y estando completamente seguro que nadie podría verme ni oírme, me permití derramar aquellas pequeñas lágrimas que me estaban quemando la garganta desde hoy a la mañana, cuando mi mejilla tocaba el suelo, cuando mi amigo me golpeó luego de besarme de una manera tan dulce, cuando después fue y presumió haberme golpeado. Como si golpear a alguien lo hiciera más hombre o menos gay.

No es así, no creo que sea así, golpear a alguien, especialmente alguien que no te ha hecho nada, solo te convierte en un cobarde.

Ahora él seguramente está allá con sus nuevos amigos presumiendo su gran hazaña, y yo estoy aquí todo adolorido, y sintiendo mi pecho arder.

De tanto llorar, acabe por quedarme dormido.

 



#7463 en Joven Adulto

En el texto hay: humor, drama, lgbt

Editado: 23.08.2021

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