Pov. Narradora
Se encontraban dos niños jugando en la habitación del bicolor mayor, jugaban con los juguetes que habían por ahí junto con algunos otras cosas que se encontraban en el camino.
- Ríndete ahora malvado! yo tengo el tesoro y no te lo devolveré! -decía Rusia, fingiendo una voz gruesa mientras sostenía un muñeco de trapo que tenia pegado un lápiz en su mano simulando una espada-
- Nunca! ese tesoro es mío y me lo llevare! -esta vez hablo Alemania, copiando la misma acción del ruso pero esta vez moviendo su muñeco a los costado simulando que estaba muy enojado-
- Entonces pelea conmigo si te atreves! -menciono el ruso, moviendo la mano del muñeco que tenia la "espada" apuntando al muñeco de adelante-
La habitación había cambiado para ambos niños, a una zona de combate en donde dos piratas luchaban por un tesoro. Ambos se metían mucho en su personaje que no se dieron cuenta que los estaban llamando para cenar, hasta que tuvo que subir uno de los hermanos mayores del ruso para salir de aquella fantasía a la cual se hallaban muy entretenidos.
Con delicadeza la puerta fue abierta dejando mostrar la silueta de Letonia quien tenia una sonrisa posada en su rostro.
- niños ya es hora de comer, se va a enfriar su comida -menciono la mayor con una voz cariñosa-
Rusia y Alemania dejaron los juguetes a un lado para luego salir de la habitación, Letonia al ver que ya no había nadie cerro la puerta y se dirigió al comedor de aquella casa. Mediante el recorrido se le quedaba mirando al pequeño alemán, había un aura en este que le hacia muy extraño. Como si este se notara mas feliz junto con Rusia que con otro. Decidió no pensarlo tanto, tal vez era porque su hermano es el único niño en la casa.
Llegando al comedor, los niños se sentaron en la mesa, Rusia en medio de Alemania y URSS. Todo se encontraba tranquilo, algo muy extraño a decir verdad. El soviético se dedico a mirar detalladamente la escena y se dio cuenta que los mayores se encontraban mirando fijamente al pequeño alemán quien se encontraba un con miedo por las miradas que recibía por los mayores, por otro lado Rusia estaba muy feliz comiendo de su plato sin notar las miradas que se encontraban posadas sobre su amigo.
Alemania seguía con miedo así que se acerco a lo primero que le transmitió seguridad, en este caso se aferro al brazo del ruso, ahora se gano la mirada amenazante del soviético. Se podría decir que se estaba muriendo de miedo el pequeño tricolor que no dudo en aferrarse mas al brazo de su amigo. Rusia noto el nerviosismo de su compañero, lo miro con una sonrisa leve para transmitirle seguridad; pensaba que su menor estaba nervioso por estar en una casa ajena.
- Cálmate Ale, todo esta bien. Si quieres luego podemos seguir jugando -Menciono sin quitar su sonrisa-
El alemán se sonrojo ante el apodo que le dio su mayor, se soltó de aquel brazo y trato de ignorar las miradas de los mayores para comer con tranquilidad. Se podría decir que todo ese momento se baso con miradas amenazantes hacia el tricolor y un ruso muy alegre que no notaba esa escena.
Pasaron los minutos y ya todos habían acabado; Rusia, alemana y Lituana se encontraban en la habitación en la que se quedaría a dormir el tricolor menor, estaban arreglando algunas cosas que se encontraban mal colocadas o algunas que faltaban. En eso la mayor abre el armario y nota que faltan sabanas de repuesto para la cama.
-Saca su cuaderno y escribe algo para luego entregarle a su hermano la hoja en la que había escrito-...
- Que pasa hermana? -lee la nota- Faltan sabanas...esta bien yo lo traigo! -y sin mas salió de la habitación para buscar las sabanas-
Ahora en esa habitación se encontraban la mayor y el alemán. La mirada de la tricolor mayor había cambiado desde que el ruso se fue, pasando de una sonriente a una neutral, esta escribió en su cuaderno y le mostro su escrito hacia su menor sin cambiar su mirada.
"¿Sientes algo por mi hermano?"
En ese momento el rostro del menor se coloreo a un rojo intenso, no sabia a que venia esa pregunta y menos sabia que responder. Sabia que aquella chica buscaba una respuesta a su pregunta, además que si lo pensaba bien seguramente esta sospechaba que el si sentía algo por su compañero de juegos.
- Y-Yo...no lo se...Es divertido jugar con el, pero no creo sentir algo por el...además si fuera cierto, el jamás correspondería al hijo del enemigo de su padre, soy de lo peor... -Lo ultimo lo menciono con la mirada baja y un fuerte sonrojo en sus mejillas, no quería ver directamente a la mayor-
-Sin pensarlo, se coloco a la altura del menor para abrazarlo; no esperaba esa respuesta que podrías recibir de cualquier adolescente, sin duda sus sospechas de que aquel niño era mas desarrollado que a los de su edad era cierto- ...
El menor correspondió aquel abrazo, por un momento pensó que la mayor le hiba a golpear por estar interesado en el ruso, pero al sentir ese abrazo sintió tranquilidad como las veces cuando su padre lo trataba antes de esa guerra. Una verdadera familia feliz, eso era lo que mas quería en este mundo.
Lituana escribió otra nota y se lo entrego al alemán, este decía:
"No te preocupes por cosas superficiales, me confirmaste que tu quieres a mi hermano con todo tu corazón. Yo te apoyare en todo lo que necesites así que no te preocupes de lo que te digan mis hermanos sobre ti"
Por un momento miro a la mayor y esta poso una sonrisa tierna y amable, volvió a ver la hoja y vio que había mas, así que volvió a su lectura.
"Tienes todo mi apoyo, eso si no te atrevas a lastimarlo o tendrás severos problemas conmigo"
Lo ultimo lo tomo desprevenido, su mirada volvió a la mayor y esta había cambiado su mirada a una sádica sin sentimientos, claramente se notaba que ella había heredado el rostro amenazante del soviético, solo esperaba que también no heredara el carácter que tenia el soviético cuando se enojaba o tendría el doble de problemas.
Editado: 06.04.2023