Recuerdos... Capitulo 8

°•Pov. Narradora•°

Era de noche, todos se encontraban dormidos en sus habitaciones a excepción de cierto ruso y soviético que estaban jugan en medio de la oscuridad de la habitación del menor.

Y para que no digan que URSS es el malo les daré contexto. Aquella noche el menor no podía dormir así que llamo a su padre para que le lea un cuento para esconder sus verdaderas intenciones.

El ruso se encontraba chupando el miembro de su padre, daba lamidas de vez en cuando y trataba de meter aquel falo dentro de su boca. Con sus manos sostenía lo que no entraba y lo masturbaba cómo su progenitor le había enseñado.

- ah~ que bien lo haces~ uff~ creo que con eso es suficiente~ -a pesar de que se le hacía muy tentadora la oferta de correrse dentro de la boca de su hijo, no podía hacerlo con el hecho de su "visita"- detente~ papá necesita descansar -aparto el rostro de su hijo con la respiración agitada; se podía ver en los ojos del menor la lujuria que tenía, no sabe cómo es que su hijo inocente terminará rogándole por un "juego"-

- Но, папа, я хочу продолжать играть// Pero papá, yo quiero seguir jugando -menciono el pequeño sin dejar de sostener el miembro de su padre, empezando a frotar lentamente-

- No Rusia, ya es hora de dormir. Además hay visitas y no queremos molestarlo -dijo mientras de alejaba de su hijo y se arreglaba la ropa, no dejaría que su secreto sea revelado-

Después de esa escena, salió de la habitación cerrando la puerta detrás suyo. Se dirigió a la habitación que le habia otorgado al alemán menor, observando que este yacía completamente dormido. No tardó mucho para compararlo con el difunto Third Reich, tenía que admitir que el pequeño había sacado la ternura que antes soltaba su padre.

A paso lento se dirigió a su habitación y se recortó en su cama mientras pensaba en el nazi. En el cómo se conocieron y en el cómo se enamoraron, y también en el cómo fue traicionado...

°•Flashback•°

Era una noche tranquila en tierras soviéticas; URSS se encontraba arropando a su hijo Ucrania de 8 años no le faltaba mucho para que cumpliera 9, aquella noche fue muy difícil para el soviético por ser padre soltero, no quería pensar el cómo sería tener que criar a otro niño.

Para su suerte la puerta de su casa fue tocada tres veces, esa era como una clave secreta que tenía Reich cada vez que iba a visitar al mayor. Sin apuro, el dueño de aquella casa se dirigió a la puerta y la abrió.

- Hola Reich, que haces aquí a estas horas? -pregunto con un tono de preocupación-

- Tenemos que hablar de algo serio, primero déjame pasar soviet -dijo de forma cortante, mientras dejaba mostrar un pequeño bulto entre sus brazos-

URSS noto eso y dejo pasar al menor, para luego ofrecerle un té caliente. Ambos se encontraban en la sala de aquella casa con un silencio incómodo, el cuál fue roto por el nazi.

- Antes de que empieces con tus dudas de que si es tuyo, te digo de ante mano que si lo es. Segundo, tu te lo vas a quedar como lo hisistes con Ucrania y Tercero...cuídalo bien, se que te estoy dando mucho trabajo pero sabes que no tengo de otra -sus ojos empezaron a soltar lágrimas, no quería despedirse de otro hijo; pero la reglas estrictas que le daba Hitler le prohibían tener un heredero por lo que llegaría a tener muchas consecuencias si se llegasen a enterar-

-se acerco a su ex-pareja y lo abrazo con cuidado de no aplastar al pequeño que llevaba entre brazos en nazi- no te preocupes, lo cuidare como si mi vida dependiera de ello - menciono para luego mirar al bebé que se encontraba dormido- Ya le pusistes un nombre?

- Aún no, quería que tú se lo pusieras, ya que yo le puse el nombre a Ucrania, creo que sería correcto que te toque a ti -su lado cariñoso y dulce solo lo dejaba mostrar a URSS y a aquellos que le tenía confianza por lo que era de esperarse sus cambio repentino de humor-

- Me gusta el nombre Rusia -respondio para luego darle un beso al bebé en la frente-

El nazi sonrió mientras soltaba lágrimas, quería quedarse en aquella casa un momento más y tal vez ver a su primer hijo que abandonó también por culpa de Hitler y su régimen. Pero ya se le hacía muy tarde, dejo a su hijo en brazos del mayor para luego colocarse la capucha y salir de ahí.

El soviético se quedó mirando al niño por unos minutos, tenía el cabello marrón chocolate que se notaba que lo heredó del alemán, sus dedos llevaban líneas doradas como lo tenía el soviéticos. Le sorprendía el cómo él pequeño tenía ciertas cosas que compartía con él y con su ex. Ahora solo tenía que pensar el cómo organizarse entre su trabajo y sus ahora 12 hijos.

°•Años despues•°

El soviético se encontraba dirigiéndose a su oficina para arreglar unos asuntos de la guerra junto con la búsqueda de Ucrania, desapareció meses después de la llegada de Rusia.

Se empezaba a estresar de todo lo que sucedía, tanto fuera como dentro de sus tierras y para dar como dar la cereza del pastel, había recibido un telegrama de uno de sus generales que decía que el ejército alemán estaban preparándose para invadir Moscú. La tregua que habían dado no les fue suficiente para acabar con ese conflicto, así que no tuvo más remedio que responder ante esto conas guerra.

Mando a preparar un número considerable de soldados para contraatacar a los alemanes si estos llegan a querer atacarlos por la espalda, llegaba el invierno por lo que eso podría ayudarlos a su favor en lo que son defensa. También mando una carta a sus hijos, ya que en esos momentos él se allá a en una zona militar que estaba cerca de tierras alemanas; en esta decía que debían de prepararse para refugiarse de un posible ataque.

Despues de aquello continuo con sus otros deberes, quería ignorar un poco el tema del alemán.

[...]

Disparos se escuchaban por aquel bosque de invierno, los pasos apresurados sonaban por la espesa nieve. El nazi escapaba cómo podía del comunista, no podía ser atrapado, su orgullo le impedía rendirse; mientras tanto, URSS disparaba en ciertos momentos, tratando de darle al alemán.