Es una apuesta

Hasta arriba

Respiro con decisión una vez más, no sin antes agachar la cabeza para volver a fijarme en sus manos que forman figuras lentamente sobre las mías.

Sin embargo, esto lo hace automático, pues mientras las mueve sé que hay una sonrisa en su rostro que sabe con certeza cómo consiguió que no me saliera de la apuesta. Pero no fue por los motivos que él cree. No porque me haya enamorado de su movimiento de manos ni porque vaya a caer rendida a sus pies cuando dibuje un corazón en ellas, sino porque estoy más segura que nunca de que puedo ganar. Además, me servirá a mí como ejercicio para controlar mis nervios. Por ejemplo: sé que si logré tomarlo de la mano por más de cinco minutos seguidos, todo lo demás es pan comido. Cuando esté frente a cuatro maestros presentando mi examen profesional en unos años regresaré a este momento y ya nada me dará miedo. Bien por mí.

Como dije, también necesito comenzar a ganar puntos y acelerar el proceso. Mientras más rápido comprenda que no me gusta, más rápido se acaba todo. Seguro pierde el interés en dos semanas y él mismo la cancela. Así son los chicos, se va a dar cuenta.

No obstante, tampoco va a ser tarea fácil.

Vuelvo a respirar pero no logro deshacerme del cosquilleo que está provocando. Pero no estoy ganando nada quedándome en esa posición. Necesito algo más.

Respiro de nuevo.

Aparto mis manos lentamente, a la vez que hago sonar mis cuerdas vocales antes de que él comience a pensar. En lo que sea.

—Bien —articulo para ganar tiempo y vuelvo a respirar. Concéntrate—. Dime entonces qué harías en una cita...— alcanzo a decir, no sin antes hacer una pequeña pausa para controlar los nervios—. Con una chica aquí arriba.

Siento a mi estómago quejarse, pues manda una ola de electricidad por todo mi cuerpo. No sé si arrepentirme de lo que acabo de decir o solamente esperar. Noto cómo su sonrisa se hace más amplia, mostrando incluso unos hoyuelos de los que no me había percatado antes. O por lo menos no los recuerdo.

Se pasa una mano por el cabello, despeinándolo.

—Creí que estábamos en medio de tu salida de la apuesta —dice casi burlándose.

—Shhh —agrego bruscamente—. Solo dime.

—¿Que te diga? —Me observa.

—Creo que me escuchaste.

—Sí, bueno, es que no soy muy bueno explicando cosas —comenta y ya sé a dónde va. Cierro mis ojos y regreso a aquello de respirar—. Te lo tendría que enseñar.

Suelto una risita ante sus últimas palabras. ¿Por qué, Alex? ¿Por qué me has enseñado a darle un doble sentido a las cosas? Sin embargo, gracias a ello se liberó un poco de tensión y olvidaremos lo que acaba de decir. Porque él también me ve con ojos de sorpresa, definitivamente lo tomó desprevenido, pero entendió perfectamente. Para ser francos, me da ternura su cara de niño inocente que acaba de ser culpado por robar una paleta que no robó. Suelta una risa.

—No me refería a eso. —Y en vez de hacer otro comentario para darle alas a mi monumental error de haber mal pensado sus palabras, parece solamente sorprendido y divertido.

Dejamos de reír y él vuelve a alborotarse el cabello. Me mira por un largo momento y sonríe otra vez.

—¿Por qué preguntabas lo de la cita? —cuestiona sin dejar ir el tema anterior.

Bravo, ahora mis esperanzas de olvidarlo también se esfumaron. Porque mis ganas por hacer algo al respecto regresaron con más fuerza.Me aclaro la garganta y respiro. Me pongo seria por un segundo y echo la cabeza hacia atrás estirando mi cuello, solo para notar toda la tensión que se está acumulando en él.

Regreso mis ojos al frente.

—Porque dijiste que querías estar a solas conmigo y quiero saber qué es lo que planeabas hacer —comento tratando de sonar lo más tranquila posible—. Digo, suponiendo que hablabas en serio y que se tratara de una cita real y todo eso.

—Hablaba muy en serio. Y es una cita real —dice con mucha firmeza.

Maldición.

—Solo cuéntame.

—Ya te dije que no te voy a contar —reclina de nuevo sus brazos a la altura de sus hombros en el asiento y se acomoda en él—. Soy mucho mejor mostrando —dice casi arrogante.

Respiro otra vez. Y respiro, y respiro. Esta es mi oportunidad. No sé qué quiero conseguir exactamente, pero todo será mejor que lo que llevo haciendo hasta ahorita, que parece no demostrar nada y solo dar puntos a su favor.



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En el texto hay: apuesta, amor, chicomalo

Editado: 29.07.2019

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