No te conocí, te reconocí. Llevo años soñando contigo.
Anónimo
Querido Alex
Recuerdas el día en que nos conocimos te dije que aquella fuente era una fuente de la esperanza, un día de otoño cuando las hojas del lapacho caían para morir por siempre sobre sus aguas, arrojé en ella una moneda teniendo la esperanza de que algún día te volvería a ver, para poder decirte adiós. Tú debes ser como aquel lapacho, cada año él cae en un triste invierno, para después encontrarse con sus flores. Los griegos pensaban que las estaciones del año estaban marcadas con el dolor de la diosa Deméter. Su adorada hija Perséfone había sido secuestrada por Hades el señor del inframundo, en su desesperación Deméter descendió a los infiernos en busca de su hija, en esa excursión todas las plantas murieron dando así nacimiento al invierno.
Tiempo después Zeus ordenó a Hades que devolviera a la muchacha a su madre, Deméter estaba tan feliz de volver a tener a su adorada hija en sus brazos, que todas las plantas florecieron naciendo así la primavera. Tú, al correr tras de mí apagaste tu luz, te envolviste en un invierno tan frio, te aferraste solo en el dolor.
No debes seguir llorando, sé que estás pensando en aquella frase “Nadie nos advirtió que extrañar es el costo que tienen los buenos momentos.”; si nos advirtieron, pero, no les creímos, porque pensamos que el tiempo nunca nos haría falta, pensamos que tenemos tanto tiempo para vivir y nada de tiempo para extrañar.
Que ser tan extraño es el ser humano, vive pensando en lo peor, pero, siempre esperando lo mejor y aplica este concepto por el resto de su vida. Viviendo cada año como si fuera un día y pretende darse cuenta de esto cuando la vida acaba, no es placentero saber que te pasaste la vida limitándote a existir.
No puedo decirte como debes vivir tu vida, pero, te pido que vivas una vida digna de ser admirada, es difícil desenvolverte en una sociedad que solo quiere verte caer, no decaigas, recuerda que existen flores que florecen en la cima de las montañas más frías, que existen plantas que sobreviven a las sequías. Recuerda que los malos momentos son solo eso y que cada fracaso son un escalón al éxito de conocerte a ti mismo.
Te estoy observando desde mi cielo, no apresures el tiempo, yo estaré esperándote el tiempo que haga falta para volver a vernos y sé que nunca más nos volveremos a separar.
Mientras tanto disfruta del aire que respiran tus pulmones, del paisaje que ven tus ojos y por sobre todo siente el amor de las personas que te aman. No te castigues por nada, ten presente que “amar significa jamás tener que pedir perdón” y sé que me amaste, yo pude sentirlo, eso me hacía tan feliz; vuelve a amar, tu amor es un milagro.
Hasta que nos volvamos a ver
Por siempre tuya
Amambay