Bajé la ventanilla de inmdiato.
ㅡ¿Kara, qué te pasó? ㅡle pregunté.
ㅡ¡Por favor, solo déjame entrar! ㅡsuplicóㅡ Responderé lo que sea solo no quiero estar afuera, por favor.
ㅡAnne, déjala que entre. ㅡmurmuró Carolina a mis espaldas.
Asentí y abrí la puerta trasera, Kara se subió al coche de inmediato cerrando la puerta de un portazo, observó por la ventanilla al bosque... Como para asegurarse de que sea lo que sea que le hizo ésto no siga ahí.
ㅡMuy bien, ahora habla. ㅡle dijo Carolina girandose a ella.
ㅡArranca, no quiero seguir aquí. ㅡcasi me suplicó. Eso hice, fui a una velocidad moderada.
Quizás Kara miró a los lobos por eso estaba así.
ㅡHabla. ㅡle volvió a decir Carolina.
Hubo un pequeño silencio y miré a Kara por el espejo retrovisor, tenía la cabeza gacha como pensativa.
ㅡYo... Iba para tu casa, Carolina, a convencerte de que seas parte de nosotras porque no hay nadie mas que llegue a ese puesto... Pero en el camino... ㅡla interrumpió.
ㅡEspera ¿dónde está tu auto? ㅡle preguntó.
Buen punto.
Silencio.
ㅡEn realidad venía con... Thomas. ㅡrespondió. Me tensé. ㅡÉl dijo que también venía a hacer algo por éstos lados así que nos venimos los dos. Pero a medio camino me bajó del coche diciendo que tenía que ir solo por ese camino que va a la casa de Kayler, le rogué para que no me dejara sola en medio de la nada pero no me hizo caso. En mi teléfono no tenía señal así que empecé a caminar sola. ㅡrespiró profundo y pude ver que se le salía una lágrima. ㅡLuego escuché pasos en el bosque así que me adentré un poco para ver qué era... Miré a un chico, era tenebroso y oscuro... Estaba con un... ㅡse detuvo.
ㅡ¿Qué cosa? Habla, no te detengas.
ㅡEra un lobo... Un enorme lobo y... E-estaban peleando... Ese chico no le tenía miedo y luego, en un segundo desapareció... No estaba más... No sé si estoy loca pero en un momento lo miré y en un parpadeo ya no estaba. ㅡsollozóㅡ El lobo me miró y me gruñó así que me asusté y salí corrieno, me caí, tropecé, hasta que momentos después miré un auto y aquí estoy.
Miré a Carolina. Ella también me miró. Kara había visto a los lobos y a Clark. Lo había visto desaparecer y quizás ella sea un problema porque lo puede publicar en el colegio y todos sabrán ahora que sí hay lobos y quizás pase algo peor. Por alguna razón los hombres lobos han mantenido ese secreto, por algo no se han dejado ver por ningún otro humano, porque saben que se darían cuenta de que ellos no son lobos comunes y corrientes.
ㅡLa mirada del chico era... Fría. ㅡmurmuróㅡ Tenebrosa.
Tragué grueso.
ㅡKara, de seguro te golpeaste la cabeza y alusinaste. ㅡle dijo Carolina.
Negó.
ㅡNo, yo sé lo que vi.
ㅡ¿Y qué viste según tu? ㅡinquirió Carolinaㅡ¿Que un chico estaba luchando con un lobo común para que no le hiciera daño? ¿que el chico salió corriendo al verte y pensar que el lobo se iría contra ti?
Sé lo que hacía, intentaba ponerle en la mente a Kara que eso fue lo que pasó. Ella no respondió solo se quedó en silencio pensativa.
Iba saliendo del bosque y entrando al pueblo. Después de unos minutos de silencio ella contestó:
ㅡTienes razón. Eso fue lo que pasó.
No parecía muy convencida, se acomodó el cabello y volvió a ser la misma Kara de siempre.
ㅡPuedes dejarme aquí. ㅡcasi ordenó a la defensiva.
Rodé los ojos y detuve el coche. Kara bajó, segundos después arranqué.
ㅡEso estuvo cerca... ㅡmurmuró Carolina llevándose una mano al pecho y respirando profundo.
ㅡ¿Thomas la llevó? ㅡpregunté a lo bajo más para mí misma.
Y ese no era el punto. El punto era que Kara casi descubre el secreto de los lobos y yo estoy pensando en Thomas, en que estaban en el mismo coche, bueno, eso que la dejó votada me pareció gracioso pero gracias a eso casi los descubren.
¿Y qué es lo que haría Thomas en éste lugar? ¿acaso él sabía que estaría aquí? ¿o simplemente se enfrentaría a Clark?
ㅡOye, tranquila, de seguro ella no le dejó mas opción.
Detuve el coche al estar frente a mi casa.
ㅡNo importa, Thomas y yo no somos ni amigos.
ㅡAjá.
Bajamos del coche. Las luces adentro estaban apagadas por lo que supuse que papá no estaría.
ㅡBueno, Anne, nos vemos mañana en el colegio, ¿vale? ㅡenarcó una ceja.
Asentí.
Caminó por la oscuridad y en un segundo se convirtió en esa lobita pelaje blanco con manchas celestes, perdiéndose en la oscuridad. Me giré hacia mi casa. Entré y encendí la luz de la sala, había un silencio de miedo pero estar sola en casa era normal para mí. Mi hermano vivía en la universidad, papá casi no venía a dormir y con mamá nunca hablaba. Siempre estaba viajando de un lugar a otro con su nuevo novio.
Dejé el abrigo en el sofá y subí las escaleras hacia mi habitación. Abrí y encendí la luz, me dejé caer en la cama y cerré los ojos. Estaba cansada, muy cansada, mis ojos se sentían pesados... Así que en un momento me quedé dormida.
***
Abrí los ojos de golpe como si algo me hubiera impulsado a hacerlo, la oscuridad me cegó. Qué raro, me pareció haber dejado la luz encendida, me fijé en el reloj de mi mesita de noche pero estaba apagado. ¿Lo habré dejado desenchufado? ¿o se fue la luz? Busqué mi teléfono y lo encendí, el brillo me golpeó la vista.