Cariño, mira cómo estas
Ya nada parece lo de antes
Y tu dulce piel refleja tu semblante.
La luz se ha apagado,
El corazón se ha dilatado,
Las manos se han debilitado
Y tú ya ni una mirada puedes decir
Que me has regalado.
No sé cómo fue que ocurrió,
Velé porque de este estado te hubieras salvado
Pero el mismo Dios decidió que el tiempo había pasado,
Por eso ahora toda tú refleja
Todas aquellas horas cual moraleja.
Tu pelo aún brilla cuando choca con la luz
pero de otro color son sus ilusiones,
Tu figura encorvada por las preocupaciones
Que, aun así,
me recuerda a lo grácil de las hadas
y esa bella sonrisa que al sol de hoy
todavía me hipnotiza…
Cariño, mira cómo estas
al final si duramos una eternidad
y como prometí
nunca me pudiste apartar.