El hada que nació
Nunca creció
Hasta que revivió.
Cuando la sirena se enamoró
Con dolor tuvo que sufrir
Al ver morir aquello con lo que una vida eterna
Deseaba compartir.
Las dos en su soledad
Encontraron una amistad
Que con los años por suerte,
Nunca se volvió enemistad.
Sus anhelos hilarantes
Resultaban fascinantes
Y en sus días que fueron hipnotizantes
Soñaron con un mañana cambiante.
Sinceramente es raro
Comprender las historias de estos dos seres de luz
Que nunca revelaron el secreto de sus vivires
Y por eso es que hoy en día,
El hada simplemente nada por el mar
Buscando un hogar,
Mientras la sirena,
Vuela como un destello entre las estrellas,
Navegando entre los sueños de esperanza y amor
De mortales seres llenos de rencor y compasión,
Simplemente buscando el amor
Que, alguna vez
Le otorgó un corazón que murió llenó de pasión.