El bosque oscuro.
La luna llena se encontraba en su máximo esplendor,parecia que estaba preparandose para bañar la piel de las futuras recién nacidas,con sus rayos platinados.
Las estrellas habian abandonado el oscuro cielo. Algo bueno para la comunidad de hechiceras oscuras. Ya que era señal de que las descendientes traerian consigo una belleza imponente.
Más brillante que las mismas estrellas, las cuales temerosas y avergonzadas se ocultaban por tal razón.
Esa noche vendrian al mundo, cuatro nuevas vidas. Todos estaban listos para recibirlas. Todos los niños y algunas hechiceras jóvenes se encontraban fuera de las casas, esperando sus llegadas.
Mientras que las mayores se encontraban dentro,ayudando a aliviar el dolor infernal por el que toda mujer debía pasar. Para conseguir traer vida. Pero sin duda el sufrimiento de una hechicera era aún peor que el de una simple humana.
Ya que la vida que ellas traian era debil y frágil,no implicaba todo el dolor y esfuerzo que las hechiceras debían poner de su parte para conseguir traer a un ser que dentro de sí,traia un poder tan grande. Dormido se encontraba aún,si,pero no por eso menos poderoso.
Los gritos desgarradores no asustaban ni inquietaban a los jóvenes. Esa era otra buena señal para ellos. Cuanto más gritos y más dolor,mayor era el poder que se avecinaba. Aquello significaba que hechiceras vendrian al mundo y no guardianes de la magia.
Los niños eran amados por las hechiceras, tanto como las niñas.
Pero no era muy alegre para ellas traerlos al mundo. Después de todo,por su sangre no corria ni una pizca de poder. Tal cosa sólo era heredada de madre a hija, solo las mujeres poseian esa magia inquietante.
Los niños por otro lado,era ordinarios,comunes como cualquier humano. A excepción de su edad,al igual que las hechiceras tardaban en envejecer. Pero con respecto a lo demás,no cumplían con ningún tipo de don. Por esa razón no eran llamados hechiceros,por que ellos no existen. Sin embargo eran entrenados desde pequeños, recibian un rígido entrenamiento físico,el cual era ayudado por los conjuros de su familia.
Con el tiempo se volvian unos perfectos guardianes. Capaces de acabar con hasta diez hombres. Veloces y letales a la hora de matar y defender. Pero claro,su fuerza nunca se acercaba a la de ellas.
Eran llamados guardianes de la magia. Porque se encargaban de custodiar los artefactos mágicos de la ambicion del hombre,además de salvar a alguna hechicera caida,apuntó de ser capturada por el hombre. También se encargaban de resguardar de vez en cuando las entradas secretas que eran capaces de llevar a los hogares donde ellas vivian.
Bueno,de eso se encargaban los guardianes de la magia que habían alcanzado la mayoria de edad y se encontraban fuera,en el mundo humano.
Los que aún no habian dejado su hogar por ser pequeños vivian vidas placidas y tranquilas. Eran muy mimados por las hechiceras, las cuales de no ser por los entrenamientos, los trataban con sumo cuidado.
Los niños y niñas giraban en ronda alrededor del arbol del canto. Reían mientras a toda velocidad giraban y giraban, poniendo todas sus fuerzas en esa simple acción. Recitaban una vieja canción de cuna. La cual todos los nacidos alli,habian escuchado al nacer. Sus almas y cabellos bailaban al compás de las melodias que la suave brisa de la noche traía consigo.
Sin embargo una niña no se encontraba en aquella ronda. Estaba más concentrada persiguiendo una mariposa azul de luz. Casi imposibles de observar en aquel tiempo.
Se alejo tanto como la mariposa quiso. La cual volaba a toda velocidad,apenas deteniéndose en el césped lleno de flores violetas.
La pequeña tropezo con una rama arraigada en la tierra. Pero la sonrisa que traia no se borro de su rostro. Ella continuaba centrada en su objetivo. Lograr capturar aquella mariposa,para llevársela a su nueva hermanita.
Su mirada ahora se encontraba sobre un viejo tronco,la mariposa reposaba en el. La niña se estaba preparando para saltar sobre ella y atraparla.
Pero antes de seguir adelante con su plan. Una voz un tanto exigente la detuvo.
_No lo hagas,detente_ dijo con firmeza una joven tras ella.
_¿Por que no?Quiero obsequiarsela a mi hermana, ella no tarda en llegar y debo apurarme_ dijo ansiosa.
_Pero no debes hacerlo...Esa mariposa merece ser libre, no ser una propiedad_ dijo sentándose entre el fresco césped.
_Pero no seré mala con ella,la trataré bien Zia_
_Pequeña Alena,ven,siéntate junto a mi y te explicaré_
Alena se sentó rápidamente frente a ella. Ansiosa de saber el porque interrumpio su misión de conseguir un regalo tan lindo para su hermana.
_Las mariposas azules de luz llevan en la tierra al menos 3 siglos. Para nosotros ellas son muy importantes y merecen respeto. Desde mucho tiempo atrás ellas se encargaban de guiar a nuestras hermanas pérdidas,hacia sus destinos. Siempre han sido libres y solo de esa manera,han conseguido vivir hasta ahora...Pero bien sabes que ya no es asi¿O acaso tu vez con frecuencia mariposas de este tipo?_
_No,casi nunca las veo_ susurra Alena.
_¿Y tu por que crees que ya nunca se ven?_ pregunta.
_No lo sé,¿Tu su lo sabes Zia?_
_Así es,el hombre las a visto en el mundo exterior y como tu les han parecido hermosas. Y las han tomado como objetos,
encerrandolas y colocandolas en frascos dorados . Ellos pretendían mantenerlas bellas y encerradas para lucirlas con el resto de su gente...Pero murieron muy pronto_
_¡¿Por qué?!_ pregunta Alena.
_Porque ellas no son propiedad, ellas son y merecen ser libres. La libertad esta tan arraigada en ellas,que el privarlas de ella,es como sentenciarlas a sufrir una tortuosa muerte...Por eso hoy en día quedan tan pocas . El hombre las a matado a lo largo de los años,asi que si tenemos la suerte de observar a una de ellas, no nos centramos en intentar apropiarnos. Podemos observar su belleza y magia,pero siempre teniendo presente el hecho de que son libres_