Kalindra me lleva arrastras, ayudada de Mari Pili, por el bosque en dirección a Gendle. Me muevo por inercia en estado de shock, sin saber que están pisando mis pies. Realmente me da igual lo que pise, como si me cayera una rama en toda la cabeza y me la aplastara contra el suelo. Me daría lo mismo. No dejo de sentirme culpable por haber estado viviendo estos últimos meses, prácticamente un año ya, con la asesina de mis padres y encima si he estado conviviendo con una persona que no era Abi, ¿Dónde está la verdadera Abi? ¿Qué ha sido de ella? ¿La habrá matado también la muerte gris? No, no lo sé, no tengo fuerzas para pensar solo quiero echarme en un rinconcito a dormir y olvidar todo, despertar de esta pesadilla, porque si no es una pesadilla yo ya no sé qué es esto.
Encima hemos tenido que tirar el cuerpo de mis mascotas y de la Jefa en el ático donde hace unas horas estaba Mari Pili. No sé cómo, pero sé que ella se ha metamorfoseado dentro del capullo. Por norma general cuando hay muertos viene la Unión y se los lleva. La verdad es que aún no sé por qué nos hemos llevado los cuerpos, pero es que no quiero que esos asesinos obtengan el cuerpo de seres tan queridos, aunque por otra parte no se cuan de higiénico es tener la casa llena de cadáveres. Supongo que muy poco. Pero claro, tampoco los podemos cargar... La verdad es que no tengo ni idea de por qué estoy pensando en estas cosas.
Las horas van pasando y avanzamos escondidas entre los árboles. No nos atrevemos a ir por el camino principal. La hija de Kalindra también nos acompaña. Mari Pili está atenta a los alrededores para detectar si algún peligro se acerca a nosotras. Conforme van pasando las horas mi conexión con la araña aumenta más i más. Es como si poco a poco nos pudiéramos comunicar con la mente, como si Mari Pili se estuviera transformando en una parte de mí y yo en una parte de ella.
Ya estamos acercándonos a las murallas de la ciudad, de momento no hay ningún escuadrón de la Unión persiguiéndonos por aquí ni ningún movimiento extraño. De hecho, los guardias de las puertas están charlando tranquilamente. Puede que no sepan nada de lo que ha pasado en Añilop. Kalindra dice que eso es bueno, porque si no estarían más atentos a cualquier movimiento y puede que nos resultara más complicado entrar en la ciudad. Yo estoy tan exhausta que me da exactamente igual.
Rodeamos la muralla por el exterior para dirigirnos a los ladrillos que podemos quitar para entrar furtivamente en Gendle. Una vez traspasadas las murallas volvemos a colocar las piedras en su sitio y os dirigimos hacia el sótano donde se hacen las reuniones de la rebelión, por su parte Mari Pili, que no cabía por el agujero de la pared, ha trepado rápidamente por el muro y ha saltado al otro lado, reuniéndose con nosotras.
Esta vez, en vez de dirigirnos al sótano por la plaza, vamos yendo por callejones intentando ocultarnos de la gente, ya que Mari Pili canta bastante. Lo bueno es que la ser un día laboral la ciudad no tiene la presencia de tanta gente como los días libres.
Finalmente llegamos a la entrada del sótano. En ese momento Mari Pili se pone en guardia y de un callejón oscuro, donde no había mucha luz, aparte de que ya es bastante tarde y el Sol está poniéndose, sale una figura.
- ¡Tu malnacida ¡. - Le grito a la muerte gris. - ¿No has tenido suficiente?
Corro hacia ella con intención de golpearla, pero ella ejecuta una llave de defensa personal y me hecha a la tierra. Pocos segundos después veo a Kalindra en el mismo sitio que yo, para después ver volar por los aires a Mari Pili.
- Dejémonos de tonterías. - Dice la muerte gris con una voz potente y fría. - Antes de que la criaja esa haya llamado a refuerzos os tengo que decir un par de cosas. Puede que no me queráis escuchar, pero vuestra vida, la vida de todos los habitantes de esta región, está en peligro. No voy a entretenerme mucho. Toma. Si quieres saber la verdad sobre tu amiga Abi no tienes más remedio que ver estas imágenes. Os lo digo pro vuestro bien. De todas maneras, debéis de ver toda la grabación entera y con sonido, si no esta no llegara al final, que es donde está la información que seguramente anhelas.
Noto como la muerte gris intenta poner en i mano un objeto, pero yo rechazo el contacto con ella. Dándose por vencida deja lo que quería darme en el suelo cerca de mí, para luego desaparecer en la oscuridad el callejón.
Ella ha sabido tocarme la vena sensible. Sabe que diciéndome eso no podré evitar ver lo que me haya dado. Necesito saber la verdad. Así que recojo el aparato que me ha dado, es una especie de proyector en miniatura. Yo ya había visto cosas como esta, pero nunca había tenido suficiente dinero como para adquirir un aparato como ese.
Escucho voces provenientes de dentro del sótano y a los pocos minutos o incluso segundos
- Lanza esa cosa a la basura. - Dice Kalindra. - Seguro que es una trampa.
- Puede. - Respondo. - Pero necesito saber la verdad. A demás si hubiera querido nos hubiera atrapado a todos ya.
- Eres demasiado crédula Alicia. - me dice Kalindra. - Nunca debes subestimar al enemigo.
- Yo no lo hago, solo veo que no es practico que nos tengan una trampa así, sería más fácil y menos costosa atacarnos ya.