Las semanas van pasando y Abigail sigue trabajando en carga. La verdad es que eso ha hecho que nuestra situación económica mejore pese a las quejas de mi amiga.
- ¿Por qué tengo que cobrar menos que el resto de los trabajadores de carga? - Dice Abigail indignada. - Si soy la que mejor trabaja de todos.
- Cálmate ¿quieres? - le digo. - Estas cobrando mucho más que si trabajaras de recolectora, aunque cobres menos que el resto.
- Pero eso no es justo.
- Piensa que estas en periodo de pruebas. Sigue así y al final te ganaras la confianza de ellos. Venga va un esfuerzo más. - Digo esperanzada. - Seguir que si seguimos así terminan aceptándonos.
- Sí claro aceptándoos por nuestro esfuerzo y trabajo, no por lo que somos. Nos aceptaran como una buena mercancía, hasta que dejemos de serles útiles, ¿que no lo ves?
- La que no lo ves eres tú. - Digo yo, con una paciencia renovada gracias nuestra mejora social. - Por lo menos así tendremos una oportunidad, de otra forma ni eso tenderíamos. Confía en mí, estamos haciendo lo correcto.
- Si tú lo dices...
Yo sí que veo un futuro mejor. Si una está atenta ya se escuchan rumores entre la gente de nuestra mejora. Ya nos miran con más respeto. Ya hablan de nosotras como un diamante en bruto y no como un trozo de carbón que solo sirve para quemar. La verdad es que estoy muy contenta. Esto es lo que he ido deseando des de hace años y parece que Abigail, aunque proteste, está yendo por el camino correcto. No sé de donde habrá sacado esa habilidad, o si la había tenido oculta, pero es una delicia observarla cargar cajas de veinte quilos como si no pesara nada. Y como al terminar el día la ves tan fresca, tan grácil, tan feliz por el ejercicio realizado... De hecho, pienso que si sigue con esa actitud positiva es por que disfruta con su esfuerzo. Bueno me da igual por qué mientras sea efectiva en su trabajo.
Por otro lado, todos los días veo a Mary Pili rondándome, es más, está más grande cada semana que pasa. Lo cual empieza a inquietarme ¿Qué pretenderá? Si es que esa cosa puede pretender algo.
Me siento un poco sola en el trabajo, siempre he estado junto a Abi, excepto los diez en que se le iba la pinza y por cualquier motivo no venía. Echo de menos su charla y sus risas. Ella normalmente, incluso antes de perder la memoria, se pasaba el día hablando de las aventuras que viviríamos en un futuro, de lo bien que viviríamos cuando hiciera un gran descubrimiento... Cada poco tiempo había de regañarla porque la Jefa se acostaba y nos miraba seriamente. Le decía que al menos si hablaba no gritara ante. Pero ella me ignoraba y seguía con la suya.
Ella conseguía el mínimo de recolección diario, pero ahí se quedaba... y ahora de repente es un hacha cargando. No lo entiendo, pero tampoco me voy a quejar por eso. Al menos la veo más feliz. No sé si más feliz, pero si más realizada consigo misma, más satisfecha de su trabajo. Igual ese golpe en la cabeza le ha venido bien y todo, aunque mejor no se lo digo que se enfada.
Por otra parte, Buck la sigue tomada con Abi, eso sí es extraño, hasta antes del golpe Buck no dejaba ni a Sol ni a sombra a Abi. De hecho, ella no se lo llevó a la cueva porque Buck ya está bastante viejo y no aguanta ese trajín. Igual es eso lo que le pasa, que el perro ya está medio senil y no distingue a amigos de enemigos.
Después de desayunar bien salimos de nuestra casa y nos dirigimos a nuestro lugar de trabajo. Los días ya empiezan a ser fríos y la gente va abrigada hacia los campos. Observando a la gente me pregunto de que vive la gente que tiene tiendas si la mayoría del pueblo se va a trabajar al campo. Es una cosa que nunca me había planteado hasta ese momento. Si todos seguimos el mismo horario, ¿Cuándo se va a comprar? Evidentemente la respuesta es en el día libre haces una compra para todo el mes o la semana. Deduzco que en las ventas que tiene ese día libre, ya que todos compran el mismo día, sobreviven. Pero, si las tiendas solo venden el día libre ¿Qué hacen el resto de la semana? Eso hace que me plantee que con ese tiempo libre tengan tiempo para leer y estudiar... ¿Puede ser por eso que los que tienen saberes superiores o universitarios sean generalmente de empresarios o de hijos de empresarios? Empiezo a pensar que es a eso a lo que se refiere Abi de la trampa del sistema. Por eso las elites y gente con más dinero tiene más oportunidades porque no deben preocuparse por sobrevivir, por conseguir el dinero suficiente para su subsistencia. Por lo tanto, si no necesitan dedicarse a eso...
No, he de quitarme esos pensamientos de la cabeza, no son prácticos. Debo concéntrame en mi trabajo, no divagar. La culpa la tiene Abi, ella y sus paranoias. Porque si sigues lo que piensa Abi al final le das demasiadas vueltas a las cosas y te frustras.
De repente desvió mi atención hacia lo bonito que es el día, la decoración de las calles y de todo el trabajo que aún me queda por hacer. Me sorprende la facilidad con la que me he quitado estos sentimientos negativos de mi cabeza. De hecho, me siento muy satisfecha de eso, de mi capacidad de centrarme en lo que es importante, la realidad a mi alrededor.
Escucho con avidez el discurso de la Jefa, me empapo de sus palabras y me siento a gusto porque me hacen ver lo importante que soy para la sociedad. Sin mi aportación ¿Quién recogería los frutos? Claro, soy una pieza importante del puzle. ¿Cómo he podido dudar de ello? La Jefa nos lo dice bien claro, la radio y la Unión también, si nosotros esto no funcionaria, habría revoluciones, muertes sufrimiento... Debemos seguir trabajando por la harmonía y la unidad. Servir a la sociedad con todo lo que esté en nuestras manos. Si no han tocado las cartas de tener dinero pues jugamos en una liga. Si en cambio te ha tocado no tenerlo tanto juegos en otra. A mí y a Abi nos ha tocado jugar con pocos recursos, pues no debemos a aspirar a ser unas trabajadoras ejemplares. Veo con claridad mi razonamiento, para que ¿calentarse la cabeza con una vida supuestamente mejor? ¿Por qué no simplemente jugar con lo que tenemos y hacer nuestro máximo esfuerzo? Claro, las cosas son así. Abi no lo entiende, pero debo intentar convencerla de la verdad. De que a nosotras no has tocado esta parte del pastel y debemos comer con eso, no comer con los platos de los demás o jugar con las cartas de otros. El resto de pensamientos solo son dañinos y te llena de esperanzas que luego se frustran, Claro, por que quien sueña a lo grande se da un gran batacazo.