Escribir bajo la lluvia

Amor y misterio III

...

De ahí nacío un amor, uno inexplicable, tan grande, tan mágico, que los llenó de momentos maravillosos, de experiencias inolvidables, el cómo se conocieron fue diferente y hasta cómico; ella caminaba distraida por el bosque, descalza como siempre, admirando los árboles, los pajaros, las flores, de repente lo vío, sentado, meditando y le parecío una hermosa visión, el hombre era corpulento, barbudo y apesar de parecer tosco y huraño tenía una expresión de calma, de tranquilidad que la convencío de acercarse, pero no se fijó donde pisaba, por lo que tropezó, se cayó y golpeó su rodilla, cuando él la encontró, cuando sus ojos la encontraron y pasó del estupor del momento se percató de su rodilla lastimada y corrío en su auxilio, la levantó delicadamente en sus brazos mientras le pedía permiso con la mirada, la llevó hasta su casa y la dejó sentada en el porche para traer la caja de primeros auxilios, al vivir sólo por tanto tiempo y despues de cuidar a su mamá había aprendido lo básico. Al llegar a ella trató de poner su atención en la herida y no en los ojos de la chica que no podía disimular lo encantada que estaba con él, a demas de guapo, fuerte y caballeroso. 

Él curó su herida y la cubrío con gasa para evitar infecciones, todo esto y nuinguno de los dos aún pronunciaba palabra, tal vez no pasaba la sorpresa de encontrarsen en un lugar tan alejado o quiza la belleza del otro los tenía mudos, por un momento se miraron a los ojos, de forma muy profunda, preguntandose tanto pero sin dicer nada. Cuando iban a hablar, lo hicieron al tiempo, lo cual generó una sonrisa en cada uno, ella preguntaba por su nombre y él si se contraba bien. Desde ese momento ya no hubo silecio, se presenataron, se contaron lo que hacían en el bosque en ese momento y tomaron en té mientras caía la tarde.

Todos los días se encontraban para charlar, compartir sus experiencias vividas, pero lo que más disfrutaban era crear recuerdos nuevos juntos, pasaban tanto tiempo juntos que se olvidaron que eran dos cuerpos separados, y se enamoraron de todo lo que el otro era, rieron, lloraron, cantaron, disfrutaron. Al pasar el tiempo, él no olvidaba porque había decidido quedarse sólo y el miedo a perder de nuevo a un ser querido lo obligaba a veces a ser distante y poco demostrativo pero ella no se rindío, sabía lo que pasaba por su cabeza en aquellos momentos y trataba por todos los medios de demostrarle que estaría para él siempre que estuviera en sus manos la decisión, ella no era mucho de palabras pero sí de obras y siempre que él la necesitará aún sin saberlo, estaba para él, porque él sí que estaba para ella, la ayudó a cumplir su sueño de ser maestra y la alentó a seguir siempre adelante con sus proyectos. 

Tuvieron una boda hermosa, sencilla pero llena de amor, la familia de ella en un principio no estaba de acuerdo con que estuvieran juntos, no por él sino porque no concevian que su pequeña ya no era una niña y que ahora haría su vida junto a un buen hombre, con el tiempo vieron lo felices que eran los dos y lo adoptaron como un miembro más.

Dos años despues de casarse y compartir tanto juntos llego una nueva hada a su familia de maravillas, hermosa como su madre, cachetes rosados y levemente salpicados de pecas, sus ojos y la sonrisa de su padre, alegraron todavía más a esta familia que luchaba por salir adelante como muchas lo hacen cada día. 

Una mañana durante el embarazo de su esposa él salío para trabajar en su taller y en un rincón olvidado, lleno de polvo y de telarañas estaba el viejo tronco que lo llevó con el amor de su vida, justo ahora tenía un trabajo para este, trabajó arduamente ese día y los que vinieron hasta que terminó su nueva obra de arte, la llevo a la sala de la casa, la cubrío con una manta vieja y llamó a su esposa para darle la sorpresa, cuando ella llegó y detapó el regalo no aguantó las lagrimas que llenaron sus ojos, de felicidad claro, una hermosa cuna, con terminados muy pulidos, tallados en la cabeza un par de angelitos jugaban, era tan sorprendente como los detalles se notaban delicados y perfectos, él se sintío muy feliz por darle este fin al tronco.

Aunque todo parezca color de rosa, no todos los finales son felices y si recordamos esta historia inicía con un árbol, en un claro, en un bosque, pues bien, despues de algunos años de felicidd ininterrumpida la desgracia tocó de nuevo sus puertas, su hija había cumplido tres años cuando supó que había heredado la enfermedad de su madre, pero era muy tarde para hacer un tratamiento, todo había avanzado muy rápido y no había nada que hacer, paso los últimos meses de vida rodeado de su familia, de amor y de recuerdos alegres, le pidió a su esposa que lo enterra en ese claro donde se conocieron, prometiendole que allí estaría esperando cuando fuera su hora de partir y ella le prometío a su vez que lo haría y que plantaría un árbol para que viva en ese claro eternamente como recuerdo de su amor, de la superación personal de cada uno, como legado para su hija y como mensaje para todos aquellos que dejan de creer, para que recuerden que el amor vence todo y que amarse a sí mismo es el primer paso para alcanzar la felicidad.

FIN




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